Durante un año (o más, en algunos países) todo el mundo, literalmente, experimentó cambios, muchos de estos radicales, en sus sistemas de vida. Esto, debido a la pandemia por Covid-19 que afectó cada rincón del planeta. Desde nuevos regímenes estrictos de lavado de manos hasta eventos cancelados o tener que trabajar desde casa, esto sin duda tuvo un impacto negativo (o positivo, de acuerdo a quien le preguntes) en la vida de todos. Sin embargo, nuestro planeta fue el principal beneficiado de esta crisis mundial. Te preguntarás cómo es eso posible si millones de personas murieron en este tiempo. Bueno, los beneficios de la pandemia para el medio ambiente, que mencionaremos a continuación, radican principalmente en el hecho de que el mundo ‘se paralizó’ y pudo ‘respirar mejor’.
Los beneficios de la pandemia para el medio ambiente
Precisamente la cuarentena, el aislamiento que se vivió, principalmente en las ciudades más transitadas alrededor del mundo, colaboró a que el mundo estuviese en mejores condiciones. Y durante ese mismo tiempo, fuimos testigo de esto a través de hechos que eran cubiertos a diarios en las noticias.
Ahora, echemos un vistazo a cómo los beneficios de la pandemia para el medio ambiente fueron posible.
Disminución de carbono
Durante y después del caos por la pandemia, las empresas se dieron cuenta de que sus negocios pueden mantenerse a flote al permitir que sus empleados trabajen desde casa para mantener a todos seguros y saludables.
El confinamiento también trajo consigo ver animales caminando libremente en las calles.
Una gran ventaja de trabajar desde casa es que es bueno para el medio ambiente. La disminución de las emisiones de carbono solo del viaje diario al trabajo mejora significativamente la calidad del aire. Según expertos, trabajar desde casa tiene el potencial de reducir más de 300 millones de toneladas de emisiones de carbono al año. Sin mencionar todos los otros beneficios increíbles, como el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y la disminución de la congestión del tráfico.
La calidad del aire ha mejoró en las áreas de confinamiento
La calidad del aire mejoró enormemente en países como Italia y China , donde el confinamiento fue radical. Según el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, «el número promedio de ‘días de aire de buena calidad’ aumentó un 21,5 % en febrero [2020], en comparación con el mismo período del año anterior«.
Por supuesto, las emisiones de carbono también redujeron significativamente en China. Durante el mismo mes, experimentaron un descenso del 25%. Debido a que China es el mayor contaminador del mundo, esta es una buena noticia para todos nosotros, ya que podría llegar a medir aproximadamente 200 millones de toneladas. Incluso el consumo de carbón de China se redujo un 36% en comparación con 2019.
¿Estos cambios tendrán un impacto a largo plazo aun después de la pandemia?
A medida que la pandemia se propagó rápidamente y afectó a más y más países, quedó claro que tenía el potencial de perturbar la vida cotidiana a escala mundial y cambiar la forma en que usamos la energía, quemamos combustible y emitimos contaminantes a la atmósfera.
Varios estudios analizaron datos de actividad, para estimar cómo esto podría cambiar las emisiones de aerosoles y gases de efecto invernadero. En resumen, se estimó una media de una caída en las emisiones de dióxido de carbono de alrededor del 17 % durante abril de 2020 y proyectó que esto conduciría a una disminución de alrededor del 7 % para el año en su conjunto.
La forma en que estas emisiones afectan el contenido de la atmósfera varía para cada gas o aerosol diferente. Muchos lugares del mundo experimentaron grandes mejoras en la calidad del aire y la visibilidad debido a la reducción de los aerosoles, sin embargo, no es un cambio a largo plazo, sabemos que los aerosoles solo permanecen en el aire durante unos días, por lo que sus cantidades pueden cambiar muy rápidamente.
En cambio, los gases como el dióxido de carbono tienen una vida útil muy larga en la atmósfera y, por lo tanto, los cambios en las emisiones solo los afectan muy lentamente. Si bien una disminución en las emisiones del 7 % no tiene precedentes, aún significa que el 93 % de nuestras emisiones normales se fueron a la atmósfera y los niveles de dióxido de carbono continuaron acumulándose.
A pesar de que inicialmente tuvo muy poco efecto sobre el clima, en escalas de tiempo más largas durante muchos años, la disminución de las emisiones de dióxido de carbono provocará un efecto de enfriamiento. El mensaje es que si podemos continuar reduciendo nuestras emisiones, todavía tenemos la posibilidad de limitar el nivel de calentamiento futuro y la gravedad de los impactos futuros del cambio climático.
Ahora es un buen momento para considerar cómo podemos planificar nuestra recuperación y desarrollo económicos de una manera que asegure un futuro sostenible y una transición hacia una baja emisión de carbono.
Muchos países se han comprometido a lograr estos objetivos de cero emisiones netas, pero hacerlo requiere una transformación de gran alcance en todos los sectores de la sociedad. Esto incluye la planificación a largo plazo de la infraestructura, desde la generación de energía hasta la calefacción doméstica y la infraestructura de vehículos eléctricos. Cómo logramos esto depende de la sociedad, pero la comprensión científica del sistema climático ayuda a planificar posibles soluciones. El impacto de las restricciones de Covid ha brindado una oportunidad única para que la sociedad busque formas de avanzar que podrían traer cambios permanentes hacia un futuro resistente al clima.