¿Vamos a seguir mirándonos a los ojos como si no pasara nada? Juegas un juego bastante peligroso y debo admitir que fingir te queda bastante bien. Esquivas mis señales, mis acercamientos, te vuelves difícil y eso me gusta mucho más.
Te miro, me huyes y sigues como si tus ojos no me hubieran ya dicho todo lo que quiero saber y mucho más. Esos ojos en los que encuentro las respuestas a todas las preguntas que rondan mi mente, como el enigma de tu sonrisa y la forma en que pasas tus dedos por tu cabello cuando hablamos frente a frente.
Anda, sigue pretendiendo lo que no sientes, hasta que me tientes y decida. Haz que tome tu mano y te gire hacia mí, que con mi mano en tu cintura te pegue a mi cuerpo y con la otra en tu nuca te bese los labios robando tu aliento.
Me río al ver tus nervios si nuestras miradas se cruzan, muerdes tu labio y apartas la vista, sabes que eso me hace desearte aún más. Yo hago como que no me doy cuenta de tus gestos, nos vuelve cómplices de este juego, somos presa y cazador cuyos roles vamos cambiando de cuando en cuando, me gusta no voy a negarlo.
Sigue mirándome a escondidas, escribiendo mi nombre al final de tus libretas. Finge que nada ocurre, que no lo sientes, dile a todos que tu cuerpo no vibra cuando estás cerca de mí y no mueres como lo hago yo por estar a tu lado. Inventemos cuentos, corramos en direcciones contrarias pues nuestros círculos siempre acaban en el mismo punto donde nos encontramos. Sigue…puedo esperar.