¿Cómo poder “reglamentar” algo no permitido y/o que está fuera de la ley?, y ¿cómo poder continuar con este tipo de prácticas?
Las noticias referentes a la alineación de las “autodefensas” a la reglamentación emitida por el gobierno federal, marca la pauta para que cada quien pueda hacer y deshacer en este país (¿y que no lo hacen hoy en día todos?), pero hay varias cuestiones que no podemos dejar pasar respecto a esta situación que sucede en estados en los cuales prácticamente existe una “desaparición” de poderes y se han colocado ciertas políticas de restricción y “legalización”.
El poder calificar la reglamentación dista de ser creíble a los ojos de toda la población, no existe fundamento para reglamentar algo que es obligación del propio Estado hacerlo, como se ha comentado en otras columnas, la complicidad, perdón la permisiva de las autoridades no le otorga ningún tipo de aprobación, ni mucho menos el que su actuar sea de lo más prudente y creíble.
De acuerdo a muchos analistas, esto tiene un tinte muy parecido a lo que sucedió en Colombia en la época de Escobar, y que hasta hoy en día siguen latentes ese tipo de malas políticas y decisiones que han provocado muertes innecesarias provocadas por las FARC y otros paramilitares.
La seguridad concierne completamente al Estado, y la legalización de grupos armados pone en peligro no sólo la Seguridad Nacional, sino la propia seguridad de los pobladores de esas comunidades y claro está la creación de nueva reglamentación y de uso exclusivo para esas comunidades, es impensable que no se pueda aprender del pasado, de las vivencias de problemas similares (por no decir iguales) de países en los cuales siguen sucediendo este tipo de problemas.
La situación “anormal” y cotos de poder está a lo largo y ancho de este país, y en cualquier oficina de gobierno, representantes de partidos políticos, etc., cualquier rincón en que intervenga un político siempre estará lleno de basura y de lo más sucio, específicamente para este país, y en los demás países por lo menos es menos evidente o tienen la “decencia” de no hacerlo a la luz de todos.
Por increíble que parezca, y sorprenda a todo mundo a nadie convencen los discursos, y las malas prácticas que siguen en esos “Estados Fallidos”, de acuerdo a testimonios, los políticos siempre han tenido conocimiento de lo que sucede en esas poblaciones y parece que ellos lo toleran y tienen total autorización, y como no poder creer esto, cuando “sorpresivamente”, sin disparos, con una “ardua” tarea de inteligencia y “magníficos” dispositivos de seguridad se pueden “atrapar” a cabecillas de las bandas, los teatros que arma el gobierno federal parecen historietas sacadas de los estudios de Hollywood y un tanto de la “literatura mexicana” descrita en novelitas.
Las constantes pifias de la autoridad denotan sólo su cinismo y actuar diario sin importar lo que haya más allá, y claro lo único que buscan es “engrandecer” sus logros y querer tapar el sol con un dedo, nada ni nadie justificará el reglamentar un arma de fuego de “uso exclusivo del ejército” y pasar desapercibido.
Peculiaridad
La política y las rencillas entre las tribus sólo trastocan la sensibilidad de temas tan delicados como la legalización de la marihuana, hasta llegar al punto de querer “legalizar”, sin tener en consideración lo que hay más allá…