La fórmula siempre se repite: cuando una serie se estrena y funciona, la segunda temporada suele magnificar todo lo que funcionó en primer lugar. Sucedió con fenómenos culturales como Juego de Tronos y Stranger Things; y también ocurrió con la segunda temporada de Sex Education.

Para acortar la espera del anuncio de la fecha de estreno de su tercera temporada, he decidido ver una vez más la primera temporada y, por supuesto, la segunda para platicar de esta última por acá.

¿De qué trata la segunda temporada de Sex Education?

Para comenzar vale refrescar un poco la sinopsis original: Sex Education se trata de una serie británica, creada por Laurie Nunn, la cual se centra en Ottis (Asa Butterfield), un adolescente tímido y asocial, hijo de una psicoterapeuta sexual (Gillian Anderson), que pese a su inexperiencia sexual domina muy bien la parte teórica debido al trabajo de su mamá. Una de sus compañeras, Maeve (Emma Mackey) se da cuenta del potencial de Ottis y le propone crear una clínica clandestina entre clases para ayudar a sus compañeros.

Pero a lo largo de la primera temporada de la serie Sex Education las cosas se complican, Otis se enamora de Meave y Meave de Otis, pero ambos creen que el otro no siente lo mismo, así que deciden terminar la clínica clandestina… hasta que, en la segunda temporada de Sex Education, se desata “una epidemia de clamidia” en el instituto, Otis retoma su viejo trabajo pero en esta ocasión Jean, su madre, es invitada a trabajar como consejera sexual de la escuela lo que complica más las cosas en la vida de su hijo.

Parece que Jean (la madre de Otis) es la principal beneficiaria de los cambios de trama en esta temporada, ya que tiene más que hacer. Gillian Anderson hace algunos de los mejores trabajos de su carrera mientras Jean lucha por tener una relación seria por primera vez en mucho tiempo, asumiendo más trabajo y una relación más tensa con Otis. En la primera temporada de Sex Education, Jean era una mujer increíble que parecía tener siempre el control y la confianza en sí misma. Ver grietas en eso, en esta temporada, es divertido y también desgarrador algunas veces.

Cuando ‘más’ significa ‘mejor’

A veces, menos es más, con excepción de algunas series como es el caso de esta. No hay duda que Sex Education regresó a lo grande; la serie original de Netflix lanzó estos ocho episodios con un elenco más extenso, más inclusivo y una trama que aborda todo tipo de problemas, más allá de los que vimos en la primera entrega. Además mantiene su fórmula, lo que ayudó a que funcionara tan bien cuando se estrenó: es capaz de hablar de temas difíciles o tabúes como el sexo, la adicción y la ansiedad en adolescentes pero siempre envuelto en una capa de comedia que le permite congeniar con todo tipo de público.

Esta temporada la serie Sex Education abordó algunos problemas muy reales que enfrentan los jóvenes de todo el mundo, la sexualidad y las orientaciones sexuales fueron muy importantes. Con personajes explorando su fluidez, saliendo del armario con sus padres y aceptándose a sí mismos como homosexuales, bisexuales y asexuales. La serie realmente avanzó en su búsqueda de inclusión y mostró al público historias con las cuales sentirse identificados por todos, no solo un solo sector al que suelen apuntar las series adolescentes (la jugada de la serie recuerda un poco a Glee, que al momento de su estreno, hace once años, resultó revolucionaria por llevar a la parrilla estelar de la televisión norteamericana, la historia de un adolescente homosexual).

Otro que goza de un arco tremendamente bueno en esta temporada es Otis, su personaje experimenta un crecimiento en diversos aspectos que lo enriquece en comparación a la primera temporada. Lucha con sus sentimientos tanto por Maeve como por Ola, además de tener una presencia masculina en su casa, algo que nunca antes había tenido. Si la primera temporada lo vio convertirse en un hombre en un sentido sexual, esta temporada se trata más de que él se convierta en un hombre en el sentido social y qué tipo de hombre quiere ser. Lo que permite que la segunda temporada de Sex Education nos lo muestre como un chico con virtudes y defectos, más real y menos estereotipado.

Más social que nunca

Si bien la primera temporada se atrevió a tocar la tecla del aborto, un tema peliagudo, en esta ocasión el acoso sexual fue un tema de relevancia durante toda la segunda temporada se Sex Education cuando Aimee (Aimee Gibbs) fue agredida sexualmente en un autobús. Aunque este es un tema difícil y emocional de explorar, fue poderoso de verlo en pantalla porque estas historias casi nunca son reflejadas. Aimee enfrentó una verdadera lucha para abrirse y hacer cara a su dolor a pesar de que creía que no era gran cosa y no quería denunciarlo a la policía, a pesar de que es lo correcto en este tipo de situaciones.

La vimos luchar durante la entrevista policial y el efecto que la agresión tuvo en su relación con su novio. Su dolor llegó a un punto crítico durante una asignación de detención después de la escuela, donde un grupo de chicas comparten sus experiencias de acoso sexual. Aunque es difícil de creer que muchas jóvenes experimenten esto, desde mi perspectiva, lo que la serie intentó decir es que el acoso sexual se puede perpetrar de muchas maneras y en algunas ocasiones incluso se normaliza.

Aunque hay aspectos serios en esta temporada, cuenta esas historias en una narrativa interesante. La vida no es del todo buena ni del todo mala, es un equilibrio y la serie refleja mucho esto en la forma cómica y exagerada en la que (casi siempre) se retrata la escuela secundaria; ese espíritu, homenaje a las películas de John Hughes, se mantiene y se agradece pero no deja de ser dura al tratar problemas sociales.

Manteniendo un nivel impecable

El guión de la segunda temporada de Sex Education es fantástico. Hay algunos momentos clichés que hemos visto muchas veces antes, pero están escritos y ejecutados tan bien que se perdonan fácilmente. El programa aumenta lentamente, pero la espera definitivamente vale la pena, ya que todas las historias llegan a una conclusión satisfactoria y las semillas plantadas para la tercera temporada de Sex Education están perfectamente ubicadas.

El soundtrack de la segunda temporada de Sex Education, es simplemente estelar. Ya sea la banda sonora del compositor Oli Julian o los temas musicales elegidos por el supervisor musical Matt Biffa, cada escena y momento se combina perfectamente con la música para elevarla aun más. El espectáculo también goza de una cinematografía increíble de Jamie Cairney. Sex Education ha puesto un nuevo listón para todas las demás series de adolescentes que estén por llegar, y ese listón es muy alto.

Sex Education está maravillosamente producida en todos los aspectos, desde la escritura y la actuación, hasta las elecciones musicales, que merece mucha más atención y promoción de la que actualmente recibe en Netflix. Un espectáculo realmente especial que necesitamos con ansias saber cuándo estrenen su tercera temporada de Sex Education.

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