NeoStuff

Etiqueta: ruptura

  • El amor en los tiempos del cambio

    El amor en los tiempos del cambio

    Quizá el amor no sea el eje de la vida, al menos no el amor de pareja. Tal vez sí sea una de las más grandes motivaciones, el detonante de las pasiones y los deseos. Quizá debamos anteponer el amor hacia nosotros mismos, hacia nuestra familia, hacia los amigos, hacia esas personas que llegan y no se van…

       Lo cierto es que todos atravesamos, por lo menos una vez en la vida, momentos en los que el afecto que le profesamos a nuestros íntimos del sexo opuesto es el motor de nuestros días.

       Y algunas personas son de esas que encuentran al amor de su vida tantas veces como destapan un refresco, otras son de las que creen que el amor es una enfermedad contagiosa de la cual se debería huir (nunca he sabido de una persona que tenga el antídoto contra este peligroso virus); pero, finalmente, una o muchas veces, perdemos la cabeza por una persona.

       Y de pronto, como me pasó a mí, perdemos a esa persona (la verdad, casi siempre la perdemos poco a poco pero “de repente” nos damos cuenta) y, también de pronto, nos encontramos a nosotros mismos lloriqueando por las noches, extrañando un aroma, una voz, recordando un rostro, buscando una sonrisa conocida.

       En mi caso, durante dos años y medio cometí la dulce tontería de acostumbrarme, como si fuera para siempre, al cariño, apoyo, pasión y compañía de una gran persona. Días y noches juntos, noches y días pegados; nos dedicamos todo nuestro tiempo, todos nuestros esfuerzos,  toda la energía que poseíamos… Y cuando, 837 amaneceres después, todo se terminó, imaginen mi sorpresa al darme cuenta de que ya se me había olvidado cómo era yo misma.

       Sí, no se me había olvidado lo que era estar soltera, sino lo que era estar sola. Y le tenía miedo a eso y me tenía miedo a mí misma; porque hace tiempo que la línea divisoria entre su alma y la mía se había difuminado hasta ser invisible. Y cuando él se fue yo ya no sabía cuáles eran los vestigios de su presencia y cuáles eran los cachitos de mi corazón.

       Y de la noche a la mañana tuve que juntarlos todos en una bolsa e intentar pegarlos, patéticamente, con un montón de diurex. Peor aún, no me había percatado de que ése sólo era el comienzo de una gran travesía. Qué gran cambio. Haces tu vida acoplándote por completo a la esencia de otro ser y de la noche a la mañana tienes que inventarte una nueva vida, una en la que ya no haya espacio para ese ser y tu propia esencia pueda explayarse tanto como quiera, conocer sus limitaciones, sus debilidades, sus carencias y, por supuesto, sus fortalezas.

       Cierto es que “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, pero también uno no sabe lo que tiene a un lado suyo sino deja de mirar sólo hacia el frente. Yo no lo sabía.  A veces esas pérdidas que tenemos son sólo el primer paso que debemos dar para mirar dentro de nosotros, darnos tres cachetadas y empezar a cuidar más lo que tenemos, ponernos nuevas metas, apreciar lo que hay en nuestra vida y no dejar de lado las cosas y personas que son mucho más importantes y valiosas de lo que alguna vez pudimos imaginar. Y eso creo que lo acabo de aprender.

       Y cuando una persona maravillosa me preguntó “¿Cómo estás ahora, después de tantos amaneceres que ya han pasado sin él?”; yo no supe qué decir. ¿Hay una respuesta?, ¿debo contestar?, ¿por qué pregunta eso?

       Y quise contestar y quise decir “Estoy bien, ya ni me acuerdo de su nombre. ¿De quién dices que hablamos?” Pero me di cuenta de que la respuesta ya la tenía (de hecho la tuve siempre), atorada como un sentimiento, uno que no podía aterrizar en las palabras.

       Así me di cuenta de que no siempre se puede decir “estoy bien” o “ya lo superé”. A veces lo único que uno tiene para decir es algo parecido a “¿Sabes? Nunca lo voy a olvidar, no quiero hacerlo. Porque olvidarlo sería olvidar todo lo que él me enseñó, sería olvidar lo mejores años de mi corta vida y sería querer dejar de ser quien soy hoy. Porque todo lo que viví con él fueron los granitos de arena, que al cometer errores y aciertos, me convirtieron en esta persona; y estoy contenta con ella.”

