Todos hemos amado o al menos nos hemos acercado a ello; todos alguna vez nos hemos entregado tan intensamente que el tiempo no parece suficiente como para demostrar todo nuestro sentir. Hemos pasado incontables horas pensando en esa persona, escribiendo versos, cartas eternas y mirando fotografías imaginando el futuro tomados de la mano. Todos sabemos lo que es dar el alma en un beso y jurar que el tiempo se detiene cuando te pierdes en su mirada y el calor de su abrazo.
Desafortunadamente, también sabemos lo que es vivir con el corazón roto, sufrimos el amor no correspondido o no haber sido valorado a pesar de haberte entregado por completo. Pero no digas nada al respecto, esa experiencia te hizo crecer, no perdiste tiempo, ganaste un aprendizaje que ha sido grabado en lo más profundo de tu ser. Demostraste tu capacidad de amar y ahora sabes que en la vida puedes dar amor a quien no lo tiene y a cambio, no importa cuánto tiempo lo haga, esa persona puede recibir un pedazo de ti que sin importar nada impactara su vida de una u otra manera.
No podemos obligar a nadie a que nos quiera, no importa cuanto lo intentemos el corazón no admite presiones, lo único que podemos hacer es salir al ruedo, ofrecer nuestro amor y esperar que esa persona tome libremente la decisión de aceptarlo o no. Abre los ojos, la vida no termina por el desamor de una sola persona, vivimos en un mundo con millones de habitantes y si no fue ella seguramente afuera de espera otra. La vida es eso que pasa cuando descubres que alguien especial sostiene tu mano y de pronto los colores del arcoíris son mucho más brillantes y tu sonrisa es mucho más amplia.
Es momento de que sepas que el amor que has dado no fue tiempo perdido o amor desperdiciado, todo tiene un sentido, un para qué y esos «errores» ayudarán a que encuentres tus aciertos. Si te han dañado, lastimado, engañado y crees que nada de lo que has hecho ha valido la pena, piénsalo dos veces y recuerda: de los tropiezos más dolorosos viene la sabiduría.
Si aún no encuentras el llamado «amor de tu vida«, detente, no hay prisa. Para ser feliz sólo debes estar decidido a serlo, vive como si cada día fuera el último, ama sin medida a todos aquellos que te rodean, cuando menos lo esperes una tarde, en el lugar menos esperado como una lluvia repentina, viene a ti eso que llaman amor. La vida eso que pasa cuando abres los ojos y decides sonreírle al mundo esa mañana.