Hace unos cuantos días se hizo viral un video en youtube donde se muestra a un patán trabajador público humillar a un niño de origen tzotzil. Gracias a este video nos dimos tantita cuenta de lo despiadados que podemos ser los seres humanos con la gente vulnerable.
Todos conocen el video del niño, ya que ha sido comentado por noticieros y redes sociales, cada uno tendrá su opinión, pero lo que no se puede pasar de alto es la falta de valores humanos que son un elemento muy importante para forjar una sociedad digna.
Este video solamente mostró un poco de como trabajadores públicos a veces abusan de su “cargo” humillando a los demás ya que se consideran con el derecho de poner “orden”. No hay nada más nefasto que ver a esta gente siendo déspota y prepotente aprovechándose de un sector por demás maltratado, los indígenas.
Hoy me centro en ellos, que son el sector que a casi nadie le interesa, del que se burlan y discriminan. Ellos como pueden, tratan de salir adelante y gracias a ellos nuestro país es rico en cultura, tradiciones, creencias, etc.
México no sería nada sin la comunidad indígena a la que tanto se menosprecia. A ellos les compran fácilmente el voto haciéndoles promesas falsas como agua en sus comunidades o dándoles cualquier cosa que se considera como “basura”.
Los indígenas mexicanos no parecen tener voz ni voto, son silenciados, maltratados y explotados, basta con conocer a algunas familias “pudientes” que van a comunidades marginadas para comprar una “sirvienta” indígena ofreciéndole una “mejor vida”, a veces se llevan a niñas para adiestrarlas desde pequeñas y como el hambre es canija y saben que no tienen oportunidad alguna en sus pueblos, se van sin imaginar lo que les espera.
Y ni mencionar la trata de blancas de mujeres de diferentes etnias, son sobajadas y humilladas por el color de su piel, irónicamente por propios mexicanos que no tienen un mejor aspecto.
Esto solo es la punta del iceberg y parece que la protección a los pueblos indígenas no existe, estos al final van entrando en la “modernidad” en el ritmo de vida de una sociedad seriamente enferma de poder y en decadencia total.
El día que desaparezcan los van a extrañar, que triste es ver como el peor enemigo del hombre es el hombre mismo.