En pocas palabras: ¿quién no ha tomado las fichas de dominó de su padre para ponerlas en fila y luego ver como caen una por una?
Pues unos jóvenes de Seattle llevaron esa idea a una biblioteca pública y lo expusieron de forma positiva: fomentar la lectura.
Les dejo el video para que vean su proyecto hecho realidad.
¿Quién dice que las bibliotecas no pueden ser divertidas?
Saludos, excelente fin de semana.