Mis hermanos son dos pequeños de 7 y 9 años, cada uno; es decir, son un par de esponjas. Hace poco, en una plática familiar, recordábamos momentos graciosos de su infancia. Están justo en la edad del “porqué”; ninguna respuesta es suficiente, ninguna razón es válida. Todo despierta su grandiosa curiosidad y una guerra de preguntas; desde lo más pequeño hasta los más grandes misterios de la vida deben tener una explicación.
Quizá es por eso que son tan vulnerables en estos años, pues en la búsqueda de nuevos aprendizajes, estas esponjitas reciben y captan todo tipo de información, sin saber de dónde viene y sin filtros para confiar o creer en ella. Absorben absolutamente todo lo que llegue a ellos, así sea por error o casualidad.
Después de ver varios programas en esos canales de televisión que son exclusivos para la estimulación de los niños, mis hermanos comenzaron a decir guisante en vez de chícharo, piscina en vez de alberca, les gustaban las bananas, no los plátanos, sus ojos eran color marrón, no café y ellos querían aprender a conducir, no a manejar; sólo por citar algunos ejemplos.
Afortunadamente, lo único que había que hacer era quitarles la costumbre de decir esas palabras y que volvieran a usar las acostumbradas en nuestra familia, las acostumbradas en México. Unas cuantas horas de televisión con determinados programas, en verdad podían influir lo suficiente en su comportamiento y lenguaje.
En esta ocasión hablábamos de un inocente y cómico cambio de palabras, un juego de sinónimos. Pero, ¿cuántos niños y adolescentes son criados por la televisión? Las nuevas generaciones son educadas por la tecnología, sus padres no se ocupan lo suficiente de ellos y el nuevo sistema de niñeras viene en forma de televisores, videojuegos y aparatos de música. Los niños se aburren cuando no tienen la posibilidad de jugar con algo electrónico. La verdadera convivencia es cosa de la prehistoria; el contacto con la vida real suena arcaico.
Nadie puede hacerle el feo a las maravillas que la tecnología nos regala, estos avances de verdad nos permiten hacer muchas cosas y nos proporcionan ventajas increíbles. Pero como más de una historieta de superhéroes ha tenido la bondad de recordarnos, “Todo gran poder, conlleva una gran responsabilidad”.
No podemos cerrar las puertas ante el progreso y la modernidad, la evolución es necesaria en todos los sentidos y aspectos; pero no podemos permitir que nos lleve entre las piernas. Toda esta tecnología es un bien que debe servirnos de herramienta, facilitarnos la existencia, darnos lujos y ofrecernos nuevas experiencias. Es nuestra responsabilidad ponerle un límite y mantener el control sobre ella, no cederle el poder sobre nosotros.
Si un adulto no puede manejar con inteligencia la modernidad, ¿quién le enseñará a los recién llegados cómo hacerlo?
Fotografía www.morguefile.com/archive/#/?q=tv
Excelente reflexión. La profundidad de tu pensamiento refleja la experiencia de una persona de mayor edad. Hace falta que más jóvenes piensen como tu! Felicidades. Reitero qué me gusta tu estilo.
Jajaja, gracias, muchas gracias. Será que ese par de niños me ha hecho aprender un montón de cosas :D
Excelente como siempre Mary, buen tema; actualmente es más común que papá y mamá trabajen, «delegar» la educación en TV y otros dispositivos ya es parte de la actualidad. Mi sobrina desde el año y cachito domina el celular e iPad como experta, entra a sus juegos, toma fotos, ve sus vídeos, me sorprende, es lo que más la entretiene, ni siquiera la TV atrae su atención.
Wow, sorprendente lo de tu sobrinita, Anel. Pero lo que dices es totalmente cierto, y triste. Creo que todos recordamos nuestra infancia de una manera muy distinta a como la viven ahora las nuevas generaciones; muchas cosas se han ido perdiendo. Estos niños ya vienen con chip integrado y uno a penas lo viene descubriendo. Gracias por tu comentario, Anelita :)
Insisto, me agrada tu estilo; la hipotetización en vez de la afirmación carente de evidencia suficiente, nos hace falta más gente que piense así.
Respecto a tu artículo, buena observación, incluso, personas que se supone cuentan con criterio reciben y aceptan como verdad información y sofísticos datos provenientes de distintos medios, sin siquiera cuestionarla un poco.
Quizá el Internet más que la televisión hoy en día representa un peligro si no es regulado, debido a la fuerza que se nota ha tomado durante los últimos años.
Isaac, nuevamente, muchas gracias. Me da gusto que lo hayas leído y que te gustara. Y qué gran observación, el internet seguramente será más peligroso en caso de no estar lo suficientemente regulado.
Gracias por tu aportación :D Saludos