¿Al mirarte al espejo te gusta lo que ves?, ¿te sientes satisfecho con tu apariencia física?
En la actualidad los individuos ceden ante la presión social y mediática que nos muestra constantemente un prototipo de belleza exagerado, al cual si no nos apegamos corremos el riesgo de ser rechazados por los demás. Esto lleva a prácticas riesgosas y obsesivas en las cuales ponemos en peligro nuestra integridad física con tal de obtener el cuerpo o el rostro perfectos. Entre las enfermedades más comunes hoy en día y a la vez más dañinas por el impacto que ésta trae tanto emocional como físicamente a quien la padece se encuentra el Trastorno Dismórfico Corporal.
La dismorfia corporal es un trastorno mental en el cual quienes lo padecen tienen una imagen irreal de sí mismos, no están satisfechos con lo que perciben de su persona y tienden a dirigir su interés hacia una o varias partes de su cuerpo que solo ellos consideran desagradables o anormales.
No existe una causa específica para este desorden pues se cree que se debe a una combinación de varios factores. Pueden ser Biológicos porque algunos expertos lo asocian con un desequilibrio químico en el cerebro especialmente niveles bajos de serotonina, un neurotransmisor que influye en forma directa sobre los estados depresivos.
Otros factores son los sociales y ambientales porque una persona que ha sido víctima de maltrato, bullying, o violencia familiar es más propensa a desarrollar dismorfia corporal así como aquellas que tienen baja autoestima, pues están más expuestas a dejarse influir por los estereotipos publicitarios y las opiniones de quienes los rodean.
Ésta, es una enfermedad silenciosa dado que se manifiesta principalmente durante la adolescencia y suele ignorársele ya que los padres llegan a creer que es solo una etapa, un capricho propio de la edad, una forma de llamar la atención o mera “vanidad”. Los principales síntomas suelen aparecer de la nada, así, una persona que gozaba de una vida plena y activa socialmente, cambia radicalmente de la noche a la mañana, se vuelve irritable, presenta cuadros de depresión, se muestra demasiado interesado en su apariencia física, se arregla demasiado, trata de cubrir siempre aquella parte de su cuerpo que no le resulta agradable y se aísla por completo.
Este trastorno trae como consecuencia un deterioro de las actividades básicas pues el individuo se aparta incluso de sus amigos cercanos, evita asistir a reuniones, fiestas o estar en situaciones donde requiera ser observado por los demás y en condiciones extremas se ausenta del trabajo o la escuela. También pueden llegar a lesionarse intencionalmente con tal de justificar una cirugía estética con la que creen se sentirán mejor, pero sucede todo lo contrario pues nunca tienen suficiente además sufren de constantes pensamientos suicidas, lo cual puede tener un desenlace fatal.
Por ello es tan importante que exista una buena comunicación padre e hijo para poder identificar cualquier señal de alarma y acudir inmediatamente a consultar con un profesional ya que si bien es cierto no existe una cura como tal, con las terapias o medicamentos adecuados para cada caso se puede controlar devolviendo a la persona su calidad de vida.
Samantha Rocha
Creo k yo tengo esa enfermedad