Quizá lo que ocurre es una cuestión de distancia. Entre el centro y la frontera norte hay más de 1000km que no sólo nos separan espacialmente, hay un desconocimiento total de la cotidianidad que se vive entre un punto y otro.
Sólo así podría comprender la descabellada aprobación de los diputados a la propuesta de homologar el IVA al 16% en la franja fronteriza con el resto del país contenida en la reforma hacendaria. (El IVA –Impuesto al valor agregado- es un impuesto al consumo que todos pagamos al comprar cantidad de bienes y servicios, es quizá la forma más eficiente de los órganos de recaudación de captar ese ingreso a las arcas de la administración pública).
¿No comprenden los órganos recaudatorios, la secretaría ni los legisladores que mucha gente en ciudades fronterizas cuenta con visa y preferirá hacer sus compras “del otro lado” antes que pagar el sobre precio de los productos mexicanos? ¿No se dan cuenta que esa es la forma más rápida de terminar de (y tengo que decirlo así para que quede claro) darle en la madre al efecto multiplicador de la economía local?
El comercio, la hotelería, la industria del entretenimiento entre otras a lo largo de la frontera ya ha sido muy golpeada por la inseguridad como para terminar de darle la estocada con una mayor carga impositiva.
¿Y no pensaron en la industria maquiladora? Una de las principales fuentes de empleo en la zona, ¿no creen que en el mejor de los casos sustituirán los consumibles no productivos que adquieren en el país por otros más económicos en el exterior, golpeando a la escasa industria mexicana en la región?
Eso en el mejor de los casos, porque las grandes corporaciones trasnacionales en el país no tendrán ningún empacho en cambiar de sede sus naves industriales con la mano en la cintura hacía mercados más competitivos perdiendo así inversión extranjera directa (sí señores legisladores, la competitividad también se afecta con el alza de impuestos).
Por eso me dan pena las declaraciones del gobernador de Tamaulipas (lo comento porque vivo en Reynosa), Egidio Torre Cantú, afirmando que “no existe temor de que se pierdan inversiones en el estado con la aplicación de la reforma hacendaria”. A la más vieja usanza priista, el gobernador del estado da el espaldarazo a las decisiones del centro sin analizar siquiera cómo impactará a la población esta medida. Si alguien en Ciudad Victoria me lee, por favor hágale llegar al señor Torre un libro de macroeconomía para dummies, porque no entiende nada de lo que se avecina.
No faltaran los que defiendan la reforma hacendaria, nunca faltan, los ciudadanos sabemos que el estado para su correcto funcionamiento necesita recursos, recursos que se obtienen de los impuestos: empleados, consumidores, profesionales independientes, somos la fuente cautiva de estos recursos, todos terminando pagando directa o indirectamente impuestos. Los políticos contemporáneos, elección tras elección, nos han querido vender la idea de que existe la necesidad de ampliar la base impositiva para que el estado pueda seguir operando.
El problema es que la percepción del ciudadano sobre lo que se hace con el dinero que le da al Estado solo se ve reflejado en los salarios escandalosos de funcionarios públicos, en el lujo desmedido que gobernantes y allegados viven y ostentan, en el gasto absurdo en publicidad en las grandes televisoras y no en las condiciones materiales de calles, escuelas y hospitales. La gente no quiere pagar impuestos que les son condonados a los grandes empresarios. La gente está harta de la mala administración de su dinero; de la corrupción de gobernantes, funcionarios, legisladores que deberían estar al cuidado de nuestro bienestar y no servirse del pueblo.
¿Tenemos que pagar impuestos? Sí; ¿creemos que nuestros impuestos son administrados transparente y eficazmente? No.
La homologación del IVA en la frontera, es, en resumen, carente de sentido, impopular y altamente peligrosa para la economía de la zona.
¿Qué haremos al respecto?
Muy mal con estas medidas que van a agravar la situación de la economía de la frontera!
Mas claro ni el agua
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