Laberintos…

 

El laberinto de puertas que hace temblar, como tiembla… como se estremece la tierra.  Llora el cielo. ¡Ay! entonces el desasosiego que se escurre por toda la piel, ese que hace vibrar y volver locos los sentidos viene galopando. Agolpa en el ser más profundo.

Ansiedad que muerde los labios, desangra las venas y rompe en mil pedazos la mente. Noches de desvelo y de estar atado, atado a todo y a nada. La vida, la muerte ahora conmigo vagan.

Hundido en recuerdos dolientes, aplastando fotos en la memoria que viajan por todo el torrente. Largos viajes hacen, desde mi vientre hasta mis dientes. ¡Y los laberintos que no cesan!

Despertar del sueño que forma nubes grises, para invocar el aliento de calma y de sutil liviandad en el alma.

 

Alejandra Olson

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