¿Para qué negarlo? TODAS, sin importar cuánto digamos que no es así, deseamos encontrar a ese llamado príncipe azul. El que nos dictan los cuentos, el que vimos una vez en un sueño, ese hombre que llegará en su caballo blanco a rescatarnos y nos llevará a vivir con él en un castillo y seremos felices por siempre.

Lo que quizá nadie nos dijo, es que antes de este increíble y maravilloso suceso tendríamos que vivir mil veces el cuento de La Princesa y el sapo. Lo siento niñas, es así. Antes de poder llegar a nuestros felices para siempre, tendremos que besar un millón de sapos, salir con ellos, es más, tendremos que ser novias de muchos de ellos ¿y todo para qué? Para al final poder encontrar a ese caballero de brillante armadura que nos hará sentir las princesas que en realidad somos.

Quizá estén pensando «Pero ¿estás loca? ¿Cuántos condenados sapos debo de toparme para poder encontrar al efectivo?» Muchos nena, demasiados para poder contarlos. ¿Por qué? Bueno, por la simple y sencilla razón que las mujeres somos complicadas y a veces demasiado ciegas, piénsalo, si a la primera de cambios la vida te pusiera al hombre perfecto enfrente no sabrías apreciarlo.

Así es la naturaleza, si nos da cosas buenas no las valoramos, tenemos como esa tendencia a sufrir  a buscar al «chico malo», a ese patán con corazón de piedra que nos haga sufrir y friendzoneamos a todos los que valen la pena y no me mientan mujeres, no nieguen lo innegable. Es nuestro sueño salir con un tipito odioso que nos trate como trapos porque mientras más lo hacen más nos aferramos a cambiar a ese sapo a base de besos de amor. Ellos no siempre desean ser rescatados así que olvídenlo.

No niñas, esos sapos seguirán siendo sapos de por vida, nuestro amor no les va a quitar las verrugas porque son felices siendo sapos. Deja de rogarle a ese sapo, deja de alentarlo a que llegue a esas metas que estás segura puede alcanzar; olvídate de convencerlo de despertar a su potencial dormido porque no lo hará. Princesa, el hechizo del sapo es más fuerte que tu amor, los cuentos nos han mentido, el beso de amor no es la magia más poderosa; la magia más poderosa reside dentro de cada uno de nosotros.

Lo siento princesa, besarás sapos y más sapos hasta encontrar al príncipe, ese que esté plenamente convencido de su potencial, ese que se ame completamente a sí mismo pero también tenga la capacidad de amarte a ti.  Créeme, el príncipe azul llega sin buscarlo, disfrazado entre todos los sapos, esperando que lo veas y te des cuenta de que ese sapito espera tu beso de amor para convertirse en príncipe y hacerte feliz.

No digo que será perfecto pero el amor los hará imperfectos juntos, sólo espera princesa, espera por tu príncipe azul. Besa sapos, todos los que quieras, conócelos y date cuenta de sus cualidades, no te dejes deslumbrar por sapos disfrazados de príncipes, vive, deja ir cuando sea necesario, deja de aferrarte a imposibles y sólo así podrás encontrar a ese príncipe disfrazado de sapo que se oculta entre el montón.

No todo es rosa, pero tampoco es de colores. – @lucielovesyouuu