En mis Análisis de las temporadas de GOT he podido explayarme sobre diversos temas de la serie a través de la muerte de varios personajes. El honor y la ambición descontrolada en la primera; la confianza y poca intuición en la tercera; el frenetismo religioso en la quinta; todos estos factores han acabado con la vida de muchos personajes. Entonces pensé «cómo voy a analizar toda la temporada con la muerte de un solo personaje (protagonista)». La séptima entrega de Game of Thrones reunió, por fin, a las casas principales: los Lannisters (Jaime, Cersei y Tyrion), los Stark (Jon Snow) y los Targaryen (Daenerys). Todo esto para concluir la reunión en una gran mentira.
Jon, hacedor de paz y justicia, propone dejar la disputa del trono a un lado y pelear todos juntos como hermanos contra el Rey de la Noche. No tiene sentido matarse entre ellos cuando un Rey más poderoso los acabará a todos tan pronto llegue el invierno. Y tiene razón. Daenerys Targaryen los ha visto y ha decidido dar un paso adelante en la tregua sugerida por Snow pero qué hay de Cersei. Snow propone llevarle un caminante blanco para que ella misma sea testigo del peligro que acecha a Poniente. Cersei se niega a una alianza pero eventualmente “acepta” hasta que al final de la temporada se revela que la Reina no piensa luchar en el Norte. Todo el fuerzo, el epicentro de la temporada se dirigió a una mentira. Y esto es algo que me resulta curioso.
Muchas de las movidas más astutas entre los jugadores de este Juego de Tronos están basadas en mentira por lo que la decisión de Cersei no me resultó tan sorprendente. Lo que sí me parece interesante es que el personaje que ha muerto esta temporada sea coincidencialmente, el Rey de las Mentiras: el vanidoso Meñique. Littlefinger fue el autor de los eventos que han abarcado todas estas temporadas y en esta ocasión su propia muerte sella el círculo.
Meñique y el juego de las mentiras
Littlefinger, también conocido como Petyr Baelish, ha sido uno de los jugadores más poderosos de Game of Thrones, acechando silenciosamente en las sombras y moviendo constantemente piezas para su propio beneficio. En esta temporada estuvo acechando en Invernalia, sin un propósito obvio, excepto volver a los aliados de Sansa contra ella y volverla dependiente de él. Pero antes de eso, parecía estar jugando un juego largo con un enfoque cambiante.
Lord Baelish, ha dicho tantas mentiras, medias verdades, distorsiones de la verdad y omisiones que puede ser algo difícil creerle, incluso cuando está siendo sincero. Por otra parte, Petyr Baelish ciertamente nos ha dado muchas pistas desde el principio de que no es un hombre en quien confiar. Es el arquitecto de muchas desgracias en Poniente.
Comencemos con Lysa y Jon Arryn. En el primer episodio de Game of Thrones, Robert Baratheon llega a Invernalia para pedirle a Ned Stark que traiga a su familia a Desembarco del Rey y sirva como su nueva Mano del Rey, debido a la muerte de Jon Arryn. Sabemos que Meñique causó esa muerte, conspirando con la esposa de Jon, Lysa, que era la hermana de Catelyn Stark. Lysa creía que Meñique estaba enamorado de ella y aceptó ayudarlo en sus maquinaciones por eso.
Luego, complicó aún más el equilibrio de poder en Desembarco del Rey al hacer que Lysa convenciera a los Stark de que los Lannisters mataron a Jon, lo que habría sido particularmente determinante para Ned, dado que fue criado como el pupilo de Jon Arryn antes de la Rebelión de Robert. Y dado que Cersei Lannister estaba casada con el entonces Rey actual, Robert Baratheon, Meñique, en esencia, logró convertir tres de las principales casas: Stark, Lannister y Baratheon, una contra la otra. De manera similar, estuvo muy cerca de matar a Tyrion Lannister por el intento de asesinato de Bran Stark.
Esta grieta resultó en que Robert fuera asesinado por los esfuerzos de Cersei y la traición de Meñique hacia Ned, lo que llevó a la ejecución de Ned. Esos eventos causaron la Guerra de los Cinco Reyes, y la mayoría de los eventos posteriores del espectáculo.
