En 2001, Universal Pictures lanzó Rápido y Furioso (The Fast and the Furious, Dir. Rob Cohen) una película que contó con un presupuesto de 38 millones de dólares y recaudó casi 240 millones en todo el mundo. En 2017, se estrenó Rápidos y furiosos 8 (The Fate of the Furious, Dir. F. Gary Gray) con un presupuesto de 250 millones de dólares y una recaudación de más de 1200 millones de dólares en todo el mundo. Aquella Rápido y Furioso, película palomera de acción underground protagonizada por dos pseudo-desconocidos acabó convirtiéndose en una de las franquicias más populares de todos los tiempo que está a punto de cumplir veinte años y lo celebra con el estreno de su novena entrega «Rápidos y furiosos 9« (que todo apunta a que no será la última). ¿A qué le debe su éxito? ¿Cómo llevó a cabo tal proeza? Bueno, hablemos de la evolución de Rápido y Furioso.
La clave del éxito de Rápido y Furioso
Normalmente cuando nace una franquicia cinematográfica es concebida como tal desde su primera entrega: Star Wars, Harry Potter, Los Juegos del Hambre, Misión Imposible o Marvel son algunos claros ejemplos. Pero Rápido y Furioso fue creada sin pretensiones. Se dice que la película se basó en un artículo sobre el mundo de las carreras callejeras ilegales en Los Ángeles, pero, honestamente, esta película es una nueva versión de Point Break, pero con autos. El oficial encubierto Brian O’Connor (Paul Walker) se infiltra en un grupo de corredores callejeros clandestinos liderados por Dominic Toretto (Vin Diesel), sospechosos de múltiples robos a mano armada.
Rápido y Furioso contó con un presupuesto menor al de películas Burlesque, Un despertar glorioso y Mi ex es un espía y Keeping Up with the Joneses y acabó recaudando más dinero que todas estas juntas. Pero reunió dos factores que muchas otras películas de grandes estudios no se habían atrevido a hacer. En primer lugar contó con dos desconocidos como protagonistas: Vin Diesel, cuyo trabajo más relevante hasta la fecha había sido un papel secundario en Salvando al Soldado Ryan; y Paul Walker, que podía ser reconocido por Ella es así, la película más importante en su filmografía hasta ese momento. En segundo lugar, la chicas de la historia no estaba plasmada como personajes planos y de relleno, Letty (Michelle Rodríguez) demostraba que podía hacer lo mismo que Dom o Brian y que era tan buena como ellos. En tercer lugar, la película contaba con un casting bastante diverso en comparación a las franquicias estrenadas hasta ese momento.
Otro punto que diferenció a Rápido y Furioso fue el hecho de que su historia era aspiracional y menos fantasiosa. No tenía superhéroes, ni magos, ni agentes de inteligencias especiales, ni estaba ambientada en otra galaxia. Y aunque, estamos muy cerca de ver a Dom y compañía correr en el espacio, aquella primera entrega iba sobre un grupo de mortales de clase baja que sabían mucho de autos, que les gustaba la velocidad y eran buenos en ello. De allí partían las escenas más gloriosas de la película que calaron tan bien entre el público adulto como el público infantil.
La evolución de Rápido y Furioso
Ahora, ver esa película -en teoría, pequeña- y ver el resto de la franquicia denota una evolución innegable en muchos aspectos. Esta primera película hace honor a su título. Todo es muy rápido y furioso. Lo interesante es que incluso en ese entonces los temas que giraban en torno a la importancia de la familia que creas eran parte integral de la franquicia. La palabra «familia» se usa repetidamente para describir el grupo de Dom, y Brian envidia el vínculo entre los criminales en los que se supone que se está infiltrando.
Después de su inesperado éxito Universal Pictures quería más. Rob Cohen y Vin Diesel optaron por no regresar para la secuela para poder intentar impulsar otra franquicia (xXx), por lo que Paul Walker terminó siendo el único miembro del elenco original en regresar. El puesto de director vacante lo ocupó John Singleton.
Hay mucho que admirar sobre 2 Fast 2 Furious (además de tener el mejor título para una secuela), pero dice mucho sobre la calidad progresiva de estas películas cuando un director nominado al Oscar ni siquiera hizo la tercera mejor película de la franquicia. Más rápido, más furioso llena los espacios en blanco entre el final de la primera y donde comienza esta historia. Dado que solo tenía un personaje de la franquicia, esta película tuvo que encontrar la manera de perder la mayor cantidad de vínculos posibles entre la primera película y esta. Esto significó un nuevo equipo en Roman Pearce (Tyrese Gibson), Tej (Ludacris) y Suki (Devon Aoki), un nuevo interés amoroso en Monica Fuentes (Eva Mendes) pero aun así seguir siendo fiel a sí misma. Y una vez más apostaron por un casting diverso sin sentirse forzado.
