Star Trek Sin Limites o Star Trek Beyond es la tercera entrega del reboot de la famosa serie televisiva Star Trek (1966) y nos cuenta la última aventura de la USS Enterprise en lo que podríamos llamar su batalla más fiera hasta la fecha. El capitán Kirk (Chris Pine) tendrá que demostrar todas sus fuerzas mientras busca su identidad y combate con un enemigo despiadado del que quizás no tenga escapatoria.
Mi relación con Viaje a las estrellas se remonta a aquellos días en los que mi límite de atención era extremadamente corto y usualmente correteaba por la casa sin nada que hacer. A mi corta edad de cinco años recuerdo esos capítulos sin sentido que mi papá veía en la televisión, pareciéndome algo de lo que nunca tendría interés.
Claramente cuando iba creciendo tenía que aguantar los programas de toda mi familia y ver lo que mi hermano ponía, las cosas marchaban bien hasta que llegaba mi famoso padre con sus DvDs de la serie original y nos ponía algunos episodios. Finalmente pude comprender que no eran tan aburridos como yo pensaba.
Tuve el placer de ver toda la serie original y The Next Generation con esa persona que de verdad apreciaba la serie por haberla visto en su infancia, todos esos muñecos y coleccionables siempre estuvieron presentes para demostrar el enorme interés por el capitán Kirk y su tripulación.
Después de asistir a la primera Comic-con que se celebraba en mi país —sólo poseía el nombre porque no se relacionaba con la meca en San Diego— nos inscribimos en el club de Star Trek Venezuela. Y ya a casi siete años no tengo nada de que arrepentirme.
Aunque debo admitir que no soy tan fanático como mi papá, debo repetir el inmenso placer que significa ver algo con gente que de verdad se siente apasionada. En todos estos años de reuniones y charlas en el planetario, me enorgullezco de formar parte del gran grupo de personas que resultaron ser.
Ya son 15 años…Con el estreno de la nueva entrega de Star Trek y la usual invitación del club, tengo una sola pregunta: ¿Será mejor que las anteriores?
La película empieza con una escena de comedia y avanza rápidamente a describirnos la vida cotidiana de la nave USS Enterprise, la cual se ajusta a los límites y fronteras de la habitabilidad en el espacio para explorar todos esos terrenos a los que la humanidad no ha llegado.
Desde un principio pude notar el guión del comediante y actor Simon Pegg —quien también realiza el papel de Scotty en el filme— y Doug Jung, que poseía una vibra más constante y divertida que las cintas anteriores. Pero lastimosamente no pudo sostener su propio peso narrativo al hundirse entre problema y problema para llevarnos a un desenlace que se siente forzado.
Creo que todo el asunto de Sulu siendo gay es una broma elaborada de Simon Pegg (izq) a Doug Jung (der)Me entretuve en la totalidad del filme, sí, pero sentí algo extraño en la forma como se nos presentaban las acciones. Ninguna ocurría por otra razón que no fuera presentar un nuevo problema o solución, cosa que hacía difícil relacionarse con lo visto en escena.
Después de conocer las condiciones de la tripulación después de los eventos de Star Trek Into Darkness, llegamos rápidamente a la acción cuando al acudir a un llamado de ayuda son sorprendidos por una especie de enjambre espacial que parece totalmente devastador. Partiendo de esta forma al lugar que me tenía más preocupado.
Verán, una de las cosas que le reprocho a la nueva franquicia es el uso de la violencia como solución para casi todos los problemas, tiene una necesidad tremenda por parecerse a Star Wars y sacrifica lo que alguna vez la hizo única: la vía pacífica y diplomática para el futuro humano.
Las sospechas fueron aclaradas cuando J.J. Abrams pasó a dirigir The Force Awakens, y por lo tanto era imperiosa la idea de buscar a un nuevo director que asumiera el cargo. Lo que nos trajeron fue algo mucho peor de lo que esperaba: a Justin Lin.
Para aquellos que no estén actualizados respecto al rumbo de la maravillosa Space Jam 2 —de la cual Justin Lin será director— y la saga de Rápido y Furioso, este hombre es un director de acción, puede que no sea el mejor en lo que haga pero sí se ha destacado en una que otra cinta.
¿Por qué está mal este nuevo rumbo? Quizás porque es la principal razón de que Star Trek haya perdido su identidad como ya mencioné.
Justo cuando nos encontramos con ese enjambra maligno que representa la caída de la franquicia, la acción sale de la pantalla y te llega justo a la cabeza para recordarte quién te entregó la cautivadora Rápido y furioso: Reto Tokyo.
No me malinterpreten, la película se puede disfrutar muy fácilmente, pero lo que me preocupa es que cada vez me pregunto más si la única razón por la que la película lleva el titulo Star Trek es por uno que otro homenaje barato y el saludo ocasional de Spock.
Tuve varios momentos de diversión y existieron unas cuantas escenas de acción en las que me sentí muy complacido, pero lastimosamente no puedo apagar mi odiosa cabeza por unas horas e ignorar todo el universo que se me fue introducido desde la niñez.
¿Por qué no reviven a los hippies del espacio?Cuando escuchaba diferentes publicidades en las que aseguraban una vuelta total a los orígenes y por ende, a sus raíces, no puedo entender porque no les funcionó más un marketing como el de Mad Max: Fury Road, si de todas formas ya se perdió mi principal atractivo con la franquicia no es como si todavía me preocupara.
A la mitad de la cinta me encontré con algunos homenajes a la serie original que tanto disfrutaba, pero nada muy fuera de lo común, una fotografía del cast original no es suficiente para ponerme en marcha. Pero pareciera que al club de fans le gustó, así que ¿supongo que lograron su cometido?
Aunque este estuvo algo cool…La película avanzó y nos reveló una subtrama sobre el panal de abejas asesinas, el villano —del que por alguna razón extraña ya he olvidado por completo en este punto de la reseña — y unos cuantos personajes, pero para ese momento sólo quería ver como vencían al malo y todos se iban a su casa, porque tantos giros sin sustancia alguna me hacen sentir mal.
Cabe destacar las dos controversias que rodearon al filme fueron algo innecesarias. Tenemos por un lado que Sulu (el asiático de Harold and Kumar) sostiene una relación homosexual, cosa de la que nunca pensé siquiera en sentirme ofensivo, si de verdad estuviéramos en el futuro es sorprendente como no tenemos más personajes de este estilo. Y por otro lado se encuentra el último papel del fallecido actor Anton Yelchin, algo que lastimosamente no fue tan memorable y no pudo siquiera remontarse a el calibre de homenaje por lo sorpresivo de su partida.
En conclusión, Star Trek Sin Limites estableció por redundante que sea, los limites de su propia identidad sin permitirse ir más allá del típico festín de violencia y ciencia ficción que puede llegar a entretener pero no más que eso. En el aspecto técnico tuvo algunos momento de genialidad pura, pero lastimosamente no pudo aportar la suficiente sustancia emocional para recordarnos a la serie original lo suficiente, un buen rato en una corroída franquicia.
Ya la quiero ver!!!!