La novena película de Quentin Tarantino y una de las más esperadas del 2019, finalmente llegó a las carteleras de cine del mundo. Once Upon a Time in Hollywood es un relato con la usual sátira, comedia, guion ocurrente y cinismo de su filmografía, trasladado a una historia que conmocionó a toda la industria de Hollywood a finales de los años 60.

Para nadie es un secreto que Tarantino se ha convertido en uno de los directores contemporáneos más famosos del momento con películas como Kill Bill o Pulp Fiction. Con cada anuncio de un posible proyecto nuevo, la mayoría del mundo cinéfilo enloquece, y claramente Once Upon a Time in Hollywood no iba a ser la excepción, mucho menos con semejante elenco.

Érase una vez en Hollywood…

Basada en la trágica historia conocida por “The Tate Murders”, una escandalosa masacre perpetrada por seguidores de Charles Manson que resultó en el asesinato de cinco personas, entre ellas la actriz Sharon Tate (interpretada por Margot Robbie).

Tarantino, ya acostumbrado a darle la vuelta a la tortilla y ofrecer sus propios finales, retoma parte del caso y desarrolla un fantasioso desenlace que recuerda a la masacre de los nazis en Inglorious Basterds y la principal matanza de Django Unchained. Una desviación de la realidad que muestra lo que seguramente el director hubiese deseado que sucediera (o lo que cree meritorio), sin olvidar su característico tono burlesco.

Once Upon a Time in Hollywood

Hablando de Inglorious Basterds, aunque ambas cintas comparten un final irreal y subversivo de la historia, en la película de 2009 se muestra a un destrozado y agujereado Adolf Hitler, mientras que en Once Upon a Time in Hollywood, Charles Manson, el principal líder en este caso, tiene sólo una breve aparición y al final no se sabe nada más de él, dejándonos un poco con las ganas de ver un merecido final como el que tuvieron (en la película) el resto de las personas del culto (pero quizás el argumento tomaría un rumbo todavía más caricaturesco y más distanciado de Sharon).

Forma y referencias de Once Upon a Time in Hollywood

El hecho de no estar al tanto del caso real no impide disfrutar de Once Upon a Time in Hollywood, sin embargo, no tendría para nada el mismo impacto, sería como ver Inglorious Basterds sin saber que Hitler murió en la Segunda Guerra Mundial, o ver Django Unchained sin tener una idea mínima de la historia de la esclavitud en los Estados Unidos. La idea está concebida para reconocer referencias que no sólo tienen cabida a nivel ornamental, sino también argumentativo.

El propio Quentin recomienda ver las siguientes películas antes: Fort Dobbs (1958), The Great Escape (1963), Valley of the Dolls (1967), Any Gun Can Play (1967), Marlowe (1969), The Wrecking Crew (1969), Model Shop (1969) y The Bandit (2016), algunas cintas de donde toma cierta inspiración, como tiene por costumbre.

Aparte de otras referencias obvias como las menciones y representaciones de Bruce Lee, Roman Polanski, Steve McQueen, Sergio Corbucci o Antonio Margueriti (sí, como el nombre italiano de Donny Donowitz/Eli Roth en Inglorious Basterds); aunque realmente no se trata de una indicación directa, es imposible no asociar la línea aérea Pan Am con uno de sus primeros trabajos, Jackie Brown (1997).

Pam Grier en Jackie Brown

En cuanto a la estética y su forma, Tarantino decide prescindir esta vez de su acostumbrado formato dividido por capítulos y en cambio trabaja en un resultado más cohesivo. Asimismo, la fotografía se maneja en una paleta de colores mayormente cálidos que le dan ese toque veraniego de Los Ángeles, justo finalizando la década de los 60, con las calles ataviadas de hippies y palmeras.

Aparte de hacer a un lado la usual segmentación por capítulos, Once Upon a Time in Hollywood es una película totalmente tarantinesca. La ultraviolencia, la característica ironía, el uso de planos holandeses, el particular duelo al estilo Mexican standoff (rivales a la par), la cinematografía de Robert Richardson (quien ha trabajado en la mayoría de los proyectos de Tarantino) e  incluso el énfasis en los pies de algunos personajes, son algunos de los elementos que marcan su pulso a la hora de hacer cine.

Sobre la música, el declarado melómano hace una selección musical al punto. Temas de Deep Purple, Simon & Garfunkel, Neil Diamond y demás canciones sesenteras hacen resaltar un soundtrack que va a la par de toda la película, al igual que el vestuario.

Rick Dalton (Leonardo Di Caprio) y Cliff Booth (Brad Pitt)

Elenco y actuaciones de lujo

Once Upon a Time in Hollywood se da el lujo de tener actorazos para casi cada papel, por más breves que sean. Empezando por supuesto con un Leonardo Di Caprio que se come la pantalla, su personaje (Rick Dalton) tiene una característica tragicómica que interpreta de manera hipnótica, manejando el melodrama y la ironía con el necesario toque exagerado (pero paradójicamente sin lucir excesivo). Y cuando no está haciendo uso de la parodia, entrega la actuación, de otra actuación (Inception de actuaciones) como el implacable malvado propio de un Spaguetti Western (con ciertas escenas que recuerdan a su desquiciado papel en Django Unchained).

Brad Pitt por otro lado, se destaca con un papel mucho más sobrio, pero bien ejecutado. Cliff Booth es ese personaje que al final todo parece que le saliera bien (su franela describe su papel de «Champion»), e incluso cuando no es así, sigue dando esa impresión (mención especial para la pitbull Brandy). Mientras que Margot Robbie interpreta a una idealizada Sharon Tate que se muestra como una figura casi angélica (quizás una forma de homenaje) ajena a la línea de Rick y Cliff.

Margot Robbie (Sharon Tate)

Por otra parte, bien es sabido que a Tarantino le gusta repetir actores, y además de los tres principales, ya habiendo trabajado con Brad Pitt, también tienen pequeños papeles: Kurt Russell, quien también es narrador (The Hateful Eight, Death Proof), un cameo de Michael Madsen (Reservoir Dogs), y las hijas de Uma Thurman de Kill Bill (Maya Hawke) y Bruce Willis de Pulp Fiction (Rumer Willis).

Los que no repiten pero cabe destacar sus participaciones, son: Al Pacino, Bruce Dern (que reemplazó a Burt Reynolds tras su fallecimiento), Luke Perry (su último papel), Dakota Fanning, la pequeña Julia Butters con un papel muy divertido; y actores de televisión como Margaret Qualley (The Leftovers), una breve aparición de Victoria Pedretti (The Haunting of Hill House), Damian Lewis (Homeland, Billions) y Lena Dunham de Girls.

La penúltima película de Tarantino

El director americano declaró hace un par de años que su filmografía sólo contaría con diez películas como máximo, por lo tanto, lamentablemente para muchos, estamos ante su penúltimo trabajo, que en definitiva, es una oda a la industria y a la propia Sharon Tate.

Once Upon a Time in Hollywood está llena de los característicos elementos que componen el particular estilo de Tarantino y nos deja esperando su siguiente película con más ansias que nunca.