Hace poco yo me formulaba la misma pregunta, si realmente estaba lista, después de numerosos fracasos, para una nueva relación. Ya saben, para eso de abrirte verdaderamente y conocer a alguien a quien le compartes todo de tí, lo bueno, lo malo, lo oscuro e inclusive esas cosas de las que no estás tan orgulloso. Y bueno, en caso de que lo hiciera ¿cómo iba a saber si era la persona adecuada?
Así pues me decidí a enfrentarme de nuevo con ese mundo desconocido de las citas y esas ondas de la vida. Conocí personas, algunas interesantes, otras no tanto y fue así que entre conversación y conversación conocí a alguien que llamo mi atención de una manera especial. Pronto me llego el ese algo de estar esperando un mensaje, el seguir la platica, cosa que hasta entonces no había pasado. Fue muy raro, y cabe mencionar que no tenía intenciones de algo más allá de una amistad, pero pues algo cambió en el proceso.
Me decidí a ir más allá a contar cosas que hace mucho nadie no compartía con nadie, a hablar sin dar explicaciones, sin miedo, es algo muy intenso que hace mucho no experimentaba. Fue entonces que entendí que sí, es verdad, había salido y sí, había tenido relaciones pasajeras sin importancia, pero realmente no me había dado la oportunidad de volver a dejar que alguien me conociera realmente.
¿Han visto esa frase que dice algo como de que no has visto a alguien realmente desnudo hasta que conoces sus miedos, lo que le hace feliz, sus mejores recuerdos y cosas así? Puedo asegurarles que tiene toda la razón, hay que dejar ir todas las inhibiciones si queremos tener una relación real, algo que funcione no solamente por unos meses sino la relación que merecemos. Esa donde no hace falta decir que algo no va bien porque con sólo verte la otra persona lo sabe y en la que cada instante estés más y más seguro que has encontrado a la persona adecuada.
Así que, si estás pensando que es momento de volver a dar el todo por el todo y tener una relación real (ya sabes, no la de dos noches, unas copas y algo de sexo casual) adelante. Sólo ten en cuenta que, no es sencillo, volver a confiar después de relaciones fallidas es un tanto complicado, pero cada segundo del camino y cada riesgo que tomas vale completamente la pena, créeme. Suerte.