Dicen que uno no debe prejuzgar a las personas por su apariencia, gustos musicales o manera de vestir; pero es que en mi no tan humilde opinión, la música que escucha cada persona, sí define y de manera muy contundente a cada individuo, y en particular a aquellos que se decantan por un género en particular y excluyen de forma excesiva el resto de la música.
La música que escuchas te define
En mi país por ejemplo, se escucha de forma estridente y en prácticamente todas partes la música vallenata, no es que yo particularmente la desprecie, pero he visto como aquellos que se enfocan en este género, tienden a destacar por gustos no muy refinados y a ser bastante grotescos en su forma de actuar y proceder. Las letras del vallenato, versan sobre infidelidades, amores frustrados, parrandas por despecho y en general temas de la misma índole, el punto para mí, es ¿cómo va uno a confiar en un individuo al que su cerebro le vive repitiendo cosas como “te amé pero te dejé por mala”?, que viste con mal gusto de quinta y encima de todo jura que tomando whisky en cantidades industriales es el dueño del mundo o alguna imbecilidad del estilo.
Otro es el caso de las amigas de mi novia por ejemplo; uno las ve escuchando por horas las mismas canciones sosas y romanticonas que hablan de un único amor al que no han podido olvidar y que indefectiblemente les recuerdan a un par de imbéciles que no han podido superar, y el individuo, o los individuos en cuestión llevan meses felizmente encoñados con otras. Esas mismas niñitas rosas, viven todo el día pensando en príncipes azules al más patético estilo de Disney y aún tienen su colcha de princesas que a decir verdad, mi hermana de once años ya está empezando a ver infantil.
Y qué decir de aquellas “señoritas” que cada vez que oyen un reggaetón sienten arder su entrepierna. El reggaetón entre otras cosas NO ES MÚSICA, si acaso llega a ser un remedo, pero música jamás. Es un género por lo demás chocante, con letras sin contenido y temas que sólo invitan al descontrol, el irrespeto por las mujeres y el consumo exagerado de vicio, pero es escuchar los acordes (si así se les puede llamar) de cualquier reggaetonero famoso o de medio pelo y saltan como resortes a bailar y cantar las letras sin sentido del estúpido género, dando por terminada la duda de los estúpidas que son.
Bueno y están los nerds, claro; esos que escuchan música clásica. Esos que se saben la biografía de Mozart, el por qué de la sordera de Bethoven, los teatros donde Carl Orff interpretó la carmina burana y pueden durar el día entero escuchando esas piezas, magistrales eso sí, pero aburridas en extremo.
Yo en particular, soy amante del rock; pienso que se debe tener personalidad para escucharlo, inteligencia para entender sus mensajes y mucha actitud para pertenecer a un aficionado a este género; no cualquiera puede interpretar sus mensajes y mucho menos hacerlos parte de su estilo de vida; por eso prefiero el rock, porque su rebeldía implícita es lo que más me identifica y lo que me diferencia de otros y porque la indiferencia que proclaman sus letras, es lo que me permite tener la personalidad suficiente, para jugar a ser un poco prejuicioso.
Estoy de acuerdo en lo que dices: La música define quienes somos y una de las razones, a mi parecer, es por la letras de las canciones. Por esta razón, también creo en cada género musical hay muchas canciones buenas y malas. Por ejemplo, dentro del vallenato, que usualmente se trata de lo que mencionaste, hay también canciones muy buenas como es el caso de «La Invitación» de Jorge Celedón, ya que me hace recordar porqué debo estar feliz de la tierra de donde nací al igual que dentro de la música clásica está Andre Rieu con sus presentaciones que son movidas y entretenidas -Al menos para mi gusto, sobre todo la de los vals-. De igual forma, dentro del rock (Género que siempre será mi preferido) también hay canciones que tienen letras que deja mucho que desear (Esas que muestran la vida del rockstar ochentero: Drogas, sexo y alcochol).
Pero como dije en un principio, a veces ver tantas canciones iguales con mensajes parecidos entre sí, nos hacen generalizar.