Microsoft trabaja en la consola sustituta de la Xbox One y Xbox One S desde mediados de 2018, como anunció Phil Spencer (jefe de la marca Xbox y dirigente de los equipos creativos e ingenieros del gaming de la consola), durante el E3 del mismo año. Pero ¿qué podemos esperar de la nueva Xbox Scarlett?
Tomemos Xbox One S como punto de partida. La revisión de la Xbox One original es la consola más potente del mercado, ofrece un hardware de vanguardia para el que resulta sencillo realizar juegos y además les saca el máximo potencial al poder jugarlos a 4K y 60fps, posee los mejores mandos, un gran sistema de enfriamiento, retrocompatibilidad y la suscripción de pago es considerada por muchos, la mejor.
Pero como reconocen desde Microsoft, carece de juegos exclusivos triple A, lo que la ha dejado un tanto rezagada en cuanto a ventas al compararla con la PS4 de Sony (líder del pasado año) y con la Switch de Nintendo (tomando en cuenta el poco tiempo que la híbrida lleva en el mercado).
El objetivo inicial de la Xbox Scarlett (nombre provisional) es ofrecer de base una resolución a 4K y 60fps, por lo que podríamos esperar, en una futura revisión, como viene siendo costumbre, unos 240fps, algo que por el momento no se ha tocado mucho, pero se baraja tal posibilidad dentro de los estudios de Microsoft. Para conseguir tal potencia se implementará un CPU con arquitectura Zen 2 y una tarjeta gráfica Radeon de nueva generación en 7np.
El mando, que parece un elemento obsesivo para los ingenieros de la marca (cosa que es de agradecer), contará con una mejora al implementar un motor force feedback en los gatillos RT y LT, lo que mejorará la experiencia al oponer cierta resistencia según la situación, en especial en shooters y juegos de conducción.
Para finalizar, se especula con un gran soporte en cuanto a la Realidad Virtual (VR). Casi con total seguridad podremos adquirirla para el próximo año 2020, puesto que esta generación aún tiene algunos juegos importantes que ofrecer, y esa es precisamente la cuenta pendiente de Xbox.
