La música siempre ha formado parte importante en mi vida, creo que en la de la mayoría de las personas también, tenemos esa canción que nos hace recordar, que nos pone alegres o que nos pone tristes, la manera en la que escuchamos la música ha cambiado mucho en pocos años, principalmente en sus formatos portátiles, aquí presento la historia de la música, la evolución de los reproductores portátiles, todo desde mi perspectiva.
El primer reproductor que tuve fue un Walkman, sí, esos aparatos cuadrados que tenían grandes botones en la parte superior, para poner play, adelantar, regresar y stop, unos como los que se aprecian en la imagen. Obvio en su momento eran geniales, eran Sony, eran rojos. El problema con estos era que a donde fueras tenías que llevar tus casetes contigo, para escuchar diferente música, los casetes pues no eran tan prácticos, este casete se insertaba ponías play y empezaba a sonar la música, tenían la ventaja de que podías grabar la música en casetes vírgenes o encima de algunos ya usados, desde algún reproductor de música, como mini componente o algo así. Un día la tapa del cierre del casete se quebró, se separó del Walkman, los arreglé y tuvieron un poco más de vida, pero como suele pasar con las cosas, un día la tecnología los alcanzó y se volvieron obsoletos, de reliquia, los casetes dejaron de fabricarse y pasaron a formar parte de la leyenda de la música.

Para navidad, no recuerdo de qué año, pedí como regalo unos Discman plateados marca Sony, por la gran experiencia con los Walkman, eran de gran calidad, con sistema antishock, los podía agitar o voltear y la música no dejaba de sonar, muy compactos y estéticos con una pantalla led, sí pantalla led, que decía el número de pista y nivel del volumen, sólo eso. Consumía batería como endemoniado, pero algún defecto debía tener, estaba en mi época de prepa, creo. La música sólo la conseguías en las tiendas especializadas, los CD´s eran muy caros y en forma de piratería, la podías conseguir fácilmente en los mercados rodantes o en algunos sitios establecidos, aún no era tan popular el «quemado» de CD´s en la computadora, eso vino un poco más tarde. De igual forma, el uso y el descuido hicieron la tapa superior se desprendieran, me los arreglaron y volvieron a funcionar. Un día los presté y me perdieron la tapa de las baterías y la tapa se desprendió nuevamente, esta vez no tuvo arreglo, los tuve que dejar abandonados, pasó un tiempo en que estuve sin música. Una mala experiencia.

Habiendo olvidado el asunto del Discman, decidí comprar uno de esos reproductores de MP3 de cápsula que tanto estuvieron de moda, eran de baja calidad pero muy baratos y funcionales, reproducían MP3, lo cual era una gran diferencia, ya que a diferencia del CD convencional al que sólo le cabían como máximo unas 20 canciones, el MP3 tenía capacidad para cientos de pistas, ordenadas en carpetas, o por género, ya no tenías que llevar CD´s o alguna otra cosa para llevar mucha música, funcionaban como sistema de almacenamiento USB, tenía grabadora de voz y un diseño muy estético y pequeño, un día teniéndolo conectado a la computadora para pasar música, mi perro decide saltar sobre mí alegremente y cae sobre el MP3 haciendo palanca y quebrándolo, jamás se pudo reparar.

Lo siguiente fue tratar de buscar un nuevo reproductor, algo mejor, de mayor calidad, por lo que llegó a mis manos un iPod shuffle de 2GB, el cual me lo regaló mi madre por motivo de cumpleaños. Era pequeño sí, pero igual muy resistente y funcional, el diseño era totalmente metálico y los más importante, con un sonido excepcional, una calidad que salía a relucir. Tenia una especie de pinza lo que permitia que te lo colocaras en cualquier parte de la ropa, te permitía mayor comodidad. Ese ipod lo dejé porque compré algo más, pero siguió funcionando un tiempo más, tal vez aún siga funcionando.

Un Zune de primera generación, el famoso aparato de Microsoft de 30Gb, famoso por su fracaso que a postre le costó el ser dejado de fabricarse, un copia casi fiel de uno de los modelos del iPod, pero sólo en cuanto a funcionalidad, en diseño se quedó muy pero muy corto, se podría decir que era un aparato feo, demasiado cuadrado para mi gusto y muy grande, tenía una duración de la batería muy reducida, probablemente por el empeño que pusieron en la pantalla, problema que aún en la actualidad no se puede resolver en smartphones, pero con una gran funcionalidad; reproducía múltiples tipos de archivos, tenía algunos juegos precargados y podías agregar más, imágenes de varios tamaños, en general muy funcional, no entiendo por qué la gente lo despreciaba tanto, a mí me fue muy funcional.

Después de esto, llegó para mí la era de los smartphones, tuve varios, entre ellos un LG KG800, un Motorola Rockr, y un Xperia Play, unos se me perdieron, otros dejaron de funcionar pero cada uno de ellos mejor que el anterior, en cuanto al almacenamiento, cada vez alcanzaban un mayor número de GB en cuanto a memoria interna y la externa por medio de micro SD, la funcionalidad del reproductor de música es indispensable para mí, en la compra de un Smartphone.

Actualmente con los nuevos servicios como Spotify, a mi parecer, ha cambiado drásticamente la forma en la que escuchamos música, creando playlists, con la posibilidad de almacenar la música en el dispositivo, acceder a ella sin conexión y escucharla desde cualquier dispositivo que tengamos, el único problema que le veo es el hecho del pago que se hace, para algunos un poco exagerado pero sin duda que vale la pena.
Por: Josué González
Twitter: @joss_gonzalez