Me sorprende y entristece muchísimo que en pleno siglo XXI, y en medio de un auge tecnológico que te permite acceso a toda clase de conocimientos, el mismísimo gobierno pueda tener ideas ignorantes y homófobas, como está sucediendo en Rusia.
Más aun, que un organismo como el Comité Olímpico Internacional, no sea capaz de defender a sus atletas ya no por que tengan derecho a la libertad sexual, sino de derechos humanos básicos.
Para los que no estén familiarizados con lo que estoy hablando, les haré un pequeño resumen:
Desde hace meses, en los medios electrónicos se estuvo especulando sobre la aplicación de la ley rusa que prohíbe terminantemente cualquier propaganda en apoyo a todo lo que vaya en contra de los “valores tradicionales”, específicamente la homosexualidad, que, según el gobierno ruso “atenta contra la familia y el matrimonio”, durante los juegos olímpicos invernales planeados a celebrarse en la ciudad rusa de Sochi. Esto haría que si algún participante, local o extranjero, mostrara si quiera el más mínimo apoyo a la comunidad LGBT, estaría expuesto a las medidas que las autoridades rusas decidan tomar, y no sólo eso, también a las del COI, que ha dicho que los participantes que se expresen a favor de ella o como parte de ella, sufrirán amonestaciones que pueden llegar hasta la expulsión de los juegos.
Me duele pensar que un país con una cultura tan hermosa como la rusa (saludos a Vyach si me está leyendo), tenga una forma de pensar tan retrógrada, obviamente pienso en su gobierno más que en los habitantes, pues a los que me ha tocado conocer, son personas cultas y tolerantes.
Muchas personalidades se han levantado exigiendo al COI que proteja a los competidores y deportistas, y no sólo a ellos, exigiéndole a las comisiones de defensa de los derechos humanos, que velen por la seguridad de aquellos rusos que han sido golpeados y maltratados por el simple hecho de ser homosexuales.
El activista y actor Stephen Fry, ha sido de los más destacados, y sus palabras han llegado al corazón de la comunidad LGBT, de la que forma parte, alrededor del mundo:
Putin está repitiendo éste loco crimen, pero esta vez en contra de la comunidad LGBT de Rusia; asesinatos y humillaciones son ignorados por la policía. Cualquier defensa o discusión razonable sobre el tema, está terminantemente prohibida por la ley. Por ejemplo, decir que Tchaikovsky era gay y que su obra y arte ha influenciado a otros artistas homosexuales, sería castigado con prisión.
A cualquier costo, Putin no puede ser visto como alguien que tiene la aprobación del mundo civilizado. (…) Está usando a los homosexuales como chivos expiatorios, tal como Hitler hizo con los judíos.
Atletas como el patinador Johnny Weir, abiertamente gay, han declarado que no piensan violar la ley, pero está “preparado para ser arrestado”.
Miles de personas alrededor del mundo se están manifestando frente a embajadas y consulados de Rusia, sin embargo, las posibilidades de un cambio de sede son muy remotas.
La pregunta que nos queda a todos es: ¿Cuántos arrestos por homosexualidad o abogar por ella habrá en Sochi?