De Diana Spencer a Lady Di, el surgimiento de un ícono cultural

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Diana de Gales no se convirtió en la persona más famosa del planeta por su muerte, su muerte se convirtió en un fenómeno de interés mundial porque cuando ocurrió, en 1997, ella era la persona más famosa y querida del mundo. Desde aquel suceso, han transcurrido casi veinticinco años pero Diana, la eterna princesa de Gales, sigue generando noticias e inspirando libros y artículos como este ¿Cómo fue esa transición de Diana Spencer a Lady Di?

En menos de un año, dos producciones han retratado la caótica etapa que Diana  vivió junto al Príncipe Carlos, una relación cargada de drama y toxicidad desde el minuto uno en que se conocieron. Primero en The Crown y ahora con Spencer, la película dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Kristen Stewart quien es la favorita a alzarse con la estauilla de Mejor Actriz Principal en los Oscar por dicha interpretación. Stewart sería la primera actriz en la historia del cine, abiertamente lesbiana, en obtener tal reconocimiento. Algo que la mismísima Lady Di estaría contentísima de ver, seguramente. Porque así fue ella, reina de corazones, de las minorías, de las causas justas y los desprotegidos. Lady Di se convirtió en la Princesa del Pueblo o en la primera influencer de la Generación X, no solo por su estilo al vestir, también por sus buenas acciones.

De Diana Spencer a Lady Di, el nacimiento de un ícono

Aunque Spencer está ambientada en el fin de semana en el que la Princesa Diana decidió divorciarse de Carlos, su vida –antes y después de aquel momento- estuvo marcada por muchas acciones que la convirtieron en lo que es hoy: una de las personas más influyentes del mundo.

Su vida no estuvo libre de incidentes. Desde ser muy joven al contraer matrimonio con Carlos (ella tenía 19 años y él 31) , hasta el hecho de ‘revelarse’ y esforzarse por llevar una vida menos aferrada a las arcaicas normas de la monarquía. Pronto fue mucho más que un icono de estilo, convirtiéndose en una destacada de la filantropía. Diana no gobernaba al pueblo (ese rol lo tenía la Reina Isabel II) pero sí lo entendía y entendía también que no todos tienen la dicha de vivir en un Palacio rodeada de lujos como ella; algo que normalmente se le ha criticado a la corona que, en muchas ocasiones, parece ajena a los verdaderos contratiempos del pueblo.

Así que su interés por muchas casas despertó el amor, la admiración y el respeto, no solo del pueblo británico sino de todo el mundo. Sin querer conformarse con la etiqueta de ‘la próxima Reina de Inglaterra’, Diana empezó a luchar por diversos movimientos que ninguna figura pública había mostrado interés como:

Luchó por la prohibición de las minas antipersona

Pocos meses antes de morir, la princesa Diana viajó a Angola, y una imagen perdurable de ella saliendo a un campo minado activo permanece en nuestras mentes y corazones.

Abogó fervientemente por la prohibición de las minas antipersona y se dice que otra icónica imagen (la de ella hablando con una niña con una pierna amputada, víctima de estas minas), sirvió para instaurar el Tratado de Ottawa o Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción, donde se prohíbe la adquisición, la producción, el almacenamiento y la utilización de minas antipersonales”. Lo alentador es que su hijo menor, el príncipe Harry, ha tomado el relevo al continuar con el trabajo de su madre.

Trabajó por la concienciación sobre el VIH/SIDA

Cuando el mundo se despertó ante los horrores del VIH/SIDA a principios de los años 80, los pacientes fueron rechazados y estigmatizados porque la enfermedad tenía una connotación sexual. La princesa Diana fue una de las muy pocas personalidades que no evitó hablar y luchar por la concienciación sobre el VIH/SIDA. Ya en 1987, pudimos ver su lado compasivo cuando visitó a pacientes con SIDA en un hospital de Londres. También se le vio estrechando la mano de un paciente sin guantes, enviando un mensaje al mundo de que la enfermedad no se podía transmitir por contacto. Este único acto de una princesa cambió en gran medida la percepción de la gente sobre el VIH/SIDA.

Ayudó a los jóvenes y a las personas sin hogar

En 1992, la princesa Diana se convirtió en patrocinadora de Centrepoint, que ayuda a los jóvenes y las personas sin hogar a salir de las calles. Visitaba refugios constantemente, llevando a sus hijos pequeños, los príncipes William y  Harry, con ella. Más tarde, el príncipe William, su hijo mayor, se convirtió en su patrocinador en 2005.

Abogó por la concienciación sobre la lepra

Al igual que su visita a una mina antipersona activa en Angola, la visita de la princesa al Hospital de Lepra de Sitanala en Indonesia también estuvo envuelta en controversias. Sin embargo, no permitió que los detractores la molestaran y procedió a sentarse en las camas de los pacientes con lepra en el hospital, estrecharles la mano y tocar sus heridas, poniendo el foco en la tan necesaria concienciación sobre la lepra en todo el mundo.

La princesa Diana también fue lider de la lucha de los pacientes de lepra en Inglaterra y Gales desde 1990 hasta su muerte en 1997. Al igual que con los pacientes con VIH/SIDA, se esforzó por eliminar el estigma que rodea esta enfermedad, dando un mensaje de que ellos también deben ser tratados con dignidad y amor.

No tenía miedo de decir lo que pensaba o romper el protocolo…

La Princesa del Pueblo puede haber sido la primera entre los Reales en decir lo que pensaba, incluso rompiendo el protocolo muchas veces para dar a conocer su punto de vista. La mayor parte del tiempo, prefería no usar sombreros o guantes, especialmente para poder sentirse una misma con las personas con las que estaba estrechando la mano. No rehuyó mostrar su afecto a sus hijos en público y los llevó a la mayoría de las giras reales, incluso cuando eran bebés.

…La familia real no estaba feliz

Para entender el fenómeno Diana de Gales, también hay que entender su posición frente a la familia real. Diana llegó a las vidas de los Windsor como una dócil jovencita que podían casar (y manipular) con Carlos, para ser la futura Reina de Inglaterra. Pero con el transcurrir del tiempo, cada vez más censurada e ignorada, Diana dio paso a su verdadera personalidad frente a los medios y el público. Si su familia real iba a odiarla, entonces que fuese por ser ella misma. Así, su relación con la Reina, el Príncipe de Edimburgo, la Princesa Ana y, por supuesto, con el Príncipe Carlos, llevaron a la Princesa Diana a tomar la temida decisión: divorciarse. De este momento parte el punto central de Spencer.

La película que le ha dado el reconocimiento mundial a Kristen Stewart se centra en diciembre de 1991 en Sandringham Estate; Spencer es una dramatización de la decisión de Diana de poner fin a su matrimonio con el príncipe Carlos y dejar a la familia real.

Durante su vida, Diana vivió muchos papeles ante el ojo público. Se convirtió en princesa después de una boda de cuento de hadas, madre, víctima de la bulimia, objeto de la prensa sensacionalista, icono de la moda, y, en última instancia, divorciada que murió a los 36 años en circunstancias trágicas.

Pero ante todo, Diana ha sido venerada como un símbolo de amor, compasión y caridad reconocido internacionalmente y como defensora de los desfavorecidos y estigmatizados. Diana entendió el poder de tener un papel en el ojo público y lo usó para cambiar actitudes y abordar problemas sociales. Como figura pública de alto perfil, Diana mostró una vulnerabilidad y una humanidad poco comunes que se diferenciaban de la familia real con la que se había casado.

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