       Así que, sí, estoy bien.

    Imagen: http://www.fotolog.com/neoturu/

  • Cuando te extraño, amor… – Carta

    Cuando te extraño, amor… – Carta

    Todos tienen una película favorita, una frase inolvidable, su libro de cabecera. Yo tengo mi jodida historia de amor.

    Así se titula un libro escrito por Carlos Salem donde se dedica a narrar historias de amor en cualquier espacio y tiempo posible; esa obra nace gracias a un reto provocado por un amigo suyo y la misma anécdota es retomada posteriormente por un blogguero de renombre y sin nombre.

    Y así, visitando el Manual de un Buen Vividor, leo y re-leo lo correspondiente al 21 de febrero de hace dos años. Porque en mis días malos, en mis días raros y sobretodo en mis días nostálgicos regreso a esas letras mágicas donde me siento igual de triste, rara y nostálgica pero, al menos, comprendida.

    Y es que la hora del café se ve interrumpida para el Guardián entre el Centeno, autor del blog, cuando sus ojos encuentran, sin querer, a un viejo amor y lo observan desde la distancia, entre la calle y los recuerdos. “Y empieza el interrogatorio”.

    Será que todos tenemos un reencuentro con nuestro pasado cuando estamos cerca de esos ojos con los que vivimos mil historias, a todos se nos detiene el mundo cuando una persona y solo una se cruza de nuevo en nuestro camino, incluso sin saberlo, y nos atacan las dudas. Porque conocemos toda su anatomía, sus gestos y sus manías.

    Porque nunca nos pusimos de acuerdo en el futbol, tampoco en el cantante y mucho menos en la serie favorita. Porque nunca quisimos el mismo teléfono ni el mismo videojuego y porque siempre peleamos por ver quién ama más.

    Y de pronto nos encontramos a nosotros mismos sentados en una cafetería o parados en el metro, quizá frente a una computadora o en la esquina de su casa, preguntándonos como Los Caligaris “si ya le regalaste a otro mi lunar” o estando como Sabina, “con el corazón en los huesos y yo de rodillas”.

    En cualquier caso las dudas son las mismas porque con el paso de los años podíamos leer en los ojos de la otra persona sus secretos y sus miedos, pero hoy que no podemos leerlos intentamos adivinarlos y, con la mejor de las suertes, los imaginamos haciendo lo que ya sabemos que hacían a esas horas, con su camisa favorita y nuestra loción preferida; camino al restaurante de siempre o sentados en el sillón que ya hasta tiene la forma de su cuerpo.

    Y por la noche miramos la luna como adivinando que al día siguiente se le puede hacer tarde, fiel a su costumbre, o nos acostamos con el celular en la mano imaginando que se quedaron dormidos como cuando platicábamos hasta escribir con los ojos cerrados. Y nos preguntamos si aún hace todo eso y sólo nos ha sacado de sus planes, o quisiéramos saber si hay alguien más con quien vaya a ver películas y que luego se ría de sus chistes, no por lo graciosos, sino por la ternura de su cara.

    Así que en una de las tantas veces que leí “Yo también puedo escribir una jodida historia de amor”, me di cuenta de que hablaban de mí y decidí platicarlo aquí para que todo aquél que lo lea piense que hablo de él.

    Porque todos tenemos las mismas dudas y, cada día “me pregunto si sabes que eres mi jodida historia de amor. O mi historia de amor jodida.”

    Para encontrala «El Guardián»

  • Cosas que aprendí de mi ex

    Cosas que aprendí de mi ex

    Seamos honestos, no todo de esa relación fue malo, existen esos momentos que seguramente te roban sonrisas cuando piensas en ellos. Puedo apostar que con esa persona tuviste experiencias únicas, especiales, cosas que aún recuerdas con cariño y lecciones de vida que nunca vas a olvidar; ese ex al final, bueno o malo, marcó tu vida en algún sentido.

    Eso estuve pensando la semana pasada que hice limpieza y me decidí a tirar «recuerdos» a la basura o regalarlos a alguien que realmente fuera a utilizar los objetos en cuestión. Ya lo dijo ese viejo y conocido filósofo y poeta llamado José José, «ya lo pasado pasado«; en la vida hay que aprender a soltar y una vez que el universo ve tus manos vacías entonces sí, te manda en abundancia.

