Hacer una comedia familiar en pleno Hollywood los últimos años ha derivado en caricaturizar cada personaje al máximo, en rayar en lo absurdo al fijar la relación de padres e hijos, hasta el punto de depender de los chistes reciclados en torno a los niños o relativos a la brecha generacional. Sin embargo, ¿Es posible hacer algo más? ¿Inferir una crítica a partir de un humor que refleje una realidad? Sí y aunque no es algo nuevo, Baumbach aporta al género con Meyerowitz Stories.
Al ver el reparto podríamos creer que estamos de cara a una Noche en el Museo 2 o Click, junto a Sandler y Ben Stiller, pero no resulta así. La dirección de Noah Baumbach establece pilares fundamentales de personajes sólidos, humanos y ante todo vulnerables.
El conflicto de Meyerowitz Stories surge a medida que avanza el film, con un ritmo pausado la cinta se toma su tiempo para presentar a cada personaje, caracterizar actitudes y ante todo: reflejar cómo perciben a sus hijos con cierta incomodidad.
Fundamentalmente la historia habla de 3 hermanos: Danny, Matthew y Jean, cada uno con un particular complejo referente a la crianza de su padre. El primero aferrado a cuidar de él para ganar algo de respeto pero resignado a no hacer nada en la vida para evitar los riesgos.
Matthew, fue el predilecto del padre, el hijo de mayor éxito y quien reniega de la sobreprotección de su padre, es quien de forma irónica se averguenza del mismo y huye de su posterior legado. Y Jean, la chica de la familia, es ese personaje que creció al fondo del cuadro, relegada a un sitio donde apenas recordaron que alguna vez existió, pero atenta ante cualquier eventualidad.
Humor e ironía
La película podría considerarse válida para cualquier domingo en la tarde y bien podría ser subestimada, pero el valor de la apuesta reside en reflejar situaciones verosímiles y casi palpables para cualquier familia.
El hecho de mostrar a personajes adultos comportándose como niños no raya en lo absurdo ni en lo caricaturizado sino en demostrar cómo nunca fue suficiente cierta atención de un padre que al final del día sólo quería respeto.
De igual forma esta apuesta saca a colación como ante gestos o situaciones simbólicas sin muchas palabras se percibe una pérdida y ante todo el arrepentimiento por el paso del tiempo. No es una cinta pesada, pero tampoco es de aquellas puedas esperar grandes carcajadas.
Aun así recomendada.
@Cndnk