Me resulta curioso que todas las películas nominadas al Oscar 2021 en la categoría principal traten de una u otra el tema de la pérdida. Desde pérdidas materiales, hasta pérdidas emocionales, unas resultan más duras que otras. Pero sin duda, del lado más brutal del espectro está Sound of Metal (2020, dir. Darius Marder) una película sobre la pérdida de la audición que retrata sin edulcorantes lo difícil que es reestructurar tu vida cuando ya no posees un sentido.
Tal como lo hace The Father, una pieza cuya originalidad le ha dado un vuelco a su respectivo subgénero, Sound of Metal también aporta una mirada renovadora al género de las historias sobre discapacidades que normalmente tienden a hacer contadas como dramas sobre superación con finales felices. La película de Darius Marder está narrada a través de la perspectiva del protagonista haciendo que el espectador experimente lo que el personaje está viviendo, esto a través de un guión envolvente y un diseño de sonido revolucionario.
Sinopsis de Sound of Metal
Sound of Metal, es la historia de Ruben Stone (Riz Ahmed), un baterista que de forma repentina pierde la audición. Como un ex-adicto a la heroina, la vida de Ruben se tambalea a partir de allí haciéndolo caer en un viaje en espiral. Lou (Olivia Cooke), su novia y vocalista de la banda, se preocupa por la situación de Ruben y lo alienta a que se una a un centro de rehabilitación para personas sordas. El centro de rehabilitación, está dirigido por Joe (Paul Raci), un veterano de la Guerra de Vietnam que considera que la sordera no es una discapacidad por lo tanto no cree que se deba ‘solucionar’ con implantes cocleares, al contrario, alienta a los residentes a adoptar un nuevo estilo de vida. Pero Ruben se debate entre conformarse con su falta de audición o conseguir un transplante para retornar a su vida de siempre.
El arte del sonido y el silencio
Constantemente se habla de los adelantos en efectos especiales y el poder de las imágenes, pero si crees que el cine es únicamente un medio visual, piénsalo de nuevo. La próxima vez que estés viendo una película, por ejemplo, en Netflix, retira tus auriculares y verás como el sonido cambia completamente la forma en la que percibimos la historia. En muchas ocasiones el sonido (o la ausencia de este) tiene más poder narrativo que las mismas imágenes. Y esto es algo que se hace evidente en El sonido del metal.
El director de la cinta, Darius Marder, y el sonidista que lleva la batuta en este apartado técnico, Nicolas Becker (responsable del sonido en Arrival y Gravedad) hacen que a través del sonido y el silencio el espectador pueda percibir lo mismo que está percibiendo el personaje de Ruben. Desde silencios abruptos -como en el momento en el que el personaje de Ahmed pierde la audición en el concierto- hasta técnicas desarrolladas para emular el sonido que perciben las personas con discapacidad auditiva son el pilar de una historia potente que busca no solo narrar la historia de una persona que lucha por ajustar su vida alrededor de la ausencia de un sentido sino que invita a la audiencia a experimentarlo también. Creo que después del primer visionado, todos apreciaremos más el sentido de la audición como no lo hemos hecho nunca.
La revelación de Riz Ahmed (y Paul Raci)
Todo el elenco está excelente, pero Riz Ahmed, Olivia Cooke y Paul Raci hacen un trabajo ejemplar. Ahmed es el centro de la historia; sin su compromiso serio, la película se vendría abajo. Se ha hablado mucho de la dedicación de Ahmed a aprender el lenguaje de señas e incluso a tocar la batería para el papel, pero lo que me atrajo de la historia fue su comprensión intuitiva de Ruben. Cada uno de sus gestos se considera cuidadosamente, y la tensión en su cuerpo se libera lentamente a medida que avanza la historia. Es una actuación impresionante que debería confirmar su estatus como uno de los mejores actores de su generación.
Olivia Cooke también merece una mención por su interpretación de Lou, la novia de Ruben, que equilibra el nerviosismo de Ruben con una tristeza preocupada. Cooke se ha estado haciendo un nombre de manera constante durante años en películas como Me and Earl and the dying girl, sin mencionar series como Bates Motel y Vanity Fair. Sin embargo, de alguna manera no ha tenido ese papel de gran avance y, con un poco de suerte, Sound of Metal lo será. Lou de Cooke es un alma perdida que está tratando de hacer lo correcto por la persona que más le importa, y sus escenas desgarradoras con Ruben son algunas de las mejores de la película.
Pero el trabajo más fuerte es cortesía de Paul Raci, quien interpreta a Joe, un veterano que perdió la audición peleando en Vietnam. Joe está en recuperación como Ruben y es dueño de la comunidad donde Ruben va a construir su nueva normalidad. Joe es justo pero duro, el tipo de figura paterna que Ruben necesita mientras reevalúa toda su vida. Pero Joe también se encuentra en el centro del mayor conflicto de Ruben: buscar o no obtener los costosos implantes cocleares que podrían restaurar algo de su audición, pero que también lo alejarían de sus nuevos amigos. Mientras Ruben lucha por hacer su elección, Raci y Ahmed comparten la pantalla para una conversación seria que demuestra lo bueno que es Raci. Joe ve la quietud y el silencio no como una carga, sino como una forma de abrazar las pausas en la vida, pero Ruben es demasiado vivo para apreciar los momentos tranquilos. Ninguno de los dos tiene claramente la razón, pero sus puntos de vista reflejan creencias profundamente arraigadas. La relación de Joe y Ruben reflejan dos perspectivas diferentes del silencio, uno como salvación y el otro como tragedia. Es un ajuste de cuentas entre dos personas que se han vuelto cercanas y, sin embargo, tan distantes entre sí, y la devastación en los rostros de Raci y Ahmed es doloroso de ver mientras resuelven sus problemas.
Un trabajo solvente pese a pequeños tropiezo
Sound of Metal es una película plagada de triunfos originados más que todo a partir de la originalidad de su perspectiva narrativa y el potente uso del sonido. Además, se niega a ceder al melodrama, siempre eligiendo la opción más sutil. Al ver la película, me llamó la atención cómo el silencio y la quietud en cada cuadro daban a los personajes espacio para respirar. El ritmo es pausado, incluso cuando el público siente que la desesperación de Ruben se vuelve frenética desde el principio a medida que su audición se desvanece lentamente. Sin embargo ese puede ser su principal tropiezo: en varios momento el ritmo paulatino puede pecar de ser excesivo y al terminar la película da la sensación de que pudo haber sido al menos veinte minutos más corta (dura dos horas). pero obviando esto, El sonido del metal es una cinta solvente.
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El director de fotografía Daniël Bouquet y el director/escritor Darius Marder parecen decididos a dejar que la cámara se detenga en cada momento, lo que obliga a la audiencia a confiar en sutiles señales visuales y elecciones de actuación para entrar en el estado mental de sus protagonistas. El diseño de sonido también juega un papel muy importante con sus técnicas innovadoras para ponernos dentro de la cabeza de Ruben. Sound of Metal es una película brillante en todos los aspectos, tanto desde una perspectiva técnica como emocional. Anclada en actuaciones y dirección sólidas, aboga por detenerse y vivir los momentos inmóviles que la vida tiene para ofrecer.
Está disponible en Prime Video.