Los swifties (tal como se les conoce a los fanáticos de Taylor Swift) han denominado a la cantante la Industria Musical. Y ¿quién soy yo para contrariar eso? A lo largo de una carrera artística de quince años, Taylor Swift ha demostrado que desborda creatividad: con cada álbum en estudio que ha lanzado ha evolucionado artisticamente, cada uno representa una nueva era y una incursión en un género diferente (contry, pop-contry, pop, pop electrónico, y folk), y en todos ha salido airosa. Sus letras tienen narrativa, son historias entre tres y cinco minutos. Y, además, nadie pero absolutamente nadie, maneja la publicidad como ella. Taylor Swift es la mejor artista del momento. Con el re-lanzamiento de RED –RED (Taylor’s Version)– lo confirma.
A la muestra está que la revista especializada en música Rolling Stones le ha dado cinco de cinco estrellas al álbum, algo que solo han conseguido veintiún trabajos discográficos en toda la historia de la revista; RED (Taylor’s Version) ha sido el mejor estreno de un álbum en Spotify, record que obtuvo la misma Taylor Swift con foklore.
Cuando hablamos de Fearless (Taylor’s Version), lanzado en abril, explicamos por qué Taylor estaba grabando nuevamente sus primeros ocho álbumes en estudio. El re-lanzamiento de Fearles forjó el concepto de que Taylor es la artista definitiva de la generación millennial, una generación de nostálgicos y con Red (Taylor’s Version) confirmamos por qué Taylor Swift es la mejor artista de todos los últimos tiempos.
Con RED (Taylor’s Version), Swift crea arte desde el dolor
Tal como hizo con la re-grabación de Fearless, Taylor ha optado por no modificar ni las letras ni la música originales, por lo que las diferencias son prácticamente nulas salvo algunas variaciones en las notas vocales debido a que su voz ha madurado considerablemente (algo que estamos apreciando más con estas re-grabaciones).
El amor es un tema súper recurrente en todos los álbumes de Taylor. En su trabajo debut hablaba del primer amor, mientras que en Fearless hablaba de amores platónicos y/o amores frustrados; pero si en Sparks Fly cantaba sobre el lado bonito de estar enamorada, RED de Taylor Swift es el retrato del lado más caótico.
Ahora, casi una década después, Red (Taylor’s Version) está aquí de nuevo. El álbum original de veinte pistas se ha convertido en uno de treinta con canciones que alguna vez fueron “rechazadas” y no llegaron al corte final pero que Taylor ha rescatado de su ‘bóveda’ y finalmente han visto la luz. Al igual que Fearless, Red es un favorito de los fanáticos. Esto es tal vez porque somos muchos los swifties afortunados que estábamos alzando la adolescencia cuando salió Fearless y la adultez cuando estrenó Red. Y en este último, Taylor ha descrito la alegría y el dolor; el melodrama y el aburrimiento. Entonces Red es famoso por ser un álbum de ruptura, de dolor.
Líricamente, cuenta historias de la intensidad que se encuentra en el amor, la ira, el dolor y la pasión. Musicalmente, Red es una mezcolanza de géneros, lo que le permite a Swift diversificarse de sus raíces country. En esta ocasión, la producción es mucho más fuerte y nítida, y se escucha de inmediato en las guitarras eléctricas de State of Grace. En el tema donde se aprecia más la mejoría es Treacherous.
Los nuevos temas enaltecen el resultado final
Uno de los elementos más atractivos para los fanáticos casuales y acérrimos son las pistas adicionales «from the vault«. Tres de las diez pistas: «Ronan«, además de «Babe» y «Better Man«, las habíamos escuchado en el pasado, la primera en un evento benéfico y la segunda en las voces de Little Big Town y Sugarland, respectivamente.
Sin duda, las que más se destacan son Nothing New es una colaboración inesperada y muy bienvenida entre Swift y Phoebe Bridgers. Con la producción de Aaron Dessner, los dos cuentan sin problemas los dolores de convertirse en una mujer ante el escrutinio y la hipocresía de la sociedad. Run, su tercera colaboración con Ed Sheeran.
Celebremos All too well como merece
Desde que Taylor anunció el re-lanzamiento de sus primeros ocho álbumes, Red fue uno de los más esperados. Pero cuando la cantante anunció que este sería el segundo e incluiría una versión de 10 minutos, sus fanáticos enloquecieron.
Pese a ser uno de sus mejores trabajos, Red no recibió ningún Grammy y All too well la canción favorita de muchos (incluyéndome) ni siquiera fue single. Pero con el Red Tour y a lo largo de los años se ha convertido en un himno para los fanáticos más acerrimos de Taylor. All too well representa muy bien lo que es el álbum: el dolor y la frustración de ver como una relación se acaba pese a darlo todo por esta. Y esa relación fue la que la cantente mantuvo con Jake Gyllenhaal entre octubre de 2010 y marzo de 2011. Taylor jamás ha confirmado que la canción sea para él pero es que a nadie le cabe ninguna duda.
En 2012, Swift reveló que la canción se redujo de su duración original de diez minutos a la mitad para caber en el álbum, pero los fanáticos clamaron por escuchar esa versión completa. Y finalmente nos ha complacido. Como si la versión original no fuera lo suficientemente desgarradora, ella busca desterrar todo ese dolor en la mordaz versión completa. La mejor canción de Taylor Swift se convierte en una obra maestra.
Y ahora, All too well, viene acompañada de un cortometraje de casi 15 minutos que ella misma ha escrito y dirigido, donde recrea en colaboración con Sadie Sink (Stranger Things) y Dylan O’Brien (Teen Wolf) las detonantes en su relación con Jake Gyllenhaal. Cuando se dio a conocer que ellos serían los protagonistas, las redes sociales ardieron por la diferencia de esas -diez años- entre los actores, pero es que ese precisamente es el conflicto principal de la trama y lo que aparentemente aniquiló el noviazgo de la cantante y el actor.
All Too Well: The Short Film se siente muy inspirada por Marriage Story de Noah Baumbach. Gracias a esa montaña rusa de las emociones. Swift utiliza una composición de escena impresionante a lo largo de la película, contrastando el dolor de las peleas frente a la tierna inocencia de Ella y Él en la cama. Mucho de eso también se puede atribuir a la directora de fotografía Rina Yang, quien filmó la película en 35 mm. Después de la ruptura, Ella se sienta en su máquina de escribir y sabes que tomará su corazón roto y lo convertirá en arte, porque es lo que Taylor ha hecho.
All Too Well combina a la perfección el dolor de letra de la canción, con los diálogos punzantes y la química entre Sink y O’Brien. La pareja se transforma completamente en sus roles. All Too Well es crudo, real y evocador.
Y como siempre, Taylor Swift no deja nada al azar y acredita al actor que hace de la versión de Él, trece años después como Jake Lyon. Lo curioso es que no hay ningún actor en iMDB registrado con ese nombre que al pronunciarse suena como Jake Lying (Jake miente) y ¿quién se llama Jake también?
Vaya genia.