El día de hoy se cumplen 45 años de aquel 2 de octubre negro en la Plaza de las Tres Culturas, mucho se ha hablado y mucho se ha dicho, pero hoy en día nadie sabe a ciencia cierta que sucedió, sin embargo, y dado el estilo de gobierno que se tenía en ese tiempo se puede inferir que los datos y las historias dados a conocer por sobrevivientes son más fiables que sólo decir “hubo 50 muertos y ya”, cuando en realidad fue la peor masacre que se tenga conocimiento en la historia del país (se habla de un poco más de 300 muertos, más de 1,000 detenidos y una cifra incalculable de desapariciones forzadas) y todo ¿por qué? Por el simple hecho de manifestar el repudio a lo que hoy estamos acostumbrados, a lo que hoy en día nos parece tan transparente o que simplemente hemos decidido aceptar porque debemos trabajar para subsistir.
Los hechos acontecidos en el país no son un hecho aislado para ese mismo tiempo existía una revolución a lo ancho del planeta, exigiendo lo mismo “libertad de expresión y eliminar paulatinamente la tiranía y el absolutismo”, sin embargo, lo que atañe para esta columna es lo que aconteció en el país; recordemos que en ese tiempo el presidente era Díaz Ordaz (qdep), pero la Vicepresidencia (Secretaría de Gobernación) estaba a cargo de Echeverría Álvarez (un parásito más que vive a costa de todos nosotros), el cual se dice ordenó vía una bengala el exterminio de cualquiera que no estuviera de acuerdo con lo que sucedía en el país, y un poco más por que se estaba a nada de los Juegos Olímpicos y como es que se iba a dar esa impresión cuando entrabamos a las “grandes ligas” como organizadores.
Así mismo se tiene conocimiento que hubo intervención del gobierno de EE.UU. con francotiradores apostados en todos los edificios cercanos a la mencionada Plaza, así como la denominada “Ola Blanca”, que no era otra cosa que policías y militares vestidos de civiles en la manifestación con el distintivo de traer un guante blanco; no existe una explicación “lógica” del ataque tan sanguinario y de la represión del sistema para ese tiempo, ya que no sólo fue en la Plaza, también en los edificios que la rodeaban dado que habían escapado muchas personas, y se tenía que realizar una limpieza total de los “revoltosos”.
De igual manera existe una cantidad indescriptible de fotos, videos, historias que denotan no sólo la muerte, sino la desaparición forzada de muchos y muchos estudiantes y personas que estaban en la manifestación pacífica, hasta hoy en día no se tiene rastro de ninguno de ellos, y parece que la esperanza como siempre muere al último.
La historia nunca debe olvidarse y siempre debe recordarse ya que un pueblo que no la conoce vuelve a repetir los mismos errores, hoy en día es prácticamente imposible que suceda algo así (siempre cabe un pequeño porcentaje) debido a que la sociedad ha evolucionado y ha cambiado las formas de realizarlo, la tecnología es una arma infalible para estos casos y los llamados de resistencia y líderes también.
Pero hay algo que no ha cambiado y que tristemente lo vemos todos los días, los acarreados y supuestos mesías hay por igual, y por doquier, y es algo con lo que se debe luchar día a día, las revoluciones deben tener un fundamento lógico y comprensible para toda la población y que realmente estén conscientes de que no existe beneficio para nadie y que lo que siempre se debe buscar es el bien común, y claro propuestas que denoten el estudio y la conciencia propia de lo que se está en contra y como poder minimizar o maximizar, según sea el caso, los costos que deben ser considerados para todos los extractos por los que se está luchando.
Nunca se obtendrán frutos a base de violencia, a base de reclamos, a base de actitudes insanas, a base de clientelismo, y mucho menos a base de “él me trajo”, los cambios sustanciales en los países se han hecho a base de educación, a base de modificar las estructuras ortodoxas, a base de cumplimiento de metas y objetivos comunes, el país seguirá el mismo camino hasta que nuestra sociedad cumpla con el resarcimiento de los valores, de la educación familiar, de las buenas costumbres, y de los cambios sustantivos en el aprendizaje, hagamos que se recuerde el 2 de octubre como el inicio de algo que nunca debió acabarse, no a base de manifestaciones en las cuales sólo se generará violencia y muerte (provocada o no por el mismo sistema).
Dados los acontecimientos a nivel mundial se considera hoy como el Día Internacional de la No Violencia, donde se reafirma “la relevancia universal del principio de la no violencia y el deseo de conseguir una cultura de paz, tolerancia, comprensión y no violencia”, lo anterior dado como presagio del nacimiento de Mahatma Gandhi.
Y siempre recordar, “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
Excelente texto.