Meñique y su extraña manera de amar
Meñique es un hombre ambicioso, manipulador e inteligente. No teme a ser despiadado en sus planes siempre y cuando le ayuden a ascender al Trono de Hierro. Y sin embargo es un hombre que se dice capaz de amar. No a una sino a dos mujeres: Catelyn y Sansa Stark. Claro, poco a poco vamos entendiendo el extraño concepto de amor que maneja Lord Baelish.
«Te ayudaré a ir a casa» le prometió a Sansa por allá en la cuarta temporada de Game Of Thrones cuando este en complicidad con Ollena Tyrell ayudó a Sansa a librarse de Cersei y Joffrey. Pero la verdad es que el hogar de Sansa ya no existe y ella lo desconoce hasta que Petyr la lleva al Nido de Águilas (casa de Lysa). En cierto modo, ella tiene parientes allí, así que es una especie de hogar, ¡pero qué parientes! Una tía que mató a su propio esposo y le mintió a su propia hermana al respecto; un primo que quiere matar al esposo de Sansa y un «tío» que tiene un curioso interés en ella, es decir, Petyr.
Cuando Lysa intenta matar a Sansa (¡vaya sorpresa!), Meñique mata a su esposa jugando a ser su salvador, como si la idea de llevarla hasta allí no fue de él. Después de eso, Meñique decide llevar a Sansa finalmente a su casa, Invernalia, ahora tomada por los Bolton. Este le promete a la mayor de los Stark ayudarla a recuperar su hogar pero en realidad la llevó al matadero, haciéndola casar con el psicópata de Ramsay Bolton. Cuando Sansa logra escapar y recuperar Invernalia, Meñique regresa a su lado. Sí, pregonando una vez más su amor por ella.
La mejor lección que Sansa aprendió
Entonces llegamos a la temporada siete. A uno de los momentos más satisfactorios de un episodio lleno de momentos inolvidables, Sansa, a quien Baelish ha manipulado, mentido, traicionado y amado durante años, finalmente le da la vuelta y expone sus planes al mundo. Algunos de ellos ya los conocíamos. Otros fueron nuevas revelaciones. Haciendo un resumen al extenso currículum de como manipulador, podemos decir que Meñique conspiró con Lysa para matar a Jon Arryn (el señor del Vale) al darle veneno a Lysa; hizo que Lysa les dijera a Ned y Catelyn Stark que los Lannister envenenaron a Jon, lo que provocó una mayor animosidad entre las casas que luego estallaron en guerra; Littlefinger traicionó a Ned Stark, causando que fuera ejecutado por el Rey Joffery. Meñique le dijo a Catelyn que la daga de acero Valyria utilizada en el intento de asesinato de Bran pertenecía a Tyrion, cuando en realidad Baelish envió tanto la daga como al asesino. Luego, mató a Lysa Arryn empujándola a través de la Puerta de la Luna para tomar el control del Valle.
Esa es una lista bastante grande de crímenes. Aunado a su último movimiento: enfrentar a las hermanas Stark. Meñique trata de convencer a Sansa de que Arya quiere ser la Señora de Invernalia. Y allí es cuando Sansa, tal como ella confiesa “aprendo lento pero aprendo”, se da cuenta cuenta de las artimañas de Lord Baelish. Es imposible que Arya quiera hacerle daño para ser ella Señora de Invernalia, cuando Arya “no es una Señora”.
Durante la mayor parte de su vida, Littlefinger estuvo enamorado de Catelyn Stark. Una vez que Catelyn muere, parece transferir ese afecto a su hija. Meñique no consigue el afecto de Sansa pero consigue que ella aprenda de él. Sansa es capaz de dominar el lenguaje de la manipulación a tal punto que Meñique se sintiera orgullosa de ella de no ser porque la lección la puso en práctica con él. Al descubierto el indefenso Petyr Baelish se convierte en el ratón y Sansa en el gato.
“Solo un tonto confiaría en Meñique” dice Sansa sin saber que su mamá y papá lo hicieron. Pero ella había convivido tanto con él que fue capaz de abrir los ojos a tiempo. Sansa se volvió inmune al máximo poder de Lord Baelish: su facilidad para construir mentiras y Meñique incapaz de domar a su aprendiz no pudo detener el derrumbe de ese mundo.
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