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Él era diferente a todos

Él era diferente a todos:

-Dijo ella, al mismo tiempo que suspiró, se iluminó una sonrisa en su rostro, y brotó ligeramente una lágrima de esos enormes y profundos ojos negros.

Ella pensaba en él, no había día que no pensara en él.

Pensaba en el momento en la historia comenzó

pensaba en el día en que cruzó esa puerta, y sus ojos no hicieron más que enfocar esa figura, fue ‘amor a primera vista’ y ambos lo sintieron pero ninguno se atrevía a decirlo

pensaba en su primer cita, en el olor de su perfume de ese día, en su risa, sus labios

pensaba en el día en que ella le dijo que sí, en el lugar, el momento o la hora en que ninguno de los dos imaginaba lo que iba a pasar

pensaba en ese primer beso, que tuvo lugar en ese centro comercial, que se dio entre risas y nervios

pensaba en sus primeras discusiones, en sus primeras peleas.

Y fue entonces que justo en ese momento siempre llegaba a la misma conclusión, que desde la primera discusión, nada volvió a ser lo mismo, algo dentro de ellos cambió y ninguno pudo darse cuenta de lo sucedido.

Paso a paso cada uno se fue distanciando, hasta que apareció ella, y terminó aquello que apenas comenzaba.

Su eterno hombre perfecto le lloró y suplicó volviera a su lado, y ella lo intentó, pero nada volvió a ser lo mismo. Cada uno tiene mundos y realidades distintas, pero tantas cosas en común.

Ahora ella llora en silencio, le llora a su eterno hombre perfecto, al hombre que amó y amará, a pesar de todo y todos. Ella sonríe, pero ya no como antes, ya no existe ese brillo en sus ojos. Ella espera el día en el que encuentren por casualidad en la calle, y sus miradas se vuelvan a cruzar como aquel día, y ese amor vuelva a renacer. Y asegura entonces, que nadie los va a volver a separar.