Nos hayamos de pronto con una rareza en la cartelera comercial del país, una película venezolana. No sólo eso, película premiada con el León de Oro en el Festival Internacional de cine de Venecia y recibió diversas nominaciones a mejor película y a las actuaciones en los diferente festivales en los que fue presentada.
“Desde allá” (Coproducción Venezuela – México, 2015) está basada en una historia original del mexicano Guillermo Arriaga y del director del filme Lorenzo Vigas. Entre los productores encontramos nombre conocidos para los cinéfilos mexicanos como Michel Franco y Gabriel Ripstein.
La trama gira en torno a Armando (Alfredo Castro), un hombre que ronda los 50 que es propietario de un taller de prótesis dentales. Un tipo más bien gris que vive solo, consumiéndose de rencor hacia su padre, visitando esporádicamente a su hermana, y pagando a jovencitos que engancha en la calle por su compañía.
En este ir y venir cotidiano por las calles de Caracas conoce a Elder (Luis Silva), un adolescente que resulta ser un verdadero malandro que inicialmente golpea y roba a Armando.
Entre estos personajes surge una extraña relación, juegos de dominio y seducción en una ciudad violenta y llena de prejuicios.
La historia fluye con una narrativa impecable, la fotografía es de muy buen nivel y las actuaciones de los protagonistas son excelentes.
Sin embargo, hay un punto en el que sentimos que la historia se estanca, y los giros que da no nos sorprenden, son incluso previsibles y la cinta se vuelve lenta, incluso aburrida, llegando a un desenlace apresurado y que al final no nos sorprende.
Tiene también un gran mérito: Es una película que nos invita a pensar en la soledad de las personas en las grandes ciudades, de la complejidad de las relaciones amorosas en estos días, como nos dejamos manipular y como manipulamos a las personas en nuestro entorno, incluso en la insatisfacción de lo cotidiano.
La película Desde Allá es buena, recomendamos verla, pero no esperen sorprenderse.