Recién estrenada en Netflix la 5ta temporada de Black Mirror, esta vez con sólo 3 episodios que a muchos nos dejó un sabor un tanto agridulce. ¿Acaso ya pasó el impacto de la serie?
Desde el estreno de su episodio piloto en 2011, Black Mirror nos impresionó con la grotesca imagen de un puerco, el manejo de la opinión pública, la crítica social y el alcance de la tecnología desde diferentes escenarios disturbadores, para finalizar con una extraordinaria temporada antológica. Una muestra excepcional del cyberpunk combinado con thriller, drama y ciencia ficción, de una manera bastante singular y memorable.
Sin embargo, no fue hasta la 3era temporada que ahora la reconocida serie británica estalló en popularidad, con episodios como San Junipero, Shut up and dance y más recientemente con el episodio interactivo, Bandersnatch. Pero luego de dejar el listón tan alto con sus primeras temporadas, lo cierto es que desde entonces ese característico factor impactante ha ido bajando cada vez más, y la verdad, algunos temas ya empiezan a ser repetitivos.
Striking Vipers 5×01 – Black Mirror
Striking Vipers es el primer episodio de esta 5ta entrega, donde nos adentramos en el escenario de un videojuego de realidad virtual que recuerda mucho a Street Fighter o Tekken. Un panorama entretenido que pronto toma un rumbo más erótico de lo esperado, pero el tópico de los juegos de VR ya lo hemos visto varias veces, por lo que el verdadero trasfondo se da entre la inesperada relación que nace con la invitación a una partida de Striking Vipers X.

Una trama más o menos convencional sobre los típicos personajes aburridos de una monótona vida familiar que encuentran una chispa de emoción en acordados encuentros sexuales con otras personas, y es aquí donde el toque tecnológico de Black Mirror sale a relucir como el agregado que concibe una relación entre dos viejos amigos que extrañamente, no sienten la misma atracción fuera del juego. Una situación que demuestra parte de nuevas circunstancias sociales que originarían estas nuevas tecnologías y le da una posibilidad «más realista» a esos enamoramientos con personajes ficticios, algo que puede sonar loco, pero pasa y tiene nombre: schediaphilia (todos los días se aprende algo nuevo).

Smithereens – 5×02
Sobre el segundo episodio, Smithereens, destacan las interpretaciones de un desesperado Andrew Scott y Topher Grace con una apariencia de Jesucristo, creador de una app similar a Twitter/Facebook. El episodio pretende hacer una reflexión sobre la adicción y la frecuente sensación de urgencia por revisar notificaciones y aplicaciones celulares con exacerbada constancia, dejando una advertencia sobre lo que es realmente importante en nuestras vidas. Un pie de nota que llama a la prudencia, pero que quizá se siente demasiado simple.

Por otro lado, tocan el rol que puede cumplir la tecnología en este tipo de casos, desde reunir a un montón de personas ubicadas en continentes diferentes en una sola llamada, hasta obtener los datos personales de alguien y conocer toda su vida en cuestión de segundos, para finalizar con un crítico señalamiento a la ética de trabajo de ciertas empresas.
Rachel, Jack and Ashley Too – 5×03
Por último, uno de los episodios más esperados (por la participación de Miley Cyrus) terminó siendo uno de los más decepcionantes de toda la serie. Rachel, Jack and Ashley Too tiene una trama más adolescente y un ritmo más aventurero que le da una esencia de serie juvenil, un aspecto que le pudo jugar tanto a favor, como en contra, pero al final el desenlace de la trama le terminó fallando.

Otro argumento que hemos visto un millón de veces sobre la famosa cantante pop explotada por su manager, ahora con el añadido de un toque tecnológico que, a decir verdad, se quedó corto en el desenlace y lo hizo sentir bastante plano al final.
Conclusión de Black Mirror – 5ta temporada
Charlie Brooker nos ha ofrecido episodios impresionantes durante toda la serie, títulos como The Entire History of You o Hated in the Nation sin duda nos dejaron con altas expectativas. Sin embargo, ya parece que Black Mirror se encamina a su fin (o eso debería), porque el aspecto creativo y su característica crítica social parece que se va dispersando cada vez más con cada temporada.