Brie Larson ha tenido un ascenso abrumador y se ha convertido en una de las actrices más prominentes en el negocio de Hollywood; combinando el éxito crítico y comercial con trabajos como Room y Captain Marvel. Ahora, Larson está desviando su talento de lo interpretativo a lo creativo y ha tomado el mando de la cámara para dirigir su opera prima: Unicorn Store. Se trata de una dramedia bien intencionada, sobre la complejidad de ser adulto.
En plena algarabía entre Captain Marvel y Endgame, Netflix ha decidido estrenar este pequeño trabajo independiente pero ¿vale la pena de ver?
¿De qué trata Unicorn Store?
Unicorn Store sigue a Kit (Brie Larson), una mujer con mala suerte; recientemente rechazada de su escuela de arte de ensueño. Después de pasar a un trabajo de oficina (en un rol minúsculo), Kit recibe una misteriosa invitación a The Unicorn Store (La tienda del unicornio).
The Unicorn Store está dirigida por un misterioso y excéntrico Samuel L. Jackson como El Vendedor con una gran peluca y grandes promesas como la de obsequiarle a Kit ese unicornio real que siempre quiso de niña. Cuando el vendedor ofrece el mitológico animal y el amor incondicional que viene con este, la respuesta a la larga soledad de Kit parece tener respuesta.
Así que Kit se dedica a hacer que su vida sea más adecuada para su futuro unicornio, la búsqueda proporciona un marco con el que Kit puede explorar y navegar más cómodamente en este nuevo mundo adulto. Ella conoce a Virgil (Mamoudou Athie; Sorry For Your Loss), un empleado de su ferretería local, y lo convence de que construya un establo en su patio trasero. En el proceso, los dos se hacen amigos, y le da a Kit una idea de la compañía que está buscando en su unicornio.
Espíritu noventero
Es así como estamos ante una afable dramedia de fantasía que actualmente, en un mundo lleno de éxitos de taquilla y películas de horror oscuro, el enfoque de dulce naturaleza de Unicorn Store ofrece sus propias alegrías y se siente como una rareza. Sin embargo, si la comparamos con trabajos de la década de los noventa, vemos que en ella hay algo de cintas como Big o El día de la marmota. Pero, en última instancia, la película no logra alcanzar el complicado equilibrio tonal que se propone.
Entonces, al igual que Captain Marvel, esta es una película que se nutre de una nostalgia muy específica de los años 90, aunque de maneras muy diferentes. Si bien puede que no haya una banda sonora pop de la década, esta es una película para los adultos de hoy que fueron niños en aquella época; adultos que al ver ositos cariñosos u ositos de gomitas, regresarán inmediatamente a sus días de infancia.
Y aunque el resultado es una comedia dramática con trazos de fantasía; el resultado es tan inofensivo que roza lo superficial y olvidable. Unicorn Store es una exploración comprensiva del «Síndrome de Peter Pan» (o al menos lo intenta) reflejada en la generación millennial.
Notoriamente vivimos en una época cinematográfica en la que las películas de gran presupuesto tienden a evitar el brillo y el color, lo que hace que pasar el tiempo en el mundo brillante y enraizado de Unicorn Store sea muy divertido. Los mejores momentos visuales de Unicorn Store se producen cuando más se compromete con su protagonista.
Su mayor virtud son sus buenas intenciones
Claro, Unicorn Store no es una mala película; es simplemente que se queda a medio gas. Percibimos las buenas intenciones pero no las vemos destellar por completo. Ni es tan cómica como debería (Kit es como una niña en cuerpo de adulto), ni es tan dramática como debería (Kit no sabe como ser una adulta), ni el tramo fantástico está tan bien ejecutado. Pero su protagonista, también Larson le aporta mucho corazón.
Además, Larson y la escritora Samantha McIntyre abordan temas importantes como el acoso y la identidad mientras intentan crear una película que permita a su audiencia identificarse en ella. Pero lastimosamente la película no tiene el impacto que se propone lograr. El guión de McIntyre ofrece un equilibrio convincente de los problemas del mundo real y la fantasía, pero ese equilibrio termina desatendiendo ambos aspectos. Los problemas reales que la película intenta abordar se simplifican hasta el punto de tener poco impacto, mientras que los aspectos de la fantasía nunca maravillan como deberían.
Para una película escrita y dirigida por mujeres, el mundo interpersonal de Kit se define en gran medida por la relación masculina. Mientras que Kit tiene relaciones casuales con algunas de sus compañeras y algunas de las acampantes en el programa de terapia de grupo de sus padres, la única dinámica desarrollada que tiene con otra mujer es la que tiene con su madre. Esto se siente como una oportunidad perdida para una película que está tan interesada en la infancia y en cómo las niñas hacen una transición exitosa a la condición de mujer que, al menos en mi experiencia, ha involucrado a muchas mujeres entre familiares y amigas.
Larson hace un trabajo sólido siendo su producto debut en la dirección, pero no logra inyectar esta película con una chispa visual que podría haber mejorado sus elementos narrativos.
El año de Brie Laron
En cuanto a a la interpretación, este es el año de Larson; su Kit es la antitesis de Carol Denvers, la actriz demuestra su versatilidad en dos roles que se estrenaron practicamente en conjunto.
Mientras que algunas de sus actuaciones pasadas sufrieron de una falta de energía (Free Fire), Larson cobra vida, impregnando al personaje de Kit con una alegría contagiosa y un sentido de optimismo que suena verdadero. La actriz ganadora del Oscar es capaz de transmitir la personalidad caprichosa del personaje al tiempo que lo arraiga en la humanidad, y Kit es una soñadora con quien el público puede conectarse. Las estrellas de reparto Samuel L. Jackson, Joan Cusak y Mamoudou Athie (Sorry For Your Loss) también ofrecen actuaciones sólidas.
- Tienda de Unicornios está disponible en Netflix.