La segunda Guerra Mundial fue un período complejo para un conjunto de naciones a partir de las acciones dictatoriales de Hitler, cada territorio buscaba sobrevivir al máximo o aliarse para no ser devastado a su paso, ante aquel designio de conquista extrema el Reino Unido tuvo que tomar cierta posición, plantarse y ser fiel a ciertos códigos contrarios a la adversidad, pero… ¿Quién tomó aquella decisión? Darkest Hour se plantea hablar de un eje específico, de un personaje prolífico aunque tienda a recaer en ciertos vicios.
Dirigida por Joe Wright (Orgullo y Prejuicio, Expiación) y protagonizada por Gary Oldman, la cinta busca ahondar en el imaginario de Winston Churchill como personaje sin presentar un contexto previo. Todo comienza posterior a la dimisión del Primer Ministro del Reino Unido, posición que asumirá Churchill y que conllevará un número de amenazas y remordimientos.
Acción y Diplomacia
Ambientada en 1940, la película no pierde tiempo en presentar a sus personajes, otorgándoles espacios breves a través de diálogos sugerentes, de expresiones que catalogan la desesperación y el suplicio a los que son sometidos. Churchill está caracterizado como un excéntrico, un genio incomprendido que no cuadra en la sociedad pero que tiene ideas que desafían lo acostumbrado.
El punto donde hace ruido la cinta es al establecer a Churchill tan idealista y nacionalista, en otorgarle un punto de vulnerabilidad pero también en recrear mediante algunas escenas un patriotismo panfletero. Claro está, el discurso del personaje protagónico tiene su mérito, un peso sumamente valioso de cara a negociar con dictaduras.
La película no decepciona y vale la pena para conocer un personaje que tuvo un peso fundamental en la historia, sin embargo es necesario verla con cierto criterio de discernimiento y contrastar cómo sucedieron los hechos.
Nos vemos en la próxima.
@Chdnk