Si bien a la película le fue bien en la taquilla, desafortunadamente no fue tan gloriosa como esperaba Universal. Después de duplicar el presupuesto a 76 millones, acabó recaudando prácticamente lo mismo que la primera en todo el mundo con 236 millones de dólares.
Renovarse o morir
Después de aquel pseudo-fracaso necesitaban darle a la franquicia un reinicio. Era hora de un nuevo director, un nuevo escritor y un nuevo elenco. Y allí es donde entra Justin Lin quien nunca había trabajado en Hollywood antes, y no había dirigido una película de acción. A la mayoría de los directores no les apetece irrumpir en Hollywood dirigiendo una tercera película en la franquicia de otra persona, pero Lin estaba realmente emocionado de poder contar su propia historia en este universo, habiendo sido un gran admirador de las dos películas anteriores. Era perfecto para el trabajo.
Contrariamente a la opinión popular, esta fue en realidad la mejor película de la serie cuando se estrenó. The Fast and the Furious: Tokyo Drift a menudo se considera la peor película de la franquicia pero su fracaso fue el catalizador de futuros éxitos. Sin el fracaso de esta película, no tendrías Fast Five, Fast & Furious 6 y Furious 7.
De vuelta a los inicios
Era hora de volver al comienzo y esta vez consiguieron que regresara el conjunto principal original: Paul Walker, Vin Diesel, Jordana Brewster y Michelle Rodríguez volvieron a sus papeles de Rápido y furioso. Este fue el gancho publicitario de la película. Lo que es realmente interesante es que Justin Lin y Chris Morgan regresaron como director y escritor para corregir el rumbo de la franquicia.
Esta apuesta de “reinicio” rindió frutos, ya que terminaría ganando 363 millones de dólares en todo el mundo, todo con un presupuesto de 85 millones. Universal quería más.
Con Fast Five (Rápidos y furiosos 5) es donde esta serie realmente se pone en marcha. La trama de este encuentra a Dom, Brian y Mia escondidos en Río de Janeiro y deciden llevar a cabo un último atraco de $100 millones para desaparecer y comprar su libertad. Llaman en todas las conexiones que tienen, por lo tanto, literalmente, todos los miembros del elenco de cada película de la saga egresan. El otro gran factor en el éxito renovado que esta película tuvo para la franquicia fue elegir a The Rock como el agente de los Servicios de Seguridad de Estados Unidos, Luke Hobbs.
La escala y el alcance de la película continúan creciendo con esta película que presenta una persecución asombrosa en la que Dom y Brian arrastran una bóveda de un banco a través de Río mientras literalmente todos los policías de la ciudad los persiguen.
La serie alcanza un cierto ritmo con Fast & Furious 6 (rápidos y furiosos 6). Luke Evans interpreta a quizás el mejor villano de la franquicia en Owen Shaw. Siempre está por delante del equipo y es una amenaza muy legítima para ellos durante todo el proceso. A pesar de que la acción y las apuestas se elevan en esta película, todavía no pierde de vista los temas centrales de la familia.
La consolidación de una saga billonaria
Después de una recaudación de $789 millones, la próxima película de la franquicia comenzó a construirse a toda máquina. El único problema era que Universal quería que la película estuviera lista para el verano siguiente, por lo que Justin Lin optó por no regresar porque sentía que no podía entregar la mejor película posible en esa línea de tiempo. Entra James Wan, un maestro moderno del terror conocido por la franquicia Saw. El rodaje de Furious 7 (rápidos y furiosos 7) comenzó en el otoño de 2013 con una fecha de estreno fijada para el 11 de julio de 2014. Todo iba bien. Hasta que ocurrió lo peor.
Después de la muerte de Paul Walker, hubo un momento de luto por todos los involucrados en la franquicia. La filmación se suspendió debido a que su familia, el elenco y el equipo estaban afligidos. Con una de sus estrellas principales desaparecida, ¿cómo podrían terminar esta película? Hubo mucho debate sobre cómo continuar con esta película y la franquicia, y finalmente se decidió afortunadamente que no matarían a Brian, sino que despedirían a su personaje de una manera respetuosa y emocional. La película recaudó más de 1500 millones de dólares en todo el mundo y dejó para la posteridad una de las escenas más icónicas en el cine de los últimos años.
Universal no estaba dispuesto a dejar ir su saga más rentable así que decidió dar luz verde a F8 (rápidos y furiosos 8). para ello optaron por repetir varias fórmulas: Un reparto coral (todo el elenco regresó, excepto Walker, obviamente); la adición de una estrella al reparto (Charlize Theron) y una trama grandilocuente. Tal vez por ello se siente que octava entrega significó un estancamiento en la saga, porque prefirió no arriesgar pero funcionó en taquilla y dio paso a la novena entrega (rápidos y furiosos 9) que se ha estrenado paulatinamente en varios cines alrededor del mundo.