    Mientras miraba las cosas y releía esas cartas con palabras vacías pensé: «Cómo cambia la vida«. Ahora que lo veo fríamente y con la cabeza despejada entiendo que esas personas me hicieron más fuerte, que no fallé sino fallamos pues las relaciones jamás son de uno y sobra decir que tampoco son de tres. Hoy que puedo releer esos capítulos de mi libro de vida donde narro relaciones terminadas entiendo perfectamente que todo pasa por algo.

    ¿Qué aprendiste de tu ex pareja?

    Fue así que pregunté a la gente ¿qué aprendieron de sus ex? Las respuestas fueron muchas y variadas, algunos dicen que hoy saben lo mucho que duele un corazón roto, como dañan las mentiras, que ahora ya no dan nada por sentado o que no importa lo mucho que te digan «te amo» si son incapaces de demostrarlo. Así de pronto entendí que todos somos maestros y alumnos de todos, seamos conscientes de ello o no.

    Yo les digo que agradezcan todo eso, hoy son mejores personas, están preparados y se han demostrado a ustedes pueden caer y levantarse aún con el corazón sangrante y lágrimas rodando por sus mejillas. La caída no es tan mala y cuando por fin se encuentran de pie la vista es asombrosa; quizá lo hayan oído mucho pero como decía Chavela Vargas «Nadie muere de amor, ni por sobra ni por falta».

    Por mi parte agradezco a cada una de las personas que pasaron por mi vida y entraron por unos momentos en mi corazón formando parte de mi historia de amor y desamor, por formar parte de mis lecciones de vida, por lo vivido, por mi crecimiento y por dejar huella en mí de una manera u otra. Aquí mi lista de cosas que he aprendido de mis rupturas:

    • Las mentiras duelen pero cuando vienen de alguien que amas duelen mucho más.
    • Puedes perdonar pero la confianza no se recupera.
    • No importa lo que digan, cuando se trata de pareja si sólo uno de los dos ama eso no es suficiente.
    • Cuando alguien miente, tarde o temprano lo acabarás descubriendo así que lo mejor es ser honesto
    • La falla en una relación siempre será compartida.
    • No puedes predecir cuándo puedes empezar a cambiar, la gente crece, aprende y cambia muchas veces casi en 180 grados. Si amas debes amar también esos cambios, no puedes esperar que esa persona nunca «madure».
    • Tenemos que analizar si muchas de las cosas que hacemos realmente nos gustan o sólo «nos gustan» por complacer a la otra persona. Seamos realmente honestos con nosotros mismos.
    • No podemos echarle la culpa al otro ni echar en cara «todo lo que hicimos por ellos» si diste y te entregaste fue por tu gusto, nadie te obliga a nada.
    • Piensa que a futuro tu próxima pareja es la que saldrá ganando, todo lo que has aprendido te ayudará a no cometer los mismos errores que cometiste en el pasado.
    • Si ya no eres feliz con esa persona es mejor terminar la relación, a fin de cuentas ambos tienen derecho a buscar su felicidad en otra persona.
    • El tiempo cura heridas y las cicatrices dejan de doler.
    • Jamás debes «dejarte morir», este punto sobretodo aplica cuando la relación termina mal porque no debemos darle el gusto a nadie de decir «¡Uff qué bueno que dejé a esa persona! Míralo (a) está hecho (a) una piltrafa». Mejor que te miren y te vean incluso mejor que cuando estaban juntos.
    • Tienes derecho a guardar «duelo» y permanecer soltero (a) el tiempo que tú consideres necesario, no hay prisa.
    • Jamás supongas que “un clavo saca otro clavo”.
    • Besarás millones de sapos antes de encontrar a la persona correcta.

    Espero que estas reflexiones les sirvan y recuerden, el mundo no se acaba por una persona, somos más fuertes que eso. Suerte.

  • Cómo saber si tu relación debe terminar

    Cómo saber si tu relación debe terminar

    Ok ya sé, ustedes dirán ¿cómo este tema a tan pocos días del 14 de febrero? Pues  déjame te digo que es mejor darte cuenta a tiempo de que lo suyo “ya no jala” bebés. Y es que miren, continuar una relación sólo por no quedarse forever alone no está bien.

