Es evidente que la 5ta temporada de Game of Thrones fue bastante inferior a las demás. Los realizadores sucumbieron ante la presión de adaptar dos libros gigantes en tan solo diez horas; la mayoría de tramas se vieron forzadas más por capricho que por necesidad (sobretodo la historia que se llevó a cabo en Dorne) y el resultado final no tuvo cohesión.
Sin embargo, el trailer para esta nueva serie de episodios le dio esperanzas a los fanáticos del show a nivel mundial. Indicios de guerras cataclísmicas, el regreso de personajes desaparecidos y la esperanza de saber qué ha pasado con algunos individuos que se creían muertos, son unos cuantos de los atractivos que la 6ta temporada ofrece.
El primer capítulo ha sido como tomar de un charco de agua poco higiénica, luego de trotar sin descanso por varias horas. No es muy agradable, pero satisface un poco la sed luego del cansancio mental que significó la desastrosa 5ta temporada.
Análisis del primer episodio de la 6ta temporada.
Todo comienza con un plano lejano del «Castle Black», hogar de la Guardia de la Noche. La cámara se acerca poco a poco hasta que se puede divisar un cadáver que yace encima de nieve roja. Davos Seaworth emerge de una de las recámaras de la edificación, muchos «hermanos», alertados por el alboroto, acompañan al hombre a la espera de saber qué ha pasado. Se dan cuenta de que han llegado muy tarde, el Lord comandante ha sido masacrado. Cargan a su amigo asesinado hasta una habitación cercana y tratan de teorizar quién pudo haber hecho esto.
Tiene sentido empezar con la trama que los fanáticos más esperaban, conocer el destino de uno de los últimos miembros de la familia Stark. Los personajes actuan como si sería imposible que Jon Snow sea revivido, pero nosotros ya sabemos que los magos rojos, como Melisandres, son capaces, ocasionalmente, resucitar a los muertos.
Luego de la primera escena, Alliser Thorne confiesa haber matado a Jon Snow, su Lord Comandante, como si fuera algo común e intrascendente. Acorde con la extraña lógica del guion, hasta los Guardias de la Noche que apreciaban a Jon se dejan convencer, en menos de un minuto, que asesinarlo era la única manera de resolver el problema; pero inteligentemente, uno de los hermanos resguardando el cuerpo de Snow, cabalga a al sur para encontrar salvajes que estén dispuestos a vengar al hombre que salvó sus vidas.
Mientras tanto, Cersei es informada que un barco está llegando de Dorne. Ella se alegra mucho, han pasado años desde que Tyrion mandó a tierras lejanas a su única hija; se dispone a correr como una niña emocionada hacia el puerto. Su expresión alegre cambia poco a poco al darse cuenta de que llevan un cadáver en el bote que transporta a su hermano, y no hay rastros de Myrcella. Esta es una de las mejores escenas de toda la serie; es increíble ver como la actriz que interpreta a Cersei demuestra su genial habilidad actoral, pasa de estar en un estado de éxtasis luego del trauma que experimentó, a tener que sufrir la muerte de su hija, en unos pocos minutos.
Luego vemos como Arya ha quedado reducida a una niña ciega pidiendo limosna en las calles mugrientas de Bravos. Sus maestros quieren enseñarle una lección que nunca olvidará, obligándola a pelear a ciegas y a tener que pasar por un terrible sufrimiento por causa de su gran desobediencia. Casi no la vemos en este episodio; pero algo dice que para el final de esta temporada se convertirá en una asesina mucho más letal de cualquiera que hemos visto hasta ahora.
El divertido diálogo entre Tyrion y Varys es uno de los mejores momentos del capítulo. De entre todas las muertes y oscuridad de la serie, ambos tienen tiempo de caminar por Mereen, charlando tranquilamente sobre lo que deben hacer y lidiando con varias situaciones graciosas; sin duda ambos están entre los personajes más destacados y mejores escritos del show. También hay algo de humor en las escenas de Daenerys; el drama es casi nulo porque sabemos que, tarde o temprano, será rescatada por Drogon o por el Capitán Friendzone y Daario Naharis.
Fue emocionante ver como Sansa se convertía en la nueva Lady Stark y como por fin Brienne sirve de algo. Tanta espera inútil dio sus frutos y tuvo la suerte de encontrar justo a quién estaba buscando, dos veces: primero a Stannis ya derrotado en el campo de batalla y luego a Sansa, justo cuando necesitaba ayuda.
También encontró a Arya casualmente, pero esa vez no la tuvo tan fácil.El principal problema con este episodio, y con la serie en general, es que insisten con continuar la trama de Dorne, que tiene menos sentido que comer sopa con cuchillo. Incluso luego de cometer la tontería de asesinar a la princesa de una de las familias con más poder en todo el continente, Ellaria Sand y las serpientes de la arena proceden a asesinar al líder de los ejércitos de Dorne, Doran Martell, a su inmenso guardaespaldas que al parecer no era tan fuerte como se veía y al príncipe Trystane.
La pregunta es: ¿cómo planea Ellaria enfrentarse con uno de los ejércitos más grandes que hay, si acaba de asesinar al líder de Dorne y a su hijo?. Esta historia es como si a la lady 100 pesos se le ocurriera asesinar a la hija de Obama, para luego también matar al presidente de México y a su hijo. ¿Qué pasaría con México entonces? Bueno, sería algo así:
Por eso es que no puedo tomar en serio en ningún momento las escenas que toman lugar en Dorne o se relacionan con personajes de esa trama. Todas parten de la premisa de que el plan de Ellaria es inteligente y que tiene éxito fácilmente por lo genial que es, cuando en verdad, la única razón por la que no la han matado junto con todo su clan, es porque el guion así lo desea.
En general, esta temporada parece ser mucho más que su predecesora. Quizá las dornienses reciban su merecido, Sansa reclame lo que es suyo, Jon Snow reviva y alguien mate de una vez por todas a Ramsey Bolton. Solo queda esperar y rezar porque la serie no vuelva a irse abajo.
