He de admitir que siempre quise un hermano, un niño con quien compartir muchas cosas que simplemente con una mujer no se puede. La vida no me regalo eso, me dio una hermana que adoro con toda el alma pero me quede con «esa espinita» y apenas, he de confesar, gracias a una amiga que ya considero mi hermana, me la estoy sacando.
Mi «hermana del corazón» tiene un hermanito pequeño, bueno no es pequeño, es adolescente, pero en verdad es una de las personas más maravillosas con las que me haya topado en el universo (sin exagerar). Caballeroso, simpático, inteligente, con un carisma impresionante, bueno si enlistara todas sus cualidades jamás acabaría el post y pues necesitamos avanzar. Es alguien que no sólo tiene metas, si no que tiene la capacidad de cumplirlas a base de esfuerzo y dedicación, alguien de quien me siento profundamente orgullosa por su calidad de ser humano.
El domingo, tuve el gusto de ver a mis hermanos de nuevo, de convivir con ellos en una, digamos que fuimos a una especie de convención o algo parecido, esa llamada La Mole. Mi hermanito, se disfrazo de Marty McFly (personaje de Volver al Futuro), creo que convirtió el «bullying» que ejercí sobre él La Mole pasada en algo positivo y he de decir que con gran éxito. (NOTA: No ejerzo bullying, sólo no encontré otra forma de decir carilla de forma que se entendiera)
Ir con él y ver que la gente reconociera el cosplay y quisiera tomarse fotos, fue algo que también me lleno de satisfacción, no es que la ocasión pasada no me gustará su disfraz de Ash (Pokémon), si no que en esta ocasión el parecido que tiene con el personaje es tanto que la verdad no pude evitar presumirlo con todos mis conocidos. Además de que oír que le dijeran «McFly» me causo demasiada gracia ya que así me refiero a él cuando llegó a hablar con amigos.
Ahora bien, no es que quiera presumírselos ni nada (la verdad sí) pero la verdad es que ya sea mi hermana de sangre o mis hermanos de la familia que yo he elegido, me hacen sentir sumamente agradecida con la vida por haberlos puesto en mi camino. En especial a este niño que me refuerza la idea de que hubiera sido una gran hermana mayor (en mi caso y por mi altura más bien parezco su mascota pero ¿qué importa?).
Aunque él y mi hermana me hagan tomarme fotos cuando no quiero y también me acompañen cuando si quiero, sé que es la gente con la que puedo «ser ridícula» y sentirme orgullosa al respecto, reírme de mi misma, planear cosas que otras personas no entenderían, decir los «te amo» más sinceros, recibir cariño, escuchar el «¿saliste con eso?» y no sentirme ofendida, es la gente que llena mi corazón, gente por la que oro siempre, porque sé que es la gente por la que no me pesaría dar todo simplemente porque lo merecen.
En esta época de dar amor, díganle a esa familia de sangre y a esa familia adoptiva lo mucho que significan para ustedes, no desperdicien ni un minuto. Díganle lo mucho que disfrutan con sus logros, lo bendecidos que son al tenerlos en sus vidas, lo mucho que los aman, lo bien que la pasan al estar a su lado. Por mi parte, sé que Jatzo, la hermana que la vida me regalo y la cual me ha dado miles de satisfacciones; Vero, Ricky, Monse y Yess que son mis hermanos del corazón, saben que no hay nada que me haga sonreír más que tenerlos en mi vida porque a pesar de todo están en mi mente y corazón cada minuto y no me cansó de alardear de cada meta cumplida y cada una de las que faltan.
Espero que también estés orgulloso de tu familia y que en estas fechas la pases con ellos demostrándoles tu amor, por mi parte sólo diré ¡los amo hermanos!
Por cierto, la foto principal es una caricatura que nos hicimos en la convención.