    Quizá sí es verdad, llevan demasiado tiempo y puede que sea sólo una mala racha, pero no siempre es así; a veces es mejor cortar por lo sano antes de terminar con ganas de no volver a ver a esa persona que una vez amaste tanto.

    ¿Cuáles son esas señales? Calma, a continuación te diré.

    Todo lo que hace te molesta: Exacto, de pronto ese príncipe/princesa empieza a ser la persona más irritante del universo. Como mastica, como sonríe, la forma en que se truena los dedos, cada gesto y cada movimiento te hace sentir ganas de soltarle un golpe. No importa si son los mismos detalles que te enamoraron y te parecían tan lindos, todo eso hoy es un cumulo de situaciones que te hacen querer cometer asesinato. Aquí tienes de dos: o empiezas a enfocarte de nuevo en aquello que te enamoro o puedes romper con él/ella.

    Odias su personalidad: Ya sé, todo al principio era encantador y ahora te parece nefasto. Ahora has empezado a verle “peros” a esa persona perfecta, te das cuenta que tus amigos tenían razón y efectivamente tu “bebé” es un tacaño y un odioso y que tu “muñequita” es una mamona y una engreída. ¿Qué hacer? Pues lament informarte que es momento de romper.

    Tienen distintas prioridades: No creo que tenga mucho que explicar, tú quieres empezar una maestría y él no quiere ni hacer sus trámites de titulación, tú deseas algo serio y él está bien con su relación actual. ¿Puede funcionar? Puede ser, no siempre. Sabemos que cuando la gente toma rumbos distintos, tiene diferentes sueños y metas distantes no siempre pueden tomarse de la mano y crear un camino a la par.

    Ya no se divierten juntos: Sabes que es cierto, antes solían reírse de todo y pasarla bien incluso si sólo iban por una nieve de $10 pesos afuera del kiosco pero ¿y ahora? Llegando el punto en el que pasar tiempo juntos es más por costumbre que por deseo es mejor romper por lo sano o replantearse juntos que es lo que desean y a donde quieren llegar con su relación.

    Te interesan otras personas: Si eres feliz en tu relación entonces sólo existe esa persona y nadie más. Es como si tu pareja y tú fueran los únicos en el universo y no tienes necesidad de voltear a ver a nadie porque estás con alguien perfecto. Si ha llegado el punto en el que has empezado a fantasear como sería estar con otra persona, esperas esos mensajes de alguien más o incluso te preguntas como sería besarlos entonces déjame decirte que tu relación no es tan feliz ni perfecta como crees e incluso sí no deseas admitirlo te gustaría tener algo mejor.

    No lo/la extrañas: Sé honesta (o) cuando no estás con esa persona no extrañas para nada su presencia, es peor cuando llegas al punto en el que buscas pretextos para que no se vean o si llega de sorpresa tienes que fingir emoción. Este es el punto sin retorno en el cual es momento de romper.

    Estás celoso de otras relaciones: Piénsalo, si estuvieras feliz en tu propia relación no tendrías porque estar celoso por cómo se llevan tu mejor amigo y su novia o tu hermana y su novio. Es más para acabar pronto no tendrías porque comparar tu relación con la suya. Fin. Esto sólo demuestra que estas decepcionado de tu relación y esa es una clara señal de que no eres feliz con esa persona y pues si no eres feliz ¿qué haces ahí?

    No tienen nada en común: A lo mejor en un principio la atracción física, sexual o como quieras llamarle era mucha, se divertían en fiestas y con amigos pero al estar solos realmente se han dado cuenta que… ¡no tienen nada en común! Y cuando digo nada me refiero a que ni siquiera se ponen de acuerdo en donde quieren comer porque tu amas Burger King y ella McDonalds. Suena absurdo pero a fin de cuentas si tu eres de la idea de la casa, los hijos y el perro y ella prefiere enfocarse en su carrera, vivir en un apartamento y comprar un gato su relación sólo puede ir a un único punto: romper y seguir su amistad.

    Discutir y discutir: Cuando llegas al punto en el que tu relación se basa en peleas cada 10 segundos, déjame decirte que estás en un punto muerto. Pelear hasta porque al ordenar los helados se le olvido que tú sólo comes de vainilla y él pidió dos de chocomenta no suena como una relación donde quisiera verme involucrada. Piénsenlo, ambos merecen una relación que los haga felices y no una donde se desgasten discutiendo por todo; resuelvan los conflictos o rompan mejor.

