Han pasado varios meses desde la última vez. Es verdad, nadie muere de amor y en cambio todos aprendemos a olvidar. Poco a poco, se van desvaneciendo, cada uno de los tatuajes que tus dedos dejaron en mi piel y esos besos sin sentido.
Te haré todo sencillo, destrózame. Con tus palabras ignora todo lo que un día fuimos y siente como me deshago con cada frase que sale de ti. Frases que una vez construyeron castillos en el cielo, esos que ya no significan nada.
La vida hizo que te encontraras con alguien como yo, así con todas estas locuras que cometo, con mis tonterías, con mi magia. No tienes nada más que esperar pues queda solo lo sencillo, lo fácil, de mí ya no queda nada más. Si es así, ni hablar, no diremos nada.
Lo he dejado todo en tus manos y mira lo que has hecho, todo lo que has roto. Sí, es cierto, a veces me lastimo yo sola y tiendo a llorar sin razón; es sólo que fuera de mí, tú eres el único que sabe como hacerme sufrir y como apagar mi sonrisa.
No voy a negar que amo el drama, pero esto ya es demasiado. Me cansé, es suficiente, lo dejo todo a tu criterio, haz lo que quieras. No olvides para la próxima armar bien tus mentiras, parecer perfecto, libre e inocente, sabes cómo hacerlo.
¿Quieres terminarlo? Inténtalo, tú puedes, termina de romperme el corazón, te reto. Sabes perfectamente cómo hacerlo. Si lo reconstruíste una vez, es tu derecho volver a quebrarlo, déjalo justo como lo encontraste.
Habla, di todo lo que todavía te guardas. Frente a frente, termina lo que empezaste aquella noche en la que decidiste decir la verdad con un monitor de por medio. Hazlo, quiero ver qué tan fuerte me he vuelto desde la última vez.