Aceptar y tomar conciencia de lo propio.
«El conocerme a mí mismo
ya me va costando
muchos momentos de abismo
y el cómo y el cuándo…»
Rubén Darío
Asumir, me dijo Gabriel, el ángel que me ilumina espiritualmente. Y luego encontré aceptar, admitir, contraer, comprometerse, responsabilizarse, adjudicarse, arrogarse, apropiarse, tomar, conseguir, lograr, obtener, alcanzar; todos estos sinónimos hay para describir una sola acción que es muy difícil de llevar a cabo para algunos seres humanos. Porque me he encontrado con gente que no admite sus errores, ya en confianza yo he pasado por momentos en los que no asumo mis aciertos o fallas. Y hay gente que no es capaz de decir la regué, bueno y disculparse menos, eso no está dentro de sus movimientos en este mundo. Creo que por no ver nuestras fallas, es que, no se asume la responsabilidad de los actos, palabras, gestos o tonos de voz.
Porque dime, si o no es verdad que asumir cuesta trabajo, sobre todo hablando de equivocaciones. Somos humanos, que caray, no somos perfectos. ¿La perfección existe? ¿Hay algo que esté cerca de este término? Hasta ahorita yo no he conocido a nadie perfecto, ni nada perfecto. El mundo es así erróneo.
Entonces tenemos la acepción, la idea e, inclusive, a veces decimos que aceptamos algunas cosas, aunque no se sienta profundamente esa aceptación, pero cuesta mucho voltear la mirada al interior y saber que lo que nuestros pensamientos nos llevaron a decir o cometer es cierto para bien o mal. Bueno yo pensé en cómo poder lograr aceptar, admitir, contraer, comprometerse, responsabilizarse, etcétera para hacer más sencilla la tarea que me encomendó mi ángel, la de asumir.
Bueno para asumir, creo que el primer paso, es sentir en la profundidad de nuestra alma la verdad de la situación. Ver la raíz, causa y circunstancia de porque están las cosas patas pa´arriba. Pero ojo, cuando vemos que pasa, no estamos asumiendo, sólo estamos en el proceso de reconocimiento de causas.
Después recrear la imagen de la escena y estudiar los actos, palabras o gestos que sucedieron mientras el acontecimiento nos borraba la lucidez y la razón, entonces llegamos y vemos el punto de los actos. Porque un acto puede desencadenar un furiosa contienda entre dos personas, inclusive aunque se amen absolutamente. En la emoción de la discusión o diferencia nos dejamos llevar por todo este tumulto de sentimientos y actuamos conforme el que nos gobierna en ese momento.
Pero luego viene el paso más complicado, que no es fácil de dar. La aceptación, el asumir, responsabilizarse, comprometerse upss palabras muy fuertes, palabras que parecen tener un repelente y que cuesta digerirlas. Inclusive cuando la situación de las circunstancias es positiva, asumir la responsabilidad de algo se llega a sentir como una carga en la conciencia. No te ha pasado que aceptas el rol y luego sientes como si una enorme y pesada roca cayera en tus manos, y es hasta que aceptas esa roca que se convierte en una pequeña piedra ligera. Ese proceso lleva un camino a veces largo otras tantas muy corto y en otras nunca se llega.
Entonces para asumir necesitamos tres pasos a buscar: las causas, los actos y luego llegar a asumir los dos primeros para actuar.
La responsabilidad no es fácil para nadie, pero en la medida que nos (re) conozcamos podremos saber nuestras fallas y aciertos, luego entonces podemos asumir cada una de ellas y asumirnos a nosotros mismos. Para que seamos personas que estamos en paz y serenas en el interior de nuestro corazón y espíritu.
Por eso yo hoy asumo que muchas veces mi comportamiento es errático pero que siempre hay un momento de reflexión para (re) conocerme, para admitir y ya no tener tantos momentos de abismo.
Cuéntame si ya empezaste.
Ale Olson