No soy un conocedor de la pintura, aficionado quizá. Me cuesta mucho distinguir una escuela de otra, periodos, autores, y la mayoría de las veces prefiero decir no sé a arriesgarme a adivinar.
Conocí el trabajo de Leonora Carrington por mera casualidad, revoloteando los tomos en una librería, matando el rato más que buscando algo, apareció un pequeño poemario, el nombre del autor no me decía nada en ese momento, sin embargo, la portada me enganchó al instante, era una suerte de mujer-pájaro, en tonos mate, en medio de un paisaje alucinante. No pude contenerme y compré el librito, que como todos los libros que edita CONACULTA me resultó demasiado caro de ser honesto.
Quedé absorto con las imágenes que ilustraban ese ejemplar, seres fantásticos, humanoides, animales, esos espacios surrealistas donde el universo está representado en su totalidad. Sin saberlo estaba adentrándome al universo de Leonora Carrington; una de las mujeres más representativas del movimiento surrealista.
Nacida en Inglaterra en el 6 de abril de 1917, estudió pintura en París donde se involucra con el movimiento surrealista de la mano del pintor Max Ernst (quien fuera además su amante), en esta ciudad conoce a los grandes nombres del movimiento: André Bretón, Joan Miró, Picasso y Dalí entre otros.
Con la ocupación Nazi en Francia, Ernst es declarado enemigo del régimen de Vichy y enviado a un campo de concentración. Leonora huye a España y por gestión de su familia es recluida en una institución mental, de la cual huye en 1940 y se refugia en la embajada de México en Lisboa (Portugal), donde conoce a Renato Leduc, escritor y diplomático mexicano con quien se casa ya establecidos en Nueva York, emigran a México en 1942, donde la pareja se divorció.
En México Leonora se reencuentra con integrantes del movimiento surrealista refugiados en el país como André Breton, Péret y la pintora Remedios Varo, quien se vuelve su amiga más cercana.
Es en México donde ella desarrolla la mayor parte de su trabajo plástico: pintura, escultura y arte objeto (las llamadas “cajas surrealistas”).
Es también escritora, autora de títulos como “La casa del miedo”, “La dama oval” (cuentos), “En Bas” (autobiografía) y otros. Recientemente el Fondo de Cultura Económica lanzó en su serie infantil y juvenil “Leche de sueño”, cuentos que la artista escribió e ilustró para contárselos a sus hijos.
En 2011 la editorial Seix Barral presentó “Leonora”, biografía novelada escrita por Elena Poniatowska ganadora del Premio Biblioteca Breve de ese año. Dada la cercanía entre ambas, este libro es una oportunidad para acercarse a la vida de esta artista y a su alucinante visión.
Si tienen oportunidad de acudir a alguna muestra de la obra pictórica de Carrington no la dejen pasar; perderse en ese universo paralelo al nuestro, que nace de la imaginación de esta artista, los colores, las sombras, tienen algo de magia, de cuento infantil y filme de terror.
Recuerdo que algo maravilloso de caminar por el centro histórico de la Ciudad de México es toparse con sus esculturas; personajes, humanoides alargados, rostros animales, provocan lo mismo miedo que simpatía. Recordemos a esta dama inglesa que puso muy en alto el nombre de México en las artes a 97 años de su nacimiento.
¡Vaya que este libro es un tesoro! (para quien puede apreciarlo como tal, es claro). Un texto de la Sra. Poniatowska ilustrado por Leonora Carrington y comentado por Juan Rulfo. Espero algún día adquirir una copia, y leerlo.
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