Así como todo tuvo su comienzo, siempre se llega al final
Ella aceptó volver a salir con él, porque no lo quería lastimar, porque en su voz se escuchaba la emoción de saber que la volvería a ver, y ella simplemente aceptó.
Se vieron y él le pidió un beso, ella dijo que no, porque sabía que eso no estaba bien, porque sabía que después de ese día todo iba a volver a la normalidad, como si nada hubiese pasado. Se pasearon por ese camino donde tantas personas iban y venían, sin importar quienes fuesen ellos o qué es lo que hacían, platicaban de todo un poco, y de nada a la vez, pues hacía ya un tiempo que no se veían y conversaban.
El tiempo se esfumó, y ella tenía que marcharse, se dirigieron al estacionamiento y él le robo un beso, ella sabía que estaba mal pero decidió seguirle el juego, no podía soltarlo, ambos se deseaban, y deseaban estar juntos sin importar nada. Se estrecharon entre sus brazos, con besos, caricias y pasión en cada segundo que pasaban juntos. No les importó el mundo a su alrededor, continuaron demostrándose lo que cada cual sentía en ese preciso instante.
Ella lo llevó a su casa y durante el trayecto él la miraba con dulzura y pensaba en que esta historia apenas comenzaba y que ella era la más hermosa mujer que jamás había podido tener, y ella… ella estaba convencida de que esto jamás podría ser, él era un hombre de negocios y vicios, y no solo eso, él… él era un hombre de ambiciones y manipulaciones, y ella no quería eso.
Al siguiente día él la busco, y ella aceptó verlo, pero esta vez, dudó un poco más que el día anterior. Se vieron en el lugar de siempre, y caminaron el camino de siempre, pero esta vez, algo en el aire que se respiraba era diferente. Él la detuvo, y le preguntó qué pasaba, ella le dijo lo que había decidido la noche anterior.
Ella decidió que ya no lo vería más, porque para ella era difícil tenerlo cerca sin evitar sonreírle, sin evitar tocar su delicada piel, era difícil aguantarse las ganas de besarlo, él era una completa tentación para ella, el encendía a la fiera que ella llevaba dentro, pero sentimentalmente ella no sentía nada por él.
Dicho esto, le dio un beso en la mejilla y se marchó.