    Infidelidad: Ya sea que tú le hayas puesto el cuerno o la otra persona lo haya hecho, es una realidad que tienen que terminar. Si esto ha ocurrido es obvio que algo está faltando en tu relación que no tuvieron el valor de discutir a tiempo, así que si ya tuvieron su aventura es mejor romper, nadie merece ser engañado.

    En resumen bebé, mereces alguien que te haga completamente feliz, se honesto contigo y con la otra persona. Es mucho mejor romper por lo sano y quedarse con un recuerdo bonito de lo que tuvieron a terminar alucinándose sin ningún deseo ni siquiera de verse en figuritas de plastilina. Todos merecemos quien nos haga soñar y sonreír de sólo pensarle, si eso ya no ocurre y no te ves con esa persona a futuro ten valor y háblalo; puede que esa persona esté sintiendo lo mismo que tú. Suerte.

  • Y por eso rompimos, Daniel Handler

    Y por eso rompimos, Daniel Handler

    portada-eso-rompimos_grandeA continuación leerás mi muy humilde opinión sobre el libro «Y por eso rompimos» de Daniel Handler. Al final encontrarás una sección de SPOILER ALERT. Si no has leído el libro, omitela, ya que contiene detalles que pueden arruinar el final del mismo. Por tu atención gracias.

    ¿De qué se trata Y por eso rompimos?

    Min Green conoció al chico perfecto: guapo, atlético, popular; y él está totalmente encantado con ella a pesar de ser tan diferentes. Pero como todos los cuentos, el suyo también tiene un final y es así que Min decide devolverle a Ed toda su relación en una caja acompañado de una carta.

    Así que ésta no es una historia de amor, más bien es la historia de cómo una pareja pasa por cada etapa de una relación común; desde las primeras citas hasta la inminente ruptura. Y es que éste no es el típico libro que habla de lo hermoso del amor, es más bien una historia  de desamor desde el punto de vista de Min, en la que además ella hace referencias a su gran pasión: el cine.

    Min nos cuenta su relación con Ed, más bien a través de la carta le recuerda al chico todo lo que vivieron y lo que cada acción significó para ella, haciendo uso de los “tesoros” que Min ha guardado en esa caja desde el día en que se conocieron. A modo terapéutico, a modo de reflexión, vamos leyendo una narración que puede evocar recuerdos en nosotros; recordándonos lo mucho que puede llegar a importarte alguien y cómo te das cuenta de algunos detalles que nunca te gustaron de ella una vez que todo ha llegado a su fin.

    Eso sí, ésta tampoco es la típica historia del chico popular que sale con la rechazada de la escuela, ya que Min no es sólo divertida, ocurrente, melodramática, aficionada de lo “excéntrico” del cine e inteligente. Y  Ed no es sólo un deportista, guapo y popular, avergonzado de su inteligencia por temor a romper estereotipos. Más bien es una relación común en la que se llegan a mezclar amigos y familiares pero sin llegar a ser parte “crucial” de la ruptura, ya que nos centramos (como debe ser) sólo en la pareja.

    ¿Por qué lo recomiendo? Primero que nada pues me he cansado de las historias de amor en donde todos son “felices para siempre” y una historia que hablaba de ruptura me pareció refrescante. Y claro, es una historia cuyo final sabemos desde el principio, nuestra única tarea es averiguar cómo Min y Ed llegan a su final.

    Además aunque no somos los destinatarios de la carta de Min, nos hace sentir empatía, melancolía y alegrarnos con ella en algunos momentos. Aunque claro, el punto de vista de Min puede que nos haga sentir ganas de ir a buscar a Ed y darle una buena patada.

    La historia es algo con lo que cualquiera puede relacionarse perfectamente, ya que creo que todos hemos vivido una relación que creímos duraría por siempre. Y claro, vamos desde como Min se siente afortunada de iniciar una relación con ese chico, todo lo que viven juntos, hasta como todo termina y llegamos al principio del libro: una historia resumida a una caja.

