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Ronaldinho, el adiós a un genio efímero

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En el seno de una familia humilde, Ronaldo y su hermano Roberto fueron inculcados por su padre Joao, la pasión por el deporte rey de Brasil, el fútbol. Sin embargo, a pesar del destino final de ambos hermanos, en sus inicios quien destacaba y parecía destinado a surgir como futbolista era el hijo mayor de la familia, quien recibiría un contrato profesional del club Gremio de Porto Alegre, equipo de la ciudad.

Pero la vida tiene destinado algo especial para cada uno de nosotros, para ambos hermanos un recuerdo fatal durante su infancia cambiaría el destino de ambos. A la edad de los 8 años, Ronaldo recibiría la indeseable visita de la muerte al sufrir la pérdida de su padre, quien tendría un trágico accidente domestico.

Ronaldinho durante su etapa en las inferiores del Gremio de Porto Alegre

Con el transcurrir de los años, ambos hermanos vivirían realidades profesionales diferentes, Ronaldo estaba destacando con su descaro y talento en las categorías inferiores del Gremio de Porto Alegre.

Mientras su hermano Roberto estaba en el ocaso de su carrera, decidiendo retirarse de la práctica profesional debido a una grave lesión en la rodilla; convirtiéndose en el manager de su hermano menor y dar inicio así a la carrera de un joven que sería la próxima estrella mundial: Ronaldinho Gaucho.

«Mi mayor ídolo es mi hermano. él es un ejemplo de padre, de hermano y jugador»

Desde joven, Ronaldinho iniciaría su particular registro de récords personales. En un partido con las inferiores del Gremio de Porto Alegro, lograría la ridícula cifra de 23 goles en un partido.

El astro brasilero confirmaría para la revista FourFourTwo lo que para muchos era una mera anécdota: “Hice 23 goles en un mismo partido, pero los niños contra los que jugamos eran terribles. Creo que solo jugaban en clase de educación física por diversión y yo ya estaba en un equipo, que es algo que dice mucho. Fue en el quinto grado y tengo que decir que nunca volvió a ser tan fácil”, aseguró el futbolista de 35 años.

En efecto, Ronaldinho inicia su carrera profesional en el club que lo había visto crecer, el Gremio de Porto Alegre. Debutando a la edad de los 17 años en 1997. Un año especial para su precoz carrera al salir campeón del mundo con Brasil, al derrotar a Ghana con un marcador global de (2-1) en la Copa del Mundo Sub-17 celebrada en Egipto.

Curiosamente, no sería la última vez que levantaría una Copa del Mundo para Brasil.

Su talento comenzaba a llamar la atención a clubes europeos, luego de lograr el campeonato del mundo en la categoría Sub-17; el PSV Eindhoven de Holanda ofreció una poderosa suma de dinero para su traspaso, pero el Gremio de Porto Alegre, la rechazaría. La primera de muchas.

En 1998, un joven Ronaldinho ya campeón del mundo seguía demostrando condiciones que confirmaban que estábamos en presencia de un jugador diferente. Anotando en sus primeras 2 temporadas con el club un total de 6 goles en 33 partidos  A su edad aun era considerado una promesa futbolística, una «joya» que en definitiva, el club estaba deseoso por vender y sacar el máximo provecho económico.

 

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