La subida de los precios de los combustibles y los altos costes de la energía son desde hace meses unos de los principales temas de conversación. Algunos políticos responden, otros no. Pero, ¿cómo sería si nuestro combustible fuera mucho, pero mucho, más asequible? Hoy te presentamos los autos de hidrógeno como combustible ¿son estos los autos del futuro?
Autos a hidrógeno como combustible ¿por qué se distinguen?
Los autos a hidrógeno son vehículos eléctricos que funcionan con electricidad generada mediante una pila de combustible. El depósito de combustible del coche contiene gas hidrógeno, que reacciona con el oxígeno del aire en la pila de combustible. La electrólisis inducida produce energía eléctrica que alimenta el motor.
En lugar de gases de escape perjudiciales para el medio ambiente, sólo sale vapor de agua. Los coches de hidrógeno se caracterizan por sus cortos tiempos de repostaje, su gran autonomía y su potente aceleración. Se puede llenar el depósito de combustible en menos de cinco minutos y conducir hasta 650 kilómetros con él.
La demanda de electromovilidad va en aumento, las empresas están integrando la electromovilidad en la gestión de sus flotas, los servicios de reparto están cambiando a flotas con motor eléctrico e incluso en el tráfico urbano es difícil imaginar la vida sin vehículos eléctricos.
¿Son realmente el futuro?
Un punto importante a tener en cuenta es la disponibilidad. Para penetrar con éxito en el mercado, se necesita una infraestructura, especialmente estaciones de servicio, para que los clientes empiecen a comprar y utilizar vehículos de hidrógeno.
La cuestión del coste también desempeña un papel importante: producir un pequeño número de unidades es caro, y fabricar prototipos y unidades individuales suele ser inasequible. La producción en masa es la única manera de reducir los costes de fabricación y hacer que los vehículos sean asequibles y, en consecuencia, competitivos. Mientras que las baterías de los coches eléctricos ya se pueden fabricar de forma barata, todavía hay que ponerse al día en lo que respecta al corazón del coche de hidrógeno: la pila de combustible.
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El gran inconveniente: el mantenimiento es más caro
Los autos a hidrógeno como combustible tienen una estructura mucho más complicada. Tienen todo lo que tiene un coche eléctrico, pero además tienen una pila de combustible sensible, un depósito de alta tecnología y otros componentes específicos. Las pilas de combustible son muy sensibles. Hay que drenarlas contra las temperaturas bajo cero, precalentarlas para su funcionamiento y refrigerarlas durante el mismo. El aire de admisión debe estar muy limpio y fuertemente filtrado para proteger las membranas de la célula.
Las pilas de combustible proporcionan energía constante. Para poder acelerar más y también para precalentar la pila de combustible, se necesita una batería, aunque sea muy pequeña. La pequeña batería debe tolerar muchos más ciclos de carga que una batería grande en un coche eléctrico puro y, por tanto, se degrada más rápidamente.
Algunos dicen que se están promocionando los coches de hidrógeno para que los clientes sigan teniendo que gastar mucho dinero en el mantenimiento en los talleres. Pero estos costes de mantenimiento más elevados no se pueden ocultar a los clientes. Ellos entenderán qué tipo de conducción es más cara y cuál es más barata.