    Bajo el concepto “¿A quién no le han roto alguna vez el corazón?”, creo que nadie puede excluirse del “Club de los corazones rotos”, Daniel Handler nos invita a adentrarnos en una historia dividida por los objetos de la caja y engancharnos hasta llegar al ¿por qué Min y Ed rompieron?

     maxresdefault

    Lo malo del libro Y por eso rompimos

    Pues se sabe desde el principio que Min ama el cine antiguo pero las referencias de películas viejas que, creo yo, nadie ha visto (si es que existen, cosa que no puedo asegurar) puede confundir por segundos lo cual puede perderte en la narración. Aunque las escenas a las que hace referencia, Min las explica brevemente como para dar contexto a sus comparativas con su realidad.

    Por otro lado, puede chocar a momentos que Min te recuerde en todo momento lo guapo y hermoso que resulta Ed, lo perfecto de sus hombros y su cuerpo, bueno, harta en algún momento. Además claro de que nadie describiría así a otro alguien a menos que seas realmente cursi o estés obsesionada con el cuerpo de tu pareja al punto en que los dioses griegos parezcan feos.

    yporeso2

    “Te voy a explicar porque rompimos, Ed. Te voy a contar en esta carta toda la verdad de por qué sucedió. Y la maldita verdad, es que te quise demasiado.”

    Spoiler Alert y por eso rompimos

    Otro asunto es que parece que perdemos un pedazo de la historia cuando Min y Ed deciden ir al hotel y Min le entrega su virginidad. ¿En serio? Es como ¡bum! Ya deje de ser virgen. Vamos los “fajes” tuvieron más espacio en la página que eso.

    Digo no quería una escena tipo 50 sombras de Grey pero pudimos haber hecho más con eso, bueno hasta Crepúsculo narro mejor esa parte. En fin, así es esto, aunque podríamos dejar volar la imaginación sobre que pensaba Min o que significo para ella ésta parte.

    Ahora bien, la razón de la ruptura fue como ¡¿real?! ¿Ed le repite 500 veces a Min que ella es diferente y aún así le ponía los cuernos con su ex novia? ¿A qué estaba jugando éste sujeto? ¡Pues vaya si era un hijito de %&/#! Con todo lo que Min dejo por él y lo defendía, después de que él le presenta a la hermana y vio que se hacían amigas, el muy listo decide quedarse con la “mejor amiga/ex novia”. ¿Qué pasa con los hombres?

    Además la chica, no pues si que tenía vergüenza, mira que haberse acercado a Min para “ser amigas”. Shame on them! Fue frustrante que Annette tratará tan bien a Min, la «defendiera» de otra de las ex novias de Ed, incluso llegue a sentir empatía por ella ¿y todo para qué? Para al final quedarse con él y estar de amante por quien sabe cuanto tiempo. Aunque debo admitir que Min tomó las cosas de una manera bastante política.

    Aquí señalaré que el modo en que Min descubre la infidelidad como una situación digna de enmarcarse, punto a favor, una casual metida de pata tras sólo el florista sabe cuantos arreglos de rosas. Otro punto a favor es la persona que ayuda a Min, la cual también es una verdadera sorpresa porque en un principio odiaba a esa chica. Podemos ver esto como “No confíes en la primera impresión”, aunque ella siendo una buena persona ¿por qué no le dijo a Min que le veían la cara? Tal vez porque Min no le hubiera creído.

    Por último, debo señalar la presencia del mejor amigo, Al, un cliché del típico «amigo» que hace todo por su mejor amiga, el tipo del cual el novio está celoso. Él que todo lo aguanta, él que evidencia al «patán» novio y es «odiado» por ello. Él único dispuesto a darlo todo por Min y aunque evidentemente ella no se da cuenta, es el mejor candidato para ella. Creo que es un gran «dibujo» de la realidad de muchos, un «monumento» a todos esos amigos que están ahí esperando «salir de la banca» y colocarse en el puesto de novio cuyas amigas que no se han dado cuenta.

    «(…) aferrándome a un chico que todo el mundo sabe que es un tarado, un bastardo, un imbécil y un cabrón, queriéndolo como si tuviera doce años y descubriendo toda la verdad de la vida en una sonrisa de un recorte de revista»

    ilustraciones-yporesorompimos (1)

    Decidas o no darle una oportunidad al libro, te invito a conocer el trabajo de ilustración de Maira Kalman. Ella, es quien se encarga de darle color a la historia trayendo a nuestra vida los amados objetos que Min le regresa a Ed y los cuales nos acompañan desde la primera hasta la última hoja.

