El trabajo debe resultar gratificante, debe ser una actividad que nos ayude a satisfacer nuestras necesidades básicas, el buen trabajo debe ser reconocido eventualmente y nos debe ayudar a sentirnos útiles con nosotros mismos y con la sociedad, pero ¿Qué sucede cuando el trabajo se convierte en nuestra vida, en nuestra única actividad? de aquí se derivan problemáticas familiares, de salud e incluso laborales debido a bajo rendimiento por el desgaste del trabajo y por la falta de vida personal. Es por eso que debemos mantener un equilibrio en ambos aspectos y aquí les dejo algunas opciones para hacerlo:
Recordar que el trabajo nunca termina
Debemos tomar en cuenta que mientras tengamos trabajo, siempre vamos a tener algo que hacer, cosas que se hacen con una periodicidad determinada que no vamos a dejar de hacerlas mientras trabajemos en la empresa, imprevistos que van a surgir de último minuto, reuniones que no se pueden posponer, siempre tendremos trabajo, no se va a acabar, la clave es saber determinar prioridades, ¿Qué puede esperar para mañana, qué tengo que hacer en este momento, qué debo hacer antes de salir? así será más fácil terminar el día sabiendo que las actividades más importantes del día fueron terminadas.
Priorizar ¿clientes o familia?
Hay que dar la real importancia que las cosas se merecen, nuestra familia va a estar con nosotros para siempre, los clientes probablemente encuentren un proveedor más barato y se vayan o puede ser que nosotros encontremos un mejor trabajo y los dejemos a ellos, por eso debemos mantener ese equilibrio y hacer la diferencia entre cuales son los horarios y días en que “pertenecemos” al cliente y cuales los que “pertenecemos” a nuestra familia. Para evitar que los clientes o jefes nos busquen a deshoras o en días que pasamos con la familia, la vida no es la oficina.
Administrar el tiempo en la oficina
Ser muy trabajador no significa que seamos los primeros que llegamos y los últimos que nos vamos, de hecho es lo contrario, salir tarde para terminar pendientes habla de que durante el horario de trabajo normal no se administró correctamente el tiempo, hay quienes pasan gran parte de su tiempo laboral platicando, ya sea con compañeros de la oficina o en llamadas personales, otros la pasan fumando o simplemente el otras actividades, al final del día se dan cuenta que sus pendientes no han sido terminados y deben quedarse. No tiene nada de malo quedarse 20 o 30 minutos, el problema viene al quedarse horas.
Valorar la vida personal igual o más de lo que valoramos el trabajo
Cuidar de nosotros mismos, de nuestra salud tanto como hacemos por cuidar nuestro trabajo nos va a dar la posibilidad de estar más saludable, con más energía y con mejor ánimo para trabajar pudiendo así mejorar nuestra productividad, realizando paseos en familia, haciendo ejercicio, leyendo un libro o simplemente descansando adecuadamente, contrario a si convertimos nuestra vida en despertar-trabajar-dormir.
Por: Josué González
Twitter: joss_gonzalez
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