Después de una larga noche de karaoke y recuerdos de la infancia, mi novio, dos amigos y yo, salimos rumbo a Coyoacán, donde uno de nuestros amigos tenía un compromiso. Después de abandonarle en el lugar acordado para su reunión, partimos en busca del merecido desayuno.
Justo en el corazón de Coyoacán, y rodeado de un sinfín de lugares dónde comer, desde restaurantes-tiendas hasta las clásicas garnachas placeras, y sobre la Avenida Hidalgo (#296, local F), se alza un pequeño local con un letrero que te invita: «Desayuna chilaquiles».
Y eso hicimos.
Chilaquiles verdes, rojos, enchiladas queretanas, verdes, rojas o enmoladas, tacos al pastor, gringas y un montón de antojitos mexicanos a la orden del día. El Coyote Hambriento es un local chiquito, pero lo compensan con comida muy rica. Y es que yo miré con algo de sospecha mis chilaquiles rojos de salsa de guajillo con carne al pastor, pero no me decepcionaron.
Crujientes, sabrosos, perfectos para el desayuno post-party y con la posibilidad de acompañarlos con una cheve, ¿pedían algo más?
Además, estando en Coyoacán, la salida y posible enchilada, es el pretexto perfecto para irte por unos churros rellenos y cafesito a El Jarocho.
Así que la próxima vez que anden en Coyoacán, dénse una vuelta por El Coyote Hambriento y disfruten unos ricos chilaquiles.
Calificación: 8/10.
Qué comer: Chilaquiles rojos con carne al pastor. <3
Advertencia: Quiero suponer que no siempre les pasa, pero cuando fuimos, no les habían llegado las tortillas para enchiladas.
Precio: Desayuno completo (chilaquiles, jugo y café) por menos de $100.