Toy Story 4 es esa película que no necesitábamos pero igual vamos a ver sí o sí. Luego del final de Toy Story 3 (lo que parecía ser un cierre cumplidor y tremendamente emotivo) la idea de una cuarta entrega puede resultar más que innecesaria, sobrante. ¿Para qué exprimir una perfecta trilogía con una cuarta película que no hace nada de falta a la historia? En algún momento el jugo se acaba.

Esta nueva aventura está a cargo del equipo de PIXAR, con la dirección de Josh Cooley (guionista de Inside Out), co-escrita por Pete Docter (director de Inside Out y Monsters Inc.), John Lasseter (director de las dos primeras entregas de Toy Story), Andrew Staton (director de Finding Nemo) y Lee Unkrich (director de Toy Story 3 y Coco). En resumen, un grupo de creativos que nos han dejado varias de las mejores películas animadas de las últimas décadas, y la mayoría ya había participado en la realización de cualquiera de las cintas de la saga.

En esta ocasión, el vaquero favorito de Andy, ya no es de los juguetes preferidos de Bonnie (quien prefiere jugar con un cubierto decorado). Por primera vez Woody no sólo ya no es el juguete más consentido o codiciado, ni siquiera es el segundón (como en Toy Story 2). Pero sigue siendo nuestro fiel protagonista.

Toy Story 2019 Woody
Woody en Toy Story 4 (2019)

Forky, el nuevo jueguete favorito

Al repertorio de juguetes de Bonnie se sumaron los juguetes de Andy y ahora, unos cuantos meses después, llega Forky. Un cubierto que la misma Bonnie (Madeleine McGraw) convierte en su más preciado y nuevo juguete al pegarle un par de ojos saltones y una boca de plastilina. En este punto el guion se va por lo existencial mientras Forky intenta con todas sus fuerzas regresar al lugar de donde vino, la basura. ¿Cómo es que ahora es un juguete?

Forky (con la aguda voz de Tony Hale) es el nuevo personaje del que hasta nosotros nos enamoramos con su simplicidad y ocurrencias. Ya saben lo que dicen, “la basura de unos es el tesoro de otros”, y para Bonnie, Forky es por el momento su más grande tesoro, hecho que este lo acepta luego de entender su propósito y entender que también merece el amor de Bonnie, ya no es basura. Una bonita referencia de que a veces lo más apreciado lo encontramos en lo más simple.

Forky toy story
Forky en Toy Story 4

Bo Peep como figura femenina

Por otro lado, con un trasfondo un poco romántico, la trama también sigue a Bo Peep (con voz de Annie Potts), la pastorcita de vestido esponjado que pertenecía a la hermana menor de Andy. El desarrollo de su personaje es el de una figura femenina, fuerte y simpática que demostró ser incluso más valiente que el propio vaquero. Otro personaje femenino que se aleja de los estereotipos de princesas del siglo XX que se sientan a esperar al príncipe en su corcel, y al contrario, se salvan a sí mismas.

El argumento de Bo Peep es manejado de una forma que se adapta al contexto social actual, pero sin resultar forzado por la intención de contentar tendencias. Al mismo tiempo, con su actitud determinada, hace ver con normalidad llevar una de sus extremidades sujetadas con un pedazo de cinta. Como si después de todo es sólo un brazo, o una pata rota (la de las ovejas), sin demasiado lloriqueo. No es el fin del mundo, la vida sigue. Una reacción muy diferente a la de Woody en Toy Story 2 cuando se desprendió una de sus partes.

Woody en Toy Story 2 (1999)
Woody en Toy Story 2 (1999)

Con la subtrama de la muñeca vintage Gabby Gabby (con Christina Hendricks haciendo su tono más tétrico), también dejan una bonita enseñanza al hacer ver cómo a pesar del constante esfuerzo por ser perfecta para Harmony, a ella jamás le interesó, incluso teniendo todas sus piezas perfectamente funcionales. Mientras para otra niña fue su más grande descubrimiento en el momento que más la necesitaba.

Hablando de intereses, en las primeras tres entregas de Toy Story recalcan muy bien la necesidad de tener un niño y ser un juguete querido, las historia de Jessie en Toy Story 2 y la de Lotso (el oso gángster de Toy Story 3) son buen ejemplo de ello. Sin embargo, Bo Peep le hace ver a Woody que al final del día no todos tienen el mismo anhelo de pertenecer a un niño. ¿Por qué conformarse con una habitación cuando se puede ver el mundo entero? Ser un juguete perdido no tiene por qué ser tan malo.

Los intereses de todos no siempre serán los mismos

Es una sensación un poco conflictiva para Woody, quien siempre estuvo con Andy. Al igual que le resulta algo difícil de aceptar que ya no es necesitado, sin embargo, lo toma desde una perspectiva mucho más madura que antes. A fin de cuentas termina de aceptar que cumplió su propósito y su ausencia no significará demasiado para Bonnie, y tampoco para Jessie, Tiro al Blanco o los demás juguetes, que ya tienen una nueva líder, Dolly.

La animación de Toy Story y sus ligeros cambios

Con respecto al ámbito técnico, es curioso como en cada entrega la animación parece haber alcanzado el tope y con la próxima siempre nos terminan sorprendiendo. El trabajo de animación de Toy Story 4 es como era de esperarse, portentosa. Bonnie tiene un aspecto mucho más real, no obstante, más real no tiene por qué significar mejor necesariamente. Tal vez se trate de un punto algo subjetivo, pero quizá la Bonnie animada de Toy Story 3 tenía mejor armonía con los juguetes y toda la película, al mismo tiempo que se mantenía bien diferenciado su carácter humano. Mientras que el Andy aún pequeño, aunque aparece por muy poco tiempo y es evidente la mejoría del diseño, definitivamente parece otro niño. Ligeros cambios que pueden distraernos un poco de la sensación de nostalgia.

Andy antes y después
Toy Story 2 (1999) / Toy Story 4 (2019)

Siguiendo con el área de la animación, desde el punto de vista de la fotografía también hay una diferencia algo notable. Las tres primeras películas mantienen cierta armonía entre ellas con respecto a la fotografía, siempre colorida, donde resaltan los colores de la habitación de Andy o los de la guardería Sunnyside con todos sus detalles. En Toy Story 4 se hace constante uso de una profundidad de campo (inluso de efecto bokeh) que le da una sensación más íntima al entorno y a las escenas, dejando el fondo un tanto borroso y manteniendo el enfoque en las expresiones, pero al mismo tiempo sacrifica un poco los detalles. El tipo de detalles materiales que enriquece tanto a las otras entregas.

Toy Story 4 fotografía
Fotografía de Toy Story 4 (2019)

Aunque un poco diferente en cuanto a su forma y guion, Toy Story 4 es una película sumamente disfrutable, pero parece acercarse más a las aventuras aisladas de sus cortometrajes (Toy Story Toons), que al resto de la saga. Maneja una línea mucho más convencional que sus antecesoras y nos deja con ganas de más participación de Rex, Ham o Slinky, pero agrega nuevos y divertidos personajes como los peluches de la feria, Bunny y Ducky (Keegan-Michael Key y Jordan Peele). Así que, en conclusión, Toy Story 4 es sin duda una gran opción para revisitar en cualquier momento y disfrutar de poco más de hora y media de puro entretenimiento.

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