Esta entrada es subjetiva, dejó de lado fuentes y opiniones de terceros. Esto es simplemente lo que pienso, pueden estar en contra, pero lo diré tal cual lo percibo y lo entiendo.
Desde hace algunos meses se escucha en diferentes medios sobre la aparición de grupos denominados “autodefensas” en el estado de Michoacán y recientemente en el estado de Guerrero.
¿Qué son las autodefensas? ¿Por qué surgen? ¿A qué intereses responden?
Es necesario hacer un ejercicio de memoria al pasado reciente del país, para recordar que debido a la malograda estrategia contra la delincuencia lanzada por la administración del expresidente Calderón, los carteles de la droga no sólo respondieron con una violencia que superó toda expectativa, sino que además el mapa de los grupos delictivos se reconstruyó y nuevos carteles surgieron en el escenario, entre ellos la familia y el de los Caballeros Templarios ambos en territorio michoacano, donde además operan el cartel de Sinaloa y el denominado de Jalisco Nueva Generación.
En diferentes entidades de la república, los ciudadanos que no somos ni parte de las fuerzas armadas ni de las organizaciones delictivas nos vimos de pronto como “el aguacate de las tortas”, aplastados en medio de la violencia que la lucha entre carteles y soldados, carteles y federales, carteles contra carteles y militares contra federales en “errores estratégicos” (créanlo o no) llevaban a cabo.
En el sexenio anterior la atención mediática se concentró principalmente en los estados del norte y noreste: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, eventualmente San Luis Potosí y Veracruz, quienes comenzaron (o comenzamos) a vivir una violencia inimaginable ocho años atrás. Y no es que en la costa del Pacífico las cosas no estuvieran siendo revueltas, sino que siempre había sido vista como territorio “caliente” cuando se hablaba de narcotráfico.
Los michoacanos comenzaron, como muchos en el país, a cansarse de ser víctimas; de las malas administraciones estatales, de los grupos criminales que extorsionaban, secuestraban, torturaban y mataban a sus conciudadanos, de una estrategia inhumana del gobierno federal que veía (y sigue viendo) a los ciudadanos como “daños colaterales”, de un ejército y fuerzas federales que pisotean garantías individuales, que cometen los mismos atropellos que dicen combatir y que terminan vendiéndose a quienes dicen combatir.
Los michoacanos dijeron “ya basta”. Se organizaron, se armaron, se enfrentaron a sus victimarios y defendieron sus pueblos, su patrimonio, a los suyos, defendieron lo que su gobierno no ha sabido defender. En algunos pueblos, la delincuencia organizada ya no puede entrar, y el gobierno ha dejado de serlo.
La entrada de las fuerzas federales a estos pueblos recuperados por las autodefensas ha dejado su cuota de sangre ciudadana. Creo que el mensaje es muy claro, el gobierno peñista no quiere que la gente se organice, se subleve, que deje al descubierto que en México el gobierno no se preocupa por la seguridad de su gente. Nunca apoyaría la vía armada pero, ¿qué harías cuando no hay garantías por parte de quien debe dártelas?
Imagen de CNN