Paul Schrader (quien ha destacado como guionista por sus trabajos junto a Martin Scorsese con Taxi Driver y Raging Bull), luego de más de 10 años vuelve a la silla de director para presentarnos este proyecto distribuido por el estudio A24, casa de filmes independientes y películas como A Ghost Story (2017) y Hereditary de este mismo año.
Con First Reformed, Schrader escribe y dirige una trama desarrollada en un ambiente religioso donde el sufrimiento, la frigidez y la culpabilidad son las principales emociones que Ethan Hawke encarna en su papel protagonista. Fácilmente una de las mejores interpretaciones de toda su carrera. Mientras que Amanda Seyfried igualmente resalta con una de sus actuaciones más sobrias hasta la fecha.
En el aspecto técnico destacan la fotografía y la dirección, con una historia que se sirve fría, remarcada por la utilización de un silencio fúnebre que refuerza la impresión de soledad, interrumpido de vez en cuando por una narración en primera persona que al principio parece estar demás, pero que termina por justificarse a sí misma y enfatiza en la sensación de pesadumbre.
Inspiración y toque clásico
Schrader como declarado admirador del cine de Robert Bresson, entrega una película donde se nota la clara inspiración en uno de los más reconocidos filmes del afamado director francés, Diary of a Country Priest ‘Journal d’un curé de campagne’ (1951), con el que comparte ciertas similitudes, sobre todo en cuanto al uso del diario, ciertos hábitos, planos, y el evidente agobio martirizador del rol protagonista.
Al mismo tiempo, First Reformed hace alusión a otro grande del cine, nada más y nada menos que a Ingmar Bergman y su película Winter Light ‘Nattvardsgästerna’ (1963). Los personajes de Ethan Hawke y Gunnar Björnstrand no sólo comparten esa actitud parsimoniosa y el impasible carácter taciturno, también la trama de una relación impropia.
Destaca también la revocación de la característica representación del pastor cristiano según los asumidos paradigmas convencionales, y al igual que Bergman, le da cauce a su humanización. Sutil (y no tan sutil) recordatorio de la inevitable susceptibilidad a la agonía y la afección, por encima de cualquier canonización modélica.
Por otro lado, Schrader marca bien su distinción de aquellas con la exposición del tema ambientalista y la denuncia de la despreocupada posición cómplice de la iglesia ante la conveniencia de la situación. Sin ninguna apología.
En conclusión, First Reformed se presenta como un pausado thriller donde el agobio se esconde bajo el rostro inmutable de una sotana, y termina siendo sin duda, una de las películas más interesantes en lo que va de año.