Las redes sociales se han convertido en un arma poderosa que el gobierno sabe y pueblo comprende.
Durante los últimos meses hemos visto protestas alrededor del mundo, es claro que la gente no ésta conforme con la situación que impera en los países donde se vienen dando, están cansados del mal gobierno y la corrupción.
Todo se viene dando en los últimos días de mayo, cuando en Turquía la sociedad en específico los jóvenes realizaban una protesta pacífica para impedir la destrucción de una las plazas más antiguas de Turquía (Plaza Takim) con el único fin de construir un complejo comercial.
La protesta tuvo una bélica respuesta por parte del gobierno turco, al enviar a cientos de policías a la plaza takim para fumigar con gas lacrimógeno para callar a los manifestantes por medio de la fuerza y represión.
El pueblo turco no aguanto más años de represión, corrupción, mal gobierno y se reflejaron en decenas de ciudades en Turquía, la gente salía a protestar exigiendo justicia, libertad y un verdadero cambio de gobierno. Las autoridades turcas en respuesta a estas demandas fue mayor represión.
El gobierno no estuvo abierto al dialogo y buscaba siempre promulgar leyes para restringir las redes sociales, ya que estas son el mejor aliado que tiene el pueblo y el peor enemigo del gobierno.
En Brasil sucedió algo similar, en medio de una inconformidad generalizada por el alto costo de vida y la precaria situación de millones de ciudadanos que exigían por la falta de empleo, malos salarios, y un cobro muy alto de impuestos para subsidiar el mundial de fútbol Brasil 2014, el gobierno presidido por Dilma Rousseff anunció una alza de .20 centavos de dólar en el transporte público, el cual, además es muy ineficiente. La medida generó una respuesta insólita en Brasil ya que con el uso de las redes sociales más de 200 mil brasileños tomaron las calles de las ciudades más importantes para exigirle a la presidenta Dilma Rousseff mayor inversión en salud, educación y empleo.
El factor común en ambos casos fueron las redes sociales, se han convertido en un arma muy poderosa para los pueblos hartos de gobiernos corruptos que solo buscan el beneficio de unos cuantos miles, y seguir relegando la pobreza de millones más.
Es increíble ver cómo en pocas horas y con el uso de un móvil, una cámara e internet, el mundo puede conocer lo que pasa en otras ciudades, estados, países, continentes, no hay límites y mientras siga avanzando la tecnología seguirá creciendo y fluyendo la información, esa misma información que la población desea conocer, enterarse antes que nadie, la información que ya no es vasta en los medios masivos como la TV, donde es bien sabido que se dice lo que el gobierno quiere que sepas, donde la corrupción que impera es MACRO, dando así desinformación, editada, maquillada, censurada y muchas veces tamaleada para no desprestigiar a los gobiernos en turno.
En México no es la excepción, hay múltiples manifestaciones donde mucha gente es convocada y acude, los mexicanos que tenemos memoria, que pensamos diferente, que leemos, que nos informamos por otros medios que no es la TV, conocemos y sabemos de qué padecemos en nuestro país, estamos hartos de tanta violencia, de la inseguridad que impera, el desempleo, los malos salarios, la corrupción, las múltiples alzas en electricidad, hidrocarburos, la canasta básica, el transporte público (ineficiente), educación, salud, la televisión que margina y etiqueta, la cual “educa” (con fútbol, talk show, y muchas estupideces más) y es bien vista por el mismo gobierno, que le solapa sus contenidos misóginos, poco culturales, en fin en México también padecemos de lo que los otros países han protestado, pero nosotros no tenemos el valor, la fuerza y los huevos para homologar lo que tanto turcos como brasileños han dado muestra. Nos falta más amor por México y nos sobra la bendita indiferencia y el malinchismo como buenos mexicanos.
México es de los países que más fuerza en las redes sociales que existen en el mundo, pero solo nos falta ese gran paso, para dejar de ser el “ya merito” bien conocido por todos y no hablo de fútbol borregada.
¿Hasta cuándo mexicano?
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