Empiezo a conocerte y ya quiero soñar contigo, es de esas cosas raras que pasan cuando menos lo esperan. Llegas a mi vida y me estás haciendo sonreír, no me preguntes porqué, eso ni yo lo sé. Solo sucede y con eso me basta, eres luz.
Imaginar tu sonrisa cuando digo algo tonto para hacerte reír me emociona. No quiero negar que en un principio fueron tus ojos lo que me atrajo a ti y quise saber más. Eres una persona única y eso me gusta; y sé que quizá no lleguemos a nada pero me emociona saber que lo estoy intentando.
Liberas las mariposas de mi estómago y mi cerebro, definitivamente haces que piense en ti. Calma, no quiero correr a enamorarte sin darme el tiempo de saber más de ti. A veces con las princesas es así, debes estar segura de que es la persona correcta para poder correr tras ella. No importa me sobran segundos para enamorarme.
Puede que muchos no lo entiendan pero algo de ti y de mí están conectados, hilos del destino que se cruzan para toparte con distintas personas en un tiempo y espacio determinado. No sé si sólo seamos amigos y todo quede ahí, pero eso no importa mientras estés aquí. Tu nombre empieza con la letra del amor pero también con la de amistad y tengo tiempo de averiguar que pretende la vida al ponernos en la misma línea.
De momento, voy paso a paso para saber. Sin prisas, solo palabras. Gracias por darme esperanza, por la ilusión. Creo en ti, en mí, en el amor.
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