Eras como ese sol radiante que requieren las plantas para seguir vivas,
Como lluvia sobre sembradíos que en exceso ahogabas todo a tu paso
Tan temeroso de ti, pero tan peligroso para el resto
Con esos ojos furiosos como lanzas en llamas, malévolos y hechizantes a la vez
Recuerdo claramente tus palabras, desgarradoras e hirientes pero que me mantenían ahí, de pie
Todo por seguir teniendo tu imagen tan clara e inmóvil en mi mente
Esos pocos instantes de dulzura que eran suficientes para quedarme aunque después se convirtieran en tragos de hiel
Pero nada bastó, un día de pronto vi tu imagen a través de un cristal, cada vez más y más empañado
Te alejaste lentamente y de la nada te perdí de vista
Por fin podía probar la libertad, ser yo, pero no pude
Ahí me quede, estancada, sin poder moverme, con un vacío que por más que intenté llenar, no se fue
A pesar de que esas cadenas no estaban más, ya no era yo
Ese sol se comenzó a ocultar y poco a poco me fui marchitando, perdí mi brillo
Era como si por primera vez la libertad se pusiera frente a mí, pero yo no la supe reconocer
Y así como una estrella fugaz se lleva tus deseos, tú te llevaste los míos.