    «Sabes que me gustaría ser directora de cine; sin embargo, tú nunca fuiste capaz de ver las películas que surgían en mi cabeza. Y por eso rompimos.»

    «Te entrego esta caja, Ed. Adentro está todo. Las corcholatas de las primeras cervezas que compartimos, el boleto de cine para ver la película en la que nos dimos nuestro primer beso, aquella nota tuya que tanto significó para mí, una caja de cerillos ahora vacía… Te devuelvo la caja y todos los recuerdos que contiene, Ed. Aquí la tienes. Toda nuestra historia. Toda la historia de por qué rompimos.»

  • Cómo ser una exnovia con gracia… y dignidad.

    Cómo ser una exnovia con gracia… y dignidad.

    A todas nos ha pasado. Terminas una relación por equis razón y de pronto te encuentras todo el día pensando en tu ex. Ya dejaste de llorar, ya dejaste de comer helado como loca y ahora toca seguir tu vida sin él. Sin embargo, hay errores monstruosos y muy comunes que no debes cometer, pues sólo te dañarán más y además, te dejarán como la exnovia ardida que quizá eres (todas lo somos en algún momento), pero nadie debería saberlo.

    1.- Ventanear a tu ex.

    Créeme cuando te digo que a NADIE le interesa si lo tiene chiquito, si le huelen los pies, si secretamente en su cuarto tiene un osito cariñosito. Exponer cosas privadas de tu ex a modo de venganza por lo que sea que haya pasado entre ustedes, sólo te hará quedar como una loca ardida. Incluso si te fue infiel o los problemas que hayan llevado a que su relación terminara, es algo que ocurrió entre ustedes dos y nadie más tiene porqué enterarse.

    2.- Acosar a la familia / amigos.

    Te llevabas muy bien con su familia y sus amigos, crees que eso no tiene que cambiar. ERROR. La primera razón por la que les agradaste, era la relación con él. No importa que tan bien te hayan tratado o se hayan llevado, si la relación con él terminó, también con ellos. Primero, porque sería incómodo para ellos y para ti que él surgiera en una conversación y segundo, porque eso no va a ayudar en nada a que tú sigas con tu vida. Si ellos te saludan o hablan, está bien, no hay que ser maleducada, pero si tú los buscas a ellos, sería en parte no querer dejarlo ir a él también.

    3.- “Ayudar” a tu ex.

    Llamarlo con el pretexto de ayudarlo a conseguir un trabajo, un mejor puesto, o algo que a él le convenga, es sólo eso, un pretexto. Tú y yo sabemos que en realidad sólo quieres que siga en tu vida y, de nuevo, eso no le va a ayudar a nadie, mucho menos a ti.

    4.- Insultar o despotricar sobre su nueva novia.

    Puede ser un desahogo, una forma de liberar tu ira. Obviamente te lastima que esté con alguien más, sobre todo si aún tienes sentimientos hacia él, pero debes pensarlo detenidamente. No es culpa de ella que él se haya enamorado ni que haya dejado de quererte. Y si él está siguiendo con su vida, es obvio que ya no te quiere. Insultarla, hablar mal de ella, decir que es menos que tú, no va a hacer que la deje, y a ti, te hará quedar como una persona inmadura y rencorosa. Además, cosas como poner su número en una red social y pedir que otros la insulten, puede traerte consecuencias más graves, una demanda, por ejemplo.

    5.- Llamarlo desesperada pidiendo que vuelvan.

    Éste es el más horrible error que puedes cometer. Odio decirlo, pero si terminaron, fue por una razón. Quizá en éste momento no la recuerdes, porque eran geniales juntos, pero esa razón existe y sigue ahí. Si él llegara a aceptar y vuelve contigo, esa razón va a hacer que, sin duda, vuelvan a terminar, y quizá peor que la primera vez, arriesgándote a quedar más lastimada y hasta odiando a la otra persona y a ti por no haber pensado las cosas mejor.

     

    Todas las relaciones duelen cuando llegan a su fin, pero hay que aprender que es parte del crecimiento y aprendizaje que debemos tener en la vida. Todas sufrimos, lloramos, nos enojamos. Pero pensar las verdaderas razones por las que nos encontramos en esa situación, te hace crecer y convertirte en una mejor persona. Deja que te duela, el dolor te hace más fuerte, pero no cometas estos errores que, al final, sólo te causarán más dolor, además de dejarte en ridículo.