Es oficial. El viejo Game of Thrones ha vuelto. El de intrigas políticas combinadas con inteligentes conversaciones, tramas emocionantes y con sentido y la genuina ansiedad de tener que esperar siete días para enterarte en qué resultan las acciones de los personajes.
Esto había quedado olvidado en la tediosa 5ta temporada. Pero la serie parece haber vuelto a transitar el camino de la calidad, la emoción y el humor que extrañábamos.
Muchos estarán de acuerdo con que el mejor momento del episodio fue el reencuentro entre Jon y Sansa. En los libros se especula mucho acerca de cuándo llegará el momento en que los miembros que quedan de la familia Stark vuelvan a reunirse; y como George R. R. Martin no es conocido por sus rapidez al escribir, es posible que tendremos que esperar algunos años para presenciar un encuentro similar en los libros. Por eso es que fue tan satisfactorio verlos interactuar, cada uno como si estuviera hablando con un fantasma; con alguien que, para ellos, ya existía solo en recuerdos y que acababa de volver a la vida.
Más tarde en el episodio, Sansa anima a Jon a ir a la guerra contra Ramsey (luego de recibir una amenazadora carta de parte del bastardo). Ella es la única que sabe lo psicópata y despiadado que es, y no permitirá que su hermano pequeño experimente lo mismo que tuvo que sufrir. Es interesante como las hermanas de varios personajes están tomando las riendas de la serie: la reina Tyrell manteniendo fuerte a Loras mientras intenta resolver su situación, Asha optando por ser reina con el apoyo de Theon y Sansa convenciendo a Jon de hacer lo correcto.
Castle Black es el lugar más importante de Westeros por ahora. Mientras Jon y Sansa planean tomar Winterfell, Brienne le echa en cara a Davos y Melisandre que ella fue la que, finalmente, ejecutó a Stannis; sería como si Luna le confesara a Ron y Hermione que acaba de matar a Harry, la diferencia es que ambos ex-seguidores del rey caído saben que no tienen el más mínimo chance en una pelea contra Brienne.
La ejecutora de Stannis también encontró a un nuevo interés amoroso. Por medio de puros gestos, los realizadores de la serie fueron capaces de crear uno de los momentos más hilarantes de todo Game of Thrones. Tormund no deja de mirar a Brienne, mientras esta está claramente incómoda y Edd no sabe si reírse de los gustos del salvaje o si estar asqueado de que la atracción sexual sea recíproca.
La escena de negociación política de Tyrion también fue brillante. Evidenció que Daenerys no sabe mucho de diplomacia, aunque es de esperarse de alguien que tiene tres dragones gigantes a su disposición. Fue bastante inteligente al negociar con los conspiradores esclavistas; realizó una oferta razonable, pero inmediatamente el show nos muestra que, en la política, no importa la decisión que tomes, siempre va a existir un grupo de personas molestas, considerando al gobernante como injusto. Una complejidad que se había perdido hace tiempo, ha regresado.
La historia que el Gorrión Supremo le cuenta a Margaery Tyrell, parece ser falsa. Después de todo, a Cersei le contó una diferente cuando esta le preguntó por su falta de zapatos. Este hombre parece ser un maestro de la manipulación muy peligroso, al nivel de Littlefinger o Varys; más aún cuando ocupa una posición de poder casi absoluto, permitiéndose aprisionar reinas y someter a otros con sus seguidores armados.
Más adelante vemos como Cersei planea usar el ejército enorme de los Tyrell para acabar con el Gorrión supremo y sus seguidores. Olenna, la viejita que piensa que lo sabe todo, no permitirá que su nieta, la reina, pierda el respeto de sus súbditos, de la misma manera que le pasó a Cersei. Todo esto nos llevará a un intenso desenlace en el cual quizá Tommen se convierta en un rey serio y se haga respetar o, lo que sería más interesante, que las fuerzas de la fe triunfen y se desate una guerra brutal en Desembarco del Rey.
Luego llegamos a Daenerys, que recordó que una vez no se quemó y, creyendo en su completa inmunidad al fuego como un terrorista descubriendo su inmunidad a las bombas, procede a quemar todo y salir desnuda de en medio de las llamas con su larga cabellera intacta, que parece que también es antillamas. Al ver esto, todos los demás dothraki se arrodillan ante ella como en el final del Señor de los Anillos + desnudez.
Aunque el momento es grandioso estéticamente, presenta preguntas inquietantes. Es improbable que Daenerys haya vivido tantos años sin darse cuenta de que era inmune al fuego. No está clara su edad en la serie cuando nacen sus dragones, pero me resulta difícil creer que, en todos los años que vivió previos a ese momento, nunca experimentó una situación en la que se diera cuenta de que hubiera pensado: «hey, acabo de tocar una taza de café hirviendo y no me quemé en lo absoluto. Debería incinerar a todos mis enemigos cuando menos se lo esperen». Incluso podría haber usado este poder para librarse del dominio de su hermano.
Si yo fuera Daenerys llevaría una antorcha en una mano y un bidón de gasolina en la otra, en todo momento; o por lo menos tener a un esclavo que lo hiciera. Sobretodo en los tiempos medievales, ser inmune a cualquier cantidad de fuego sería la forma perfecta de salvarte de cualquier situación. Así debe terminar la serie: Daenerys llega al salón del trono de hierro con un bidón de gasolina, y luego de verterlo por todo el lugar, mientras los demás se ríen de ella, lanza la antorcha al suelo y ve como la carne se suelta de los huesos de todos los presentes. Los dragones comienzan a verse algo inútiles.
La reina loca.Parece que Littlefinger terminará siendo la salvación del Norte. Convenció en unos pocos segundos al idiota niño Arryn de enviar sus ejércitos a proteger a Sansa; su ayuda parece ser suficiente para conquistar Winterfell de nuevo. Ciertamente será un emocionante episodio nueve, en el cual, tradicionalmente, es en el que se producen las más grandes batallas.
Aunque la guerra más importante será en contra de los White Walkers y su ejército de zombies. Debemos estar pendientes con los flashbacks de Bran y sus viajes astrales por el cosmos, parece que descubrirá algo importante que podría ser clave para el desarrollo de la historia.
Ni Bran ni Arya aparecieron en el capítulo, y no se notó. Este ha sido un episodio balanceado y bien hecho, en donde no parece sobrar un minuto; cada segundo es bien utilizado, nada de perder el tiempo con diálogos innecesarios. Sin duda será el mejor episodio de la temporada, y si la serie continúa con el mismo ritmo, es seguro decir que esta temporada será una de las mejores.