Iba a escribir sobre fetiches y demás, pero qué rayos, eso será para otro día. Me desperté con un aire de… Oye pues digamos que no desperté, que sigo soñando, que sueño que estoy escuchando la encamada por la paz en Amsterdam de John Lennon y Yoko Ono por primera vez. Me la estoy inventando mientras sigo arropado, probablemente babeando las sábanas. No, no me desperté.
Entonces, dentro de este sueño que llamo domingo, escucho a Lennon decir que a la paz todo el mundo la habla y nadie hace nada por hacerla.
Mira que pareja tan increíble, estaban en perfecta sintonía, humana y artística. Ellos se querían y se les notaba en lo que hacían, pedían la paz mediante la paz, querían libertad siendo libres, cantaban sobre amor juntos, amándose.
Yoko fue lo peor que le pasó a los Beatles y lo mejor que le pasó a Lennon. Claro está, ella mató al grupo porque hizo a Lennon sentirse fuera de lugar, ella, con su extraña influencia invisible, como la de la Luna a la marea, cambió a Lennon. Lo hizo querer buscar más, querer gritar más, querer desnudarse, querer agarrar una guitarra para decirle al mundo que le dieran una oportunidad a la paz.
Así es el amor de artistas supongo, los cambia, los hace mezclar ideas y parir nuevos conceptos, los hace querer surgir en pareja como una sola entidad creativa.
Así es el amor a la paz, a la humanidad. Así es el arte, es amor.
Cambridge 1969. Gritos y alaridos, algunos acordes de una guitarra distorsionada. No Bed For Beatle John, Ono y Lennon cantando a cappella titulares de la prensa sobre ellos. Música de locos, le dice mi vieja.
Así mismo me vienen a la mente Frida Kahlo y Diego Rivera. También se amaron, se influenciaron, se tocaron el uno al otro y se hicieron daño como nadie más pudo. Tanto fue así que en su autobiografía Rivera admitiría que lo mejor de su vida (sin él darse cuenta) fue haberla amado, a Frida.
Linda y Paul McCartney o caso contrario Courtney Love y Kurt Cobain. Parejas en las que se influenciaron de forma positiva y negativa respectivamente. Esos amores de artistas o curan o matan.
El arte nos cambia, nos voltea para afuera y nos deja sin nada, sin tripas ni alma, ni estómago ni alimento, ni aire ni pulmones. Mezcla eso con el amor, que nos agarra de los pies y nos pone de cabeza y bueno, terminas con gente que no tiene nada de nada, solo lo que tengan dentro de sus cabezas y dentro de sus corazones.
Terminé este artículo y me di cuenta que me acabo de despertar, es domingo al mediodía, 12:48 del junio 23